Abrió en el Pueyrredon: “Retratos para una Identidad”, de García del Molino, tesoro que permite espiar una época

 

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pueyrredon 1116/9/2014. Un patrimonio de inconmensurable valor visual puebla por estos días las paredes del Museo Pueyrredon, en Acassuso. Se trata de una exhibición promovida en  elogiable sinergia con el Museo Isaac Fernández Blanco que rescata la paleta del artista chileno Fernando García del Molino (1813-1899), conocido como “El pintor de Rosas”. garcia del molino“Este lugar tiene una magia –planteó el Intendente Gustavo Posse durante la apertura- que 160 o 170 años después haya sido rescatada la obra de un pintor al que se lo conocía como el retratista de un dictador y que a su obra no se la tuviese en cuenta como el reflejo de una época, en un país con 200 años de historia, está muy bueno. También lo es, que en este rincón del país -que también tiene su acervo-, se produzca este reencuentro de los argentinos con nuestra historia”. Permanecerá abierta al público hasta el 16 de Noviembre en la casona que mira al río en Rivera Indarte 48, Acassuso. Mirá los videos!   

 

“Los Museos Históricos son muy importantes porque nos permiten encontrar nuestro anclaje, nuestros orígenes, actualizar nuestra visión y aprender de los enormes sueños y de los errores que se cometieron en otros tiempos”, reflexiono al abrir la muestra la subsecretaria de Cultura de San Isidro, Eleonora Jaureguiberry ante un Patio de los Naranjos del Pueyrredon, poblado de personalidades del ámbito cultural ávidas por conocer el mundo interno de un creador y su tiempo. Es que allí tenía lugar el sábado último la apertura de la muestra que expone la vida y trabajos del artista chileno Fernando García del Molino (1813-1899) conocido como “El pintor de Rosas”.

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Allí podía verse a destacados coleccionistas privados como Mario López Arcidegui, los Perea, los Lanús o los García Balcarce,  que contribuyeron con préstamos de sus propias colecciones, a enriquecer esta instalación que reúne obras de museos nacionales, provinciales, municipales y religiosos.

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La muestra, patrocinada por la empresa de seguros La Segunda, alberga obras de museos, como el Histórico Provincial de Santa Fe Brigadier General Estanislao López, del Complejo Museográfico Enrique Udaondo, del Histórico de la Ciudad de Buenos Aires Brigadier General Cornelio de Saavedra y del Centro Naval, entre otros. En total, intervinieron 18 instituciones para desarrollar una exposición que permite espiar cómo era la vida en el siglo XIX. 


 

“Retratos para una Identidad”, de Fernando García del Molino, el pintor autodidacta que retrató el siglo XIX, arrancó en Mayo último en el Museo Fernández Blanco de la Ciudad de Buenos Aires y llega ahora en Septiembre al Pueyrredon, en una apuesta de ambos ampliar por ampliar el territorio de influencia de ambos museos. “Se trata de dos exposiciones sucesivas y complementarias”, reveló Jorge Cometi, director del Museo Isaac Fernández Blanco (MIFB) al tiempo que confió un hecho para nada menor: “Con esta muestra se modificaron agendas de conservación de algunas instituciones y hay beneficios secundarios, obviamente. Las obras están en mejores condiciones hoy de los que se encontraban hace un año y medio atrás y eso se debe al esfuerzo de todas estas entidades culturales que han apoyado este proyecto con su trabajo personal, rescatándolas, poníéndolas en valor y mejorándolas”, explicó. En efecto, muchas instituciones dedicaron tiempo imprevisto en sus cronogramas de restauración y mantenimiento para poder prestar obra. Pruebas al canto: el Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural de la Universidad de San Martín tuvo una de las tareas fundamentales: restaurar el retrato de la joven Felisa Bellido.

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“García del Molino fue uno de los retratistas más importantes del período federal y del siglo XIX. Se sabe que tuvo que armar un taller para atender la demanda de retratos de la alta sociedad y que él se dedicaba especialmente a pintar a algunos de los personajes más destacados de la ciudad“, aportó Cometi desde el MIFB

Lo cierto es que el pintor chileno que llegó al Río de la Plata en su juventud fue el autor de casi 4000 retratos de distintos tamaños, de los que por lo menos 800 llegaron intactos hasta nuestros días. De esa extensa tarea, no pocos ganan por esto días los atriles de las enhiestas paredes del Museo Pueyrredon, en Acassuso.

“Hay mucha obra nueva que nos permite seguir reconstruyendo la historia del artista y la constitución del campo del arte de la Argentina del siglo XIX –valoró la titular de Comunicación y Cultura de San Isidro e impecable gestora cultural, Eleonora Jaureguiberry en sus palabras de apertura– . Creo que más allá de ese valor en sí para todos nosotros encierra un valor iconográfico e histórico que nos hace preguntarnos cosas nuevas sobre cómo se vivía en esa época y qué relaciones existían entre las personas y con el estado en esos días del XIX”.

lebreroJaureguiberry observó que la muestra es el fruto del trabajo de dos años entre ambos museos, es el producto de un modelo de gestión asociada que supo del esfuerzo de numerosas personas, entre ellas, la incansable “Cecilia Lebrero que se puso la muestra al hombro”, definió.

Curada por Lía Munilla Lacasa, Gustavo Tudisco, Marcelo Marino y Patricio López Méndez, la exposición propone volver a pensar acerca de la identidad del artista, la de sus modelos y la de su época.

El porte de Juan Manuel de Rosas, los ojos anhelantes de amor de la joven Felisa Bellido, la difícil cabellera de Josefa Ezcurra o la serena ancianidad de Joaquina López Camelo son apenas algunos de los retratos que Fernando García del Molino pintó para ellos y que han sobrevivido hasta la actualidad y se pueden apreciar en esta instalación que atesora alguna sorpresa más. “Otra de las cosas interesantes es la conversación entre Fernando García del Molino con Prilidiano Pueyrredon, esa conversación es muy fluida y se pueden trazar muchos paralelismos entre un artista y el otro”, describe Jaureguiberry invitando a conocer la exhibición. Además,  a través de distintos trabajos, se puede ver cómo era la técnica de García del Molino, de qué modo dibujaba el personaje por retratar y cómo luego lo plasmaba en la tela.

Todo ese maravilloso mundo está al alcance del gran público y se puede espiar a pocas cuadras de casa. Sólo hay que animarse y recorrer las distintas salas del Museo Pueyrredon, ahí nomás de la barranca que balconea al río. Visitas:  los martes y jueves de 10 a 18, y los sábados y domingos de 14 a 18.