San Isidro. Multitudinaria misa de niños en el Colegio Marín por la PAZ Y EL AMOR FRATERNO

 

 

posse ojea4/6/2015. Convocados bajo el lema “Yo soy una misión en esta tierra y para eso estoy en este mundo”, más de 3.600 alumnos de 48 escuelas de la Diócesis de San Isidro participaron de la tradicional Misa del Niño presidida por el obispo diocesano, monseñor Oscar Ojea, en las instalaciones del Colegio Marín, en la localidad de Beccar. El Intendente Gustavo Posse participó del oficio religioso.  

 

misa222Este encuentro, que se realiza anualmente y que convoca a los alumnos de 6° año de las Escuelas Primarias -algunas de ellas parroquiales y otras con orientación católica-, constituye una celebración muy importante en el itinerario cristiano de esos jóvenes que se disponen a pasar al colegio secundario.

 

Junto con el obispo hubo un grupo de sacerdotes que acompañan la tarea evangelizadora de las escuelas. La misa fue organizada por la Junta Regional de Educación Católica (Jurec) y contó con la presencia del Intendente de San Isidro, Gustavo Posse.

 

Los chicos cantaron con entusiasmo, al ritmo del coro de alumnos del colegio Holy Cross, de Punta Chica, y disfrutaron de una representación teatral referida al lema convocante.

En un repleto gimnasio Juan Pablo II del Marín, Posse expresó que como todos los años “es muy gratificante compartir esta celebración con todos los chicos de la zona que se reúnen en esta ceremonia para escuchar un mensaje que tiene que ver con la búsqueda de paz”.

En esta ocasión bajo el lema de perdón, verdad, solidaridad, unidad y amor el mensaje de Ojea también nos llega a quienes somos padres, tenemos responsabilidades en la representación y a los docentes”, agregó el intendente.

Ojea señaló que esta misa es muy especial porque “es un acto lleno de esperanza, un lugar de encuentro de chicos de diferentes barrios y escuelas”.

 ojea niños

El obispo observó que el sentido del mensaje tiene que ver con crear juntos una cultura de paz en un mundo violento y complejo y cómo crear hábitos para ese fin.

La celebración reafirma la fe de la comunidad educativa y renueva la esperanza de un futuro en paz y unida por el amor fraterno.