En el Día del Equino, el Hípico del Norte tuvo concurridísimo Concurso. Ana Pereyra: “No lo dudes, el caballo humaniza”

 

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jurado22/9/2014. Lejos del mundanal ruido y más en sintonía con los aires de campo, el sábado último se desperezó a pleno sol en las espléndidas instalaciones del CHN. Ahí nomás del río, en av Sor Camila Rolón 160, en el Bajo de Acassuso, se disputó durante el Día del Caballo un atractivo concurso interclubes de Adiestramiento, fiscalizado por la Federación Ecuestre Argentina. desde arribaPor la mañana, hubo exigencias para las categorías Preliminar, Elemental, Novicios, Children, Caballos Nuevos y Abierta y -por la tarde- pasaron por la pista de arena los más experimentados jinetes y amazonas. “En equitación el adiestramiento es la madre de todas las disciplinas” –confía Ana Pereyra, vice del Hípico del Norte, e invita a recorrer un club de tranqueras abiertas para el vecino que posibilita el contacto con el noble animal. “Acercarte a un caballo es lo mejor que te puede pasar, te renueva el espíritu –añade-. El vínculo con cada ejemplar es ideal para los chicos y los jóvenes, les da seguridad, temple y sobre todo, humanidad. La sociabilización que se logra con un caballo en un entorno natural en estos tiempos modernos donde vivimos a las apuradas es un soplo de vida. Hacerse de un espacio para tomar contacto con ese ser tan maravilloso que es el caballo no lo dudes, humaniza”, resume Ana.

 

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Ritmo, soltura, contacto, equilibrio y esa comunión especial entre el jinete y el caballo ganaron la pista de arena del Club Hípico del Norte. Es que en ese manchón verde con aires de campo a metros del río, se vivió una jornada de equitación a pleno. En efecto, durante la mañana y la tarde se desarrolló el Concurso Zona Norte, un Interclubes oficial de Adiestramiento que convocó a los mejores jinetes de la especializada no sólo del CHN sino del Alemán de Equitación, el Hípico Argentino, San Jorge Village, San Diego, Santa Lucía, Militar San Jorge, Gendarmería, Club de Campo Los Pingüinos, entre otras instituciones.

Un día fantástico, mucho entusiasmo y la asistencia de familias enteras se asociaron a este certamen que se disputó precisamente durante el Día del Caballo. Como siempre, el CHN –señera institución del hipismo sanisidrense–  fue el fiel reflejo de la excelente camaradería a la que esta disciplina nos tiene acostumbrados.

Con el espectacular marco del río como telón de fondo, rodeada de verde esta institución que crece sin prisa, pero sin pausa desde su mudanza al bajo de Acassuso, ofreció “un rectángulo” impecable para desarrollar las pruebas que contaron con el excelente nivel demostrado por el grupo de jueces y la solvente locución  de la eficiente Nancy Heredia.

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“Es una jornada pre primaveral verdaderamente increíble, estamos muy contentos de ser sede de este CICO”, suelta a poco de dar la bienvenida, Ana Pereyra, vicepresidente del Hípico del Norte, al tiempo que adelanta que además por tratarse del Día del Caballo va a haber un pequeño homenaje en pista “a ese ser tan noble”. En ese momento Nancy por los altoparlantes relata la legendaria travesía de los caballos criollos “Gato” y “Mancha”, una épica hazaña ecuestre que unió allá por el veintitantos Buenos Aires y Nueva York, cumpliendo una proeza hípica, y un desafío humano y equino, a la vez.

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En “el rectángulo”, entretanto, el aire queda sostenido por un hilo, mientras los jinetes de las categorías iniciales demuestran todos los avances logrados en tan difícil disciplina. La convocatoria, a todas luces, fue excelente. Como siempre, detrás de cada uno, estaba el apoyo de los entrenadores y en el caso de los más chicos el de sus papás, una suerte de “apoyadores inclaudicables”, que les dan el respaldo fundamental para que lleguen a cosas importantes en el deporte.


 

LA MADRE DE TODAS LAS DISCIPLINAS

“El adiestramiento, comienza en Preliminar con ejercicios simples, para que el caballo flexione, acepte la montadura y resulte una experiencia agradable para el jinete, mientras que en las categorías superiores podés apreciar la perfecta complementariedad y armonía entre caballo y jinete. Eso desde las gradas se ve simple, pero lleva muchos años de práctica y aceptación –describe Ana-. En pista uno comprueba que el caballo acepta totalmente todas las indicaciones del jinete. En equitación el adiestramiento es la madre de todas las disciplinas”, define.

En la prueba de Preliminares Mayores se impuso la amazona Delfina Barros, del San Jorge Village  con “Fourteen”, seguida por Marcela Troyano del Club de Campo Los Pingüinos llevando las riendas de “Bandurre Impar” y tercera quedó Laura Izzi, del Hípico Militar San Jorge montando a “Recuerdo”.

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La categoría Elemental quedó en manos de Adriana Romero de Figueroa con “Negracha”, representando al Militar San Jorge, la escoltó Paola Sosnicki, del CHA con “Emece Escudero” y tercera quedó la amazona Carolin Mallmann, la hacedora del Haras Lady Godiva, allá en la paradisíaca José Ignacio, en Uruguay –donde todos los años organiza el torneo solidario de Polo de Punta del Este cita ineludible de jugadores de alto handicap de la talla de Adolfito Cambiaso y de empresarios como Cristiano Rattazzi y Ernesto  Gutiérrez que contribuyen con las escuelas de Garzón, esas del “Uruguay de Adentro”, como gusta definir al consumado chef Francis Mallmann primo de Carolin-, llevando las riendas de “Mandie”. Ocurre que su marido, Carl Fatch, titular del Haras de caballos de salto La Barrancosa, comparte la misma pasión por los equinos y no perdió detalles del debut de Carolina en Adiestramiento. Ambos concedieron una nota exclusiva a CONtinta NORTE (ver aparte), donde relataron cómo viven estos sueños compartidos por los caballos de polo y los de salto y adiestramiento.

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En  Novicios, por caso, brilló Carola Taddeo, con “El Zar JJ”, del Haras La Purísima, secundada por Florencia Ortuondo Piper del CHMSJ llevando a “Baral Nazareno”. Finalmente en la exigencia Abierta, Malena Giusti dio que hablar con “TH Pasión”, del Club de Gendarmería Nacional.

 

 

 

 

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CLUB DE TRANQUERA ABIERTA

Ya va siendo el mediodía y al fondo de la pista, un asador apura las achuras y las tiras de asado y vacío. De pronto, tiene lugar la colorida ceremonia de entrega de cucardas y de premios, tras la cual sobrevendrá una especie de tercer tiempo ecuestre en el cada vez más bonito restaurante donde no faltarán anécdotas y curiosidades de una jornada ecuestre única. En medio de una edificante picada, campea un clima de camaradería que contagia y Ana se anima a confesar el secreto: “Este es un club de tranqueras abiertas para los vecinos. Aquí pueden venir con sus familias, recorrer las instalaciones, disfrutar de los concursos bien en las gradas o tomando una gaseosa desde la confitería. Este es un pedazo de campo dentro de la ciudad y, acá San Isidro se distingue porque todos los que acudimos al CHN amamos a los caballos”, revela. Alrededor de la mesa, por cierto, se abre un álbum de recuerdos que identifica y une.

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“Acercarte a un caballo es lo mejor que te puede pasar, te renueva el espíritu –añade la vicepresente-. El contacto con el animal es ideal para los chicos y los jóvenes, les da seguridad, temple y sobre todo humanidad”.

 

A pasos de la Talabartería que luce espléndida y renovada, Ana cuenta que el Hípico del Norte dispone de una escuela de equitación a la cual para asistir no es necesario ser socio. Pueden visitarla aquellos que no han tenido nunca contacto con un animal y quienes además de llevar la equitación en el alma, saben del trote de un roano, bayo, pinto o alazán. “Siempre contamos con boxes vacantes –dice la mujer mientras recuerda que superan el centenar e invita: “Además aquel que no monte está invitado a concurrir para adentrarse en este mundo de la equitación”.

 

TERAPIA QUE SANA

A la escuela concurre un público tan heterogéneo que parece mentira: chicos maravillados con los petisos, papás que aprenden de sus potrillos y de paso saben algo más de sus hijos, mujeres que disfrutan de la armonía en el andar y ejecutivos estresados que ven en los caballos una terapia.

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La tarde va llegando somnolienta, ella tampoco quiere irse de ese rinconcito de campo en la ciudad. La pregunta ahora es dónde está la terapia. Quizás esté escondida en los atisbos de nobleza de los caballos o en el oportuno consejo de Ana: “La sociabilización que se logra con un caballo en un entorno natural en estos tiempos modernos donde vivimos a las apuradas es un soplo de vida. Hacerse de un espacio para tomar contacto con ese ser tan maravilloso que es el caballo no lo dudes, humaniza”, remata. Y ciertamente hay que creerle.