Manantial de agua fresca que abreva en la historia local. Julio Lagos y un libro que revive AL MÍTICO ESTADIO EBRO DE MARTÍNEZ

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 Carlos Castellano con Julio Lagos, autor de un libro que es un valioso documento

El presidente del Concejo Deliberante de San Isidro, Carlos Castellano, recibió del reconocido conductor de radio y vecino de Martínez, uno de los primeros ejemplares de esta historia que describe la aparición y ocaso de este emblemático centro deportivo y social que marcó una época.

 

 

EHace pocos días el titular del legislativo local, Carlos Castellano, recibió la visita del conocido periodista, con gran trayectoria en radio, Julio Lagos, quien acaba de publicar el libro “El Misterio del Estadio Ebro”, que relata la aparición y ocaso de este escenario deportivo ubicado en Martínez que en la década del ´50 llegó a competir con el Luna Park.

“San Isidro se distingue por sus vecinos que se ocupan de mantener viva la historia. En este caso, Julio Lagos, vecino de Martínez, nos deslumbra con este libro que describe en detalle la historia del Estadio Ebro, mítico escenario que convocaba mucha gente en los encuentros de boxeo pero que era también un espacio de intensa vida social con fiestas, espectáculos y peleas de catch”, expresó Castellano.

Lagos contó que, como muchas mañanas, caminado por la calle Hipólito Yrigoyen, en Martínez, observó en lo alto de un edificio un cartel que decía Ebro.

“Después ese cartel desapareció pero yo me quedé pensando cuál sería su significado hasta que me enteré que allí funcionó un gran estadio y mi curiosidad me llevó a escribir un libro sobre este lugar que fue un gran centro deportivo y social, un verdadero símbolo de aquella época”, confió el conductor radial.

El estadio Ebro ofreció durante casi una década notables espectáculos deportivos y también atracciones y variedades. Los grandes boxeadores de aquella época combatieron allí: Pascual Pérez, Eduardo Lausse, Alfredo Prada, Cirilo Gil, Luis Federico Thompson, Ricardo González, Roberto Castro, Mario Díaz, José “Cucusa” Bruno, Néstor Savino, Alfredo Bunetta, Martiniano Pereyra, su hermano Ubaldo, Oscar Pita y hasta un jovencísimo Horacio Accavallo.

También actuaron notables boxeadores aficionados lugareños como Edgardo Chávez, el “Tano” Borello y Ernesto Vivas.

En las amplias instalaciones del estadio era común la presencia de José María Gatica, de César Brión y de Pablo Alexis Miteff.

Y en el Ebro también estuvieron los más grandes luchadores de catch: El Hombre Montaña. Alí Bargach, Ararat, Karadagián,  Rubén Peucelle y los popularísimos valores lugareños: Renato El Hermoso, Sabú, Caruso, el Tano Bertone y Pitigrilli, entre muchos otros.

Cuando se desarmaba el ring, el boxeo y la lucha le dejaban espacio a otras actividades como el básquetbol (en el Ebro se presentaron los Harlem Globe Trotters), espectáculos de magia, festejos de carnaval, casamientos y fiestas de quince años.

Hasta que un día, sin previo aviso, desapareció. Hoy Julio Lagos lo revive en su libro.