Los segundos puestos también se celebran. La Zona Norte festejó sin incidentes el subcampeonato

FESTEJOS MUNDIALISTA EN MARTINEZ1CHICOS FESTEJOS EN MARTINEZ1

 

14/7/2014. Como contracara del descontrol y la violencia que campeó en el Obelisco en distintos puntos característicos de la Zona Norte hubo festejos teñidos de celeste y blanco en reconocimiento al logro de la selección argentina.

 

 

PIBE CAMISETA MESSI1

 

 

Tras 24 años, Argentina, volvió por los fueros y gravitó en una copa del Mundo. “Si los holandeses . que siempre están en la discusión en los mundiales y no ganaron ningún título, celebraron un merecido tercer puesto cómo no festejar un subcampeonato –planteaba un papá eufórico mientras le hacia cococho a su hijo con la Diez de Messi– Nuestros jugadores dejaron todo y este es nuestro reconocimiento al esfuerzo. Hay que dejaCARITAS PINTADAS1r atrás el mal recuerdo de la final y celebrar!”, aconsejaba.

 

 

Un poco más allá un puñado de chicas con las caritas pintadas no dejaba de cantar y hasta una suerte de murgabandera peluca1 –integrada por no pocos simpatizantes de Boca– desataba su euforia con rítmico paso típico del Carnaval. Un papá, en tanto, se había armado una bandera gigantesca con el mango retractil de su caña y su hijo como él con colorida peluca celeste y blanca veía como la enseña patria se fundía con una luna espectacular que asomaba tras el cartel del Cosdel de Martínez. En cada una de las localidades, en plazas y lugares de encuentro miles de personas salieron a las calles para festejar el logro.

 

 

 

 

FESTEJO EN SAN ISIDRO

 

Como ya es un clásico, la avenida Santa Fe y Alvear, en el Alto, fue invadida por banderas y remeras celestes y blancas. La gente, con cánticos y bocinazos se sumó a la algarabía que se replicó en toda  la Zona Norte. En efecto, a poco de terminar la final con Alemania, como siempre la  avenida Centenario y Márquez, frente a la Pinturería Prestigio, en San Isidro, comenzó a poblarse de gente y en lugar del hit mundialista “Brasil decime que se siente” volvió a escucharse con fuerza sostenida el “Ole ole ole, ole ole ole ola, ole ole ole, cada día te quiero más, yo soy argentino, es un sentimiento, no puedo parar”.

 

 

Los trenes del Mitre que pasaban ahí nomás se asociaron a la celebración aportando lo suyo con las bocinas de las formaciones.

 

 

La escena se calcaba sobre la avenida Maipú, en Olivos, donde tronaron las cornetas al igual que en Cazón, Tigre y en el casco sanfernandino. Imágenes que se repetían en cada rincón, cada barrio donde se manifestó espontáneamente un público heterogéneo en mayor medida integrado por jóvenes.

 

 

VANDALISMO Y SANO FESTEJO

 

 

 SOBRE EL TECHO1

Durante los festejos, un grupo de adolescentes algo exaltados, que estaban mezclados entre los simpatizantes y las familias, se trepó al techo de los refugios reservados al transporte público, mientras otros daban vuelta los contenedores de residuos para arengar, hubo algo de alcohol pero la cosa no pasó a mayores. Más allá del fervor, todos cantaron, saltaron y bailaron sin registrarse incidentes.

 

 

Tras las vallas que cortaban el tránsito en las avenidas del alto, habían varios móviles policiales y del Programa Cuidado Comunitario custodiando los festejos. “Todo está normal”, soltó un agente apostado en el lugar y destacó que muchos de esos jóvenes asistían al primer logro argentino en un mundial tras un cuarto de siglo. “Es una sana alegría”, remató