Pascua Joven en Marín. Decir “Felices Pascuas” es decir: “Yo quiero que vivas la experiencia del amor de Dios.

 

11016081_10153085432673255_9160465940070673594_n6/4/2015. Así lo expresó el Obispo, Mons Oscar Ojea este fin de semana durante la celebración de la Pascua Joven. Como cada año, chicas y muchachos participaron de este característico retiro-campamento que se desarrolló durante Semana Santa en el Colegio Marín. La 27º edición de este encuentro de convivencia contó con momentos de reflexión y de recreación.

 

Unos tres mil adolescentes, de los dos últimos años de colegio participaron del 1 al 5 de Abril de este retiro o espacio de reflexión sobre el significado del misterio pascual. “Es un momento para justamente retirarse de la rutina diaria, y encontrarse con Jesús”, plantearon los organizadores en el Marín

La Pascua Joven es una iniciativa pastoral que nació en la Dócesis de San Isidro en 1989, y como adhesión a las Jornadas Mundiales de la Juventud, que se celebran cada año en el Domingo de Ramos.

La iniciativa, organizada por el equipo de Pastoral Juventud de San Isidro, buscó que los jóvenes vivan una Semana Santa más espiritual y se comprometan con el contexto al que pertenecen.

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Semana Santa no es simplemente un cúmulo de días feriados, sino días durante los que se nos permite dejar otras cosas porque estamos invitados a estar con Jesús y hacer memoria de Él, en quien creemos, y que entregó la vida por nosotros”, explicó Mons. Martín Fassi al realizar la convocatoria

El obispo auxiliar explicó que Jesús “entregó la vida por un amor muy alto”, un amor por el hombre. “Él estaba convencido de que poniendo a la humanidad en el corazón de Dios, ella podía ser mejor”, aseguró.

TIEMPO DE REFLEXIÓN Y REZO

“Cuando uno es joven tiene grandes ideales, cuando uno es joven tiene grandes sueños, y a veces para que esos sueños se realicen es necesario dejar un tiempo las cosas de todos los días, parar un poco la máquina, juntarse con otro y hacer memoria de por qué yo deseo lo que deseo, por qué busco lo que busco, y poder así encontrar una presencia que nos alienta, que nos sostiene, que es Jesús resucitado, que nos ayuda a ir construyendo nuestra historia”, señaló el prelado.

En la Semana Santa los cristianos nos juntamos para hacer memoria de que este Jesús resucitado está presente y nos acompaña para la realización mi deseo personal y para el deseo comunitario. Queremos invitar a los jóvenes a juntarse para compartir esos sueños, para intercambiarlos, rezar y encontrar la fuerza del resucitado, del que murió y que resucitó para que podamos ir realizando estos sueños”, agregó.

 

Si algo caracteriza a la juventud son sus ganas de divertirse, asociadas casi siempre al boliche o a la noche. Lo novedoso esta vez es que miles de jóvenes eligieron pasar los cuatro días de Semana Santa en el Colegio Marín de San Isidro para vivir la “Pascua Joven”. Las jornadas reunieron a unos 3000 adolescentes de entre 16 y 22 años de la zona

Entre los chicos se va corriendo la voz y cada vez se suman más. Y no sólo de la Diócesis sanisidrense, también de localidades vecinas, del resto de la Provincia de Buenos Aires, del interior del país y hasta del exterior para vivir este gesto pascual y misionar luego en el interior del país. Muchos recibieron también la invitación vía redes sociales, convocados por un mensaje filmado por monseñor Farsi.

Los momentos centrales de la Pascua Joven fueron la Celebración de la Cruz, que tuvo lugar el viernes por la tarde, y la Vigilia Pascual del sábado por la noche durante una misa, luego de que los participantes trabajaron en grupos y compartieron su testimonio con los demás.

Para Pedro, uno de los asistentes fue muy bueno compartir la realidad que viven otros chicos. “Uno vive su vida, va a un colegio privado, tiene comida todos los días, pero hay quienes están en otra realidad y son gente increíble, humilde y re-solidaria”, valoró

Como  todos los años hubo jóvenes becados, el  presbítero Mariano Caracciollo, delegado episcopal para la Pastoral Juvenil convocó en los días previos a colaborar a través del sostenimiento de este beneficio para chicos carecientes. El precio del retiro fue de 450 pesos, y según el sacerdote, más de 300 jóvenes participaron en esta 27 edición gracias a la solidaridad de otras familias y comunidades.