Cine y Música. Broche de oro con cumple para un Festival que cautiva. Alta fidelidad a ESPECTÁCULOS DE JERARQUÍA

 

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musicos-221/12/2014. Ante una multitud que pobló los jardines del Museo Pueyrredon tocó a su fin la 7ma edición de un ciclo que año a año, va ganando más cinéfilos. Allí en ese inmejorable escenario cargado de historia local, se proyectó el film “Las Tres Edades”, un clásico de Buster Keaton, que contó para la ocasión con música en vivo de la Antigua Jazz Band. Nadie quiso perder detalle de este final de ciclo a toda orquesta que transformó a ese escenario natural de inigualable belleza, en un lugar amigable para los vecinos con una propuesta cultural única en su tipo que estimula los sentidos. El Festival tuvo su nota de color intimista. Es que en el cóctel brindado en el patio colonial del Museo –en este ciclo auspiciado por la aseguradora La Segunda– , se celebró el cumpleaños de Eleonora Jaureguiberry, la subsecretaria y gestora cultural del Municipio, todo un lujo a la hora de proyectar un año pleno de actividades que se destaca por la calidad de cada propuesta y ha colocado a San Isidro en el centro de todas las miradas.

 

Organizado y producido conjuntamente por la subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de San Isidro y la Fundación Cinemateca Argentina, con entrada libre y gratuita, el festival de Cine y Música, permitió a lo largo de siete noches – alguna de ellas reprogramada por la lluvia- que el público viera obras maestras del cine mudo acompañadas por música en vivo compuesta y ejecutada por prestigiosos artistas locales. Verdaderas operas prima que resignificaron cada proyección y le imprimieron mayor intensidad y belleza

 

Minutos antes de las 21, los asistentes fueron llegando para disfrutar de la película, que musicalizó la Antigua Jazz Band. “Las Tres Edades”, de 1923, un largometraje que dirigió el genial Buster Keaton.

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“Como todos los años, es un gusto poder compartir este Festival”, confesó el Intendente Gustavo Posse al tiempo que confirmó la realización de una octava edición de este evento, que ya tiene fecha en el calendario artístico y turístico. “Se trata de un fenómeno social, local y regional, único”, resumió.

 

 

La subsecretaria de Comunicación y Cultura de la Municipalidad de San Isidro, Eleonora Jaureguiberry, subrayó: “Esta séptima edición resultó consagratoria. La respuesta del público, el impacto en los medios, el entusiasmo de los artistas, nos mostró que es un Festival exquisito que ya tiene una corta pero muy interesante historia”.

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La funcionaria también destacó que la calidad artística de la propuesta que reúne películas del cine mudo y música en vivo creció cada año. Por su parte, Marcela Cassinelli, presidenta de la Fundación Cinemateca Argentina, dijo que el balance fue muy positivo. “Hace siete años nos planteábamos el interrogante sobre si habría público para esta propuesta; con la gran afluencia de espectadores que hubo, está más que respondido. Tenemos un público fiel que nos ha acompañado siempre. Todos hacemos este festival con muchísimo amor y cada año le ponemos más energía y queremos que sea más grande y más lindo”.

 

 

 

torta eleSin duda que así es, de hecho es una propuesta cultural de jerarquía que se supera año a año y que en esta temporada 2014 contó con un dato de color insoslayable. Ocurre que una de las hacedoras de esta buena idea, la gestora cultural Eleonora Jaureguiberry, celebraba precisamente ese sábado su cumple. Todo el equipo de Cultura en pleno, la agasajó con una torta, un ramo de flores y por cierto mucho afecto. No faltaron innumerables muestras de cariño para esta talentosa e incansable soñadora y hasta sus hijos, Felipe y Josefina dieron el presente junto a Gabriel Bouzat, el hombre que siempre la respalda en cada una de sus buenas y ocurrentes gestiones, que han logrado en estos años que los sanisidrenses recuperen el goce y el placer de apropiarse de cada celebración cultural  Contagiados con la alegría que ganó a los Bouzat-Jaureguiberry la gran familia de la dirección de Cultura volcó sus mejores esfuerzos para que la comunidad palpite sencillamente un cierre de ciclo fantástico.