Las Rosadas tienen entre 20 y 70 años. Algunas son profesoras o psicólogas sociales, otras amas de casa, las más jóvenes estudiantes de carreras universitarias. Pero cuando atraviesan la puerta del Hospital y se calzan el guardapolvo rosado, sonríen con idéntica satisfacción y se mueven bajo la misma consigna: ayudar y ofrecer siempre la mano tendida a quien la necesite.
Son mujeres que dejan sus ocupaciones diarias para formar parte del equipo de voluntarias que desde, hace más de 50 años trabaja no sólo en el Hospital Materno Infantil y el Central de San Isidro, sino también en la Maternidad Sardá, el Hospital Rivadavia y el Hogar Marín.
Para ellas, la solidaridad es algo de todos los días y por la que no piden retribución. A su paso, las mamás y los papás de los pequeños pacientes las saludan casi con veneración: “¡Dios bendiga la tarea que hacen!”, les dicen. Es que ellas colaboran cuando hay que trasladar de cama a los enfermos, cuando una mamá primeriza necesita ayuda para cambiar pañales o dar la mamadera, cuando alguien necesita una oreja para apaciguar momentos difíciles o simplemente cuando hay que hacer trámites administrativos o atender teléfonos.
“La función de ellas no toca para nada la parte profesional que realiza una enfermera –supo confiarle a este medio Adolfo Casal, hijo de la fundadora-. Son complemento ideal de médicos y enfermeras en todos los lugares donde se desempeñan, porque cuando llega una persona totalmente entregada la bañan, la afeitan, le cortan el pelo, le festejan el cumpleaños con una torta con velitas; eso en un hospital es una cosa impensada”, advierte.
Ciertamente, la tarea humanitaria que cumplen sirve de vínculo con el área asistencial, humanizando la profesión. “Ellas llevan las historias clínicas, donan las radiografías, tienen banco de remedios, hacen en laborterapia todos los barbijos que se usan en cirugía; es muy trascendente todo lo que realizan”, aseguran. Así que está bueno con la excusa de pasar un buen momento en uno de los mejores links del país poder contribuir con la tarea que prestan estas trabajadoras abnegadas.