Entrevista a Carlos Castellano, presidente del Concejo Deliberante. “En San Isidro hay MENOS VILLAS Y MÁS INTEGRACIÓN”

 

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13/11/2014. Mano a mano con el titular del legislativo local, la experiencia de La Horquilla, el proyectado realojamiento de la Villa Uspallata, ¿existe discriminación o se promueve a las familias a una mejor calidad de vida?. La cuestión del hacinamiento y la inseguridad. Ante un escenario de crecimiento de los asentamientos en el Conurbano, cómo se logró bajar la densidad en San Isidro. Enterate!

 

CtN: – Llegó al Concejo Deliberante el proyecto para realojar familias de la Villa Uspallata y fue criticado por discriminatorio.

Castellano: -El proyecto no es discriminatorio, discriminan los que quieren que las personas que viven en una villa estén  siempre así para tenerlos de rehenes políticos. La opinión de las propias personas que viven en los asentamientos es que no hay nada que los discrimine más que ser de la villa. En el colegio, cuando se busca trabajo, en el correo,  cuando se hacen amigos, en cualquier situación y ámbito, decir que se vive en una villa es quedar marginado. Buscamos una solución sustentable, como fue el caso de la llamada Villa La Horquilla.

En ese proceso de solución habitacional ganaron todos. Las familias que vivían el lugar e iban a ser desalojadas –como está ocurriendo ahora en Uspallata-, porque pudieron elegir dónde vivir. Los barrios de La Horqueta y Villa Jardín, a los que se les dotó de una urbanización más sustentable. Y el Municipio, que pudo recuperar casi toda la plata que invirtió y pasó a cobrar las tasas correspondientes a los nuevos vecinos.

CtN: – ¿Las villas traen inseguridad?

Castellano: – Por supuesto, a sus propios habitantes. No tienen seguridad jurídica, porque no tienen títulos de propiedad. No tienen seguridad urbana, porque sus habitantes no cuentan con la infraestructura básica y si tienen servicios, son muy precarios. No hay calles para que entren ambulancias, bomberos, patrulleros…

CtN: – Me refería a la inseguridad del delito

Castellano: -La mayoría de sus habitantes es gente honesta. Pero cuando no hay calles y números que identifiquen los domicilios, cuando la Justicia y la Policía no pueden ingresar para hacer procedimientos como en otros barrios, los delincuentes se sienten más seguros. Entonces usan estos asentamientos para ocultarse. Sin duda, la marginación social y urbanística crean condiciones que favorecen al delito. En el otro extremo, también hay delincuentes que se ocultan en los barrios cerrados, por la imposibilidad de hacer en forma reservada investigaciones judiciales, muchas de ellas sobre narcotráfico.

CtN: Las villas crecen, la marginalidad crece ¿hay forma de parar esto?

Castellano: En San Isidro las villas no crecieron, todo lo contrario. Tenemos menos villas y menos familias viviendo en villas. Eso se logró de varias maneras. La primera, siendo muy firmes para impedir nuevas usurpaciones y asentamientos. También somos firmes para evitar que se construya dentro de las villas para que no aumente la población y el hacinamiento. ¿qué pasa en un lugar donde hay luz, agua y gas, por ejemplo, para 100 personas y quieren permitir que haya 500? Lo que ocurriría es que al poco tiempo esas 500 personas y los vecinos de los alrededores tendrían más cortes de luz, baja presión de gas y de agua, por mencionar sólo algunos perjuicios. Esto es válido para cualquier barrio de San Isidro, sea asentamiento, de clase media o alta, pero cuando se trata de asentamientos, si no hay control se pueden dar situaciones como la Villa 31 de Retiro, donde las viviendas tienen más altura que la autopista y todos tienen miedo que esas construcciones se  vengan abajo. Ni en La Cava ni en otras villas de San Isidro hay construcciones de 5 o más pisos como en la villa 31, porque controlamos junto a la misma gente que el lugar no tenga peores condiciones de vida.

El otro camino para tener menos villas fue por medio de las urbanizaciones, para transformarlas en barrios con calles, plazas, centros de salud y casas o PH pero sin torres o monoblokcs.

También pudimos reducir con experiencias como la que proponemos ahora para Uspallata, es decir con realojamientos consensuados y sustentados por el Municipio como se hizo en La Horquilla.

CtN: -¿En el caso de Uspallata, no es mejor construir en el lugar?

Castellano: -En primer lugar, las tierras son privadas. Tienen un dueño que los está por desalojar. En segundo lugar, los municipios no cobramos impuestos para hacer viviendas. Esa es una responsabilidad y posibilidad Nacional y Provincial, y sería injusto que todos los vecinos de San Isidro les demos posibilidades de viviendas sólo a unos pocos. El sistema propuesto es sustentable porque el municipio recupera el anticipo de fondos que realice para darle solución a estas familias. Se le compra una casa a cada familia. Se vende la tierra y se recupera el dinero. La tierra que ocupan, al no haber un asentamiento toma un valor que permite llevar adelante este plan y generar un modelo urbano mejor para todos.

CtN: -¿No le parece injusto que el Municipio plantee esta solución para los que viven en las villas y no para los que alquilan, por ejemplo?

Castellano: – Sí, hay injusticia porque en la Argentina se quebró la posibilidad de acceder a préstamos para la vivienda que estén al alcance de un sueldo medio. Ese es el mecanismo que se debería utilizar para mejores procesos de integración social, porque la gente podría elegir dónde vivir y no que se hagan barrios pobres, para pobres, donde se reproduce el círculo de la pobreza. Es ilógico que en un país tan grande y con relativamente poca población el mayor déficit sea el habitacional. Pensemos que si los 3 Presupuestos más grandes del país (Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires) no tienen líneas de crédito accesibles, desde un Municipio es muy poco lo que se puede hacer en ese sentido. Pero nosotros hacemos esto para romper con la actitud pasiva, cómoda de decir “no se puede hacer nada para que la gente deje de vivir en malas condiciones en las villas. No se puede hacer nada para integrar su población con el resto”.  En esto contemplamos la situación de cada una de las familias que se mudará a su nueva casa, pero mirando al conjunto de San Isidro o, como en este caso, a Beccar, cuyos vecinos quieren que la localidad crezca con barrios, con gente que viva en condiciones dignas, donde se respete el esfuerzo y también los derechos de propiedad. No comparto la visión de quienes quieren socializar los bienes ajenos y no los propios. Por eso no apoyamos una expropiación para beneficiar a particulares que ocupan un bien privado.

CtN: – ¿Se mudarán dentro o fuera de San Isidro?

Castellano: -Pueden comprar donde puedan y quieran dentro de la posibilidad económica. Algunos eligen quedarse cerca en una pequeña vivienda propia, otros prefieren alejarse más y tener más comodidad, otros agregan dinero ahorrado, otros construyen en un terreno de los padres u otro familiar, etc. Ellos eligen.

En el caso de la Horquilla una familia compró en Jujuy y se la ayudó con la mudanza. Otra familia compró en Corrientes junto al rio con 800 ms. de terreno, otros en el Gran Bs As y otros en San Isidro.

Y aunque quienes se vayan de ese asentamiento tengan que comprar o construir fuera de San Isidro, siempre serán nuestros vecinos para continuar la escuela y acceder a los campos de deportes o el Sistema de Salud por el tiempo que lo necesiten