Frente a la Catedral, Mons. Martín Fassi fue ordenado Obispo Auxiliar en emotiva celebración  

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ordenaordena aut12/11/2014. Más de dos mil personas colmaron la Plaza Mitre y vivieron con unción la celebración. El Obispo Auxiliar de San Isidro, monseñor Martín Fassi, recibió la ordenación episcopal durante una celebración eucarística realizada en el atrio de la Catedral, el pasado jueves 11, vísperas de la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Encabezó la ceremonia el Obispo, monseñor Oscar Ojea y ctuaron como coconsagrantes el obispo emérito de la diócesis, monseñor Jorge Casaretto, y el obispo de Río Gallegos, monseñor Miguel Ángel D’Annibale. El Intendente Gustavo Posse junto al titular del legislativo local Carlos Castellano asistieron a la ordenación episcopal.

 

Ni bien comenzada la tarde del jueves, el clima de celebración se hizo presente en los alrededores de la Catedral de San Isidro, mientras un coro entonaba los alegres cantos que sonarían a la noche.

Poco a poco, pasadas las 20.30, empezaron a acercarse a la zona las más de dos mil personas, de todas partes del Conurbano, que colmaron la Plaza Mitre para asistir a la ceremonia de ordenación como Obispo Auxiliar de la Diócesis de San Isidro del Padre Martín Fassi.

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Del evento participaron también el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, junto a su mujer, María Fernanda Nuevo, y el presidente del Concejo Deliberante, Carlos Castellano y representantes del Episcopado (ver aparte).

“Este es un momento emotivo e importante para la Diócesis de San Isidro, que muestra el intenso trabajo que lleva adelante y por eso requiere un Obispo Auxiliar que acompañe la gran labor de Monseñor Ojea”, afirmó Posse.

Y agregó: “Respeto mucho a Martín, me alegra que sea sanisidrense y el hecho de que festeje su ordenación en el mismo lugar donde tomó la Comunión y Confirmación. La expectativa es buenísima porque es un hombre muy experimentado que acompañó siempre a los más humildes”.

 

Con las familias ubicadas en sus respectivas sillas frente al altar ubicado bajo las puertas de la Catedral, hizo su aparición el Padre Fassi acompañado del Obispo Oscar Ojea, Monseñor Jorge Casaretto y decenas de obispos, sacerdotes y diáconos representantes de regiones y ciudades linderas.

En su homilía, monseñor Ojea destacó que el obispo “se despoja de su rango para lavar los pies de sus discípulos como un esclavo”, ejerciendo la autoridad como un sojea fassiervicio. En ese sentido, alentó a su auxiliar a adquirir este estilo de gobierno, a imitación de Jesús.

Monseñor Ojea también destacó que el episcopado supone “una relación esponsal con la Iglesia”, que lo llevará a “conocer más de cerca la suciedad de la Iglesia, sus pecados y su necesidad de conversión“, pero también a ser testigo privilegiado de “la riqueza que el Espíritu Santo ha derramado en la Iglesia”.

El Obispo de San Isidro destacó el amor de su auxiliar por los pobres, algo que le quedó marcado luego de misionar durante años en Cuba, y le pidió no olvidarse de ellos. Entre los asistentes a la misa había decenas de fieles de las capillas y lugares más vulnerables de la Diócesis.

“Martín, todos sabemos que sos un hombre que sabe escuchar: que puedas escuchar siempre el clamor de tu pueblo. Sabemos también que sos un hombre de oración; ella es tu fuerza. Continuá practicándola, buscándola y deseándola. El papa Francisco sueña con una Iglesia pobre para los pobres. Que puedas soñar y trabajar unido al sucesor de Pedro en ésta búsqueda y en éste deseo”, concluyó monseñor Ojea. (Texto completo de la homilía de Mons. Ojea)

UN LLAMADO A UNA ENTREGA “MÁS CONFIADA Y GENEROSA”

Antes de impartir la bendición, monseñor Fassi se dirigió a los fieles. Agradeció la presencia de todos y en especial destacó la fiesta de la Virgen de Guadalupe, a la que le confió la organización de la celebración, y para la que pidió en su oración que todos los presentes pudieran reconocer que Dios habita en medio de los hombres.

“Le doy gracias a Dios por fiarse de mí y confiarme este ministerio. Lo vivo como un llamado a una entrega más confiada y generosa, una invitación a identificarme más íntimamente con Jesús Buen Pastor, una ineludible intimidad nueva“, expresó el prelado.

“En un momento de resistencia interior, sentí también en el interior una clara voz que me decía: «Compartí conmigo los trabajos por el evangelio», «Navegá mar adentro y echá las redes». Fue una voz mezcla de complicidad amistosa y depositaria de confianza. ¿Cómo decir que no? Rechazar esta parte de cruz, que conlleva el servicio episcopal, era como rechazar al amigo. Pídanle a Jesús poder dejarme transformar por su Espíritu y no avergonzarme nunca del evangelio”, pidió el nuevo Obispo.

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Monseñor Fassi también se explayó sobre el lema episcopal elegido: «Sí, tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo Único». Al respecto, expresó: “Siento que ahí se resume toda la historia de la salvación y se expresa todo el corazón de Dios, un corazón que ama y sufre. Es lo que quisiera anunciar y vivir como obispo. Un Dios con un amor entrañable por el mundo, un Dios que ama y que por eso sufre el mundo que sufre, tanto que lo hizo hasta el extremo de darle lo mejor: su propio Hijo, el Único”. (Palabras de Mons. Fassi)

Hasta el momento de su nombramiento Farsi se desempeñó como vicario general del Obispado, continuará colaborando con las necesidades pastorales de la Diócesis, aumentadas por el incremento demográfico de los partidos de San Isidro, Vicente López, San Fernando y Tigre, donde viven más de un millón de personas.

La Diócesis de San Isidro tiene 64 parroquias -muchas de ellas con numerosas capillas-, 57 colegios del obispado y alrededor de 100 obras sociales de Cáritas.

EPISCOPADO PRESENTE

 

Además de los nombrados, asistieron a la misa de ordenación episcopal el Nuncio Apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig; el Arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, y el Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo.

También estuvieron presentes el Obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez; el de Reconquista, monseñor Ángel José Macín; el de Merlo-Moreno, monseñor Fernando Maletti; el de San Justo, monseñor Eduardo García; el Obispo de Azul, monseñor Hugo Salaberry SJ; el de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugons SJ, su Auxiliar, monseñor Jorge Vázquez, y su Auxiliar electo, monseñor Jorge Torres Carbonell.

 

Completan la nómina de obispos monseñor Gabriel Barba, obispo de Gregorio de Laferrere; los obispos auxiliares de Buenos Aires, monseñores Joaquín Sucunza, Alejandro Giorgi y Ernesto Giobando SJ, y el obispo emérito de Azul, monseñor Emilio Bianchi Di Cárcano.