Presentaron libro para redescubrir la historia de San Fernando a partir de quienes vivieron en la Quinta ‘El Ombú’

 

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_DSC376129/12/13. El historiador Roberto Carleo publicó ‘Historia de la Quinta El Ombú y sus célebres moradores’, un material de investigación que cuenta las anécdotas de uno de los predios más importantes del ejido sanfernandino. Contiene biografías, planos, reseñas, transcripciones de escritos y relata la verdadera cronología del terreno antes de su división y de que se perdiera el hogar del prócer local Juan N. Madero. La presentación tuvo lugar en el nuevo Teatro Martinelli, y su realización contó con el apoyo del Municipio de San Fernando.

 

 

Mirar al pasado en profundidad permite comprender mejor el presente y, de esa forma, avanzar con pasos certeros hacia cualquier objetivo que se intente alcanzar. Es por eso que Roberto César Carleo, asesor histórico del Municipio, trabajó arduamente para compilar la ‘Historia de la Quinta El Ombú y sus célebres moradores’, que mantiene su sello personal de utilizar lugares de trascendencia como disparador para contar la vida y obra de los personajes que le dieron forma a San Fernando. El Municipio apoya fuertemente sus investigaciones, ya que las considera fundamentales para fortalecer el acervo cultural sanfernandino, a partir del reconocimiento de la grandeza de su identidad.

 

 

“La importancia histórica de esta residencia viene de cuando el Virrey Sobremonte la visitó en 1805 y descansó bajo el ombú, donde según la leyenda exclamó ‘¡qué buena vista!’, y sería ese el nacimiento del nombre completo de nuestra ciudad”, explicó el historiador en la presentación del libro, en el Teatro Martinelli -Simón de Iriondo y Lavalle-.

 

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Según dijo el autor: “Este libro no habla de las primeras reuniones, de las famosas tertulias, ni los primeros encuentros culturales que allí se hicieron. Sólo cuenta la historia de aquellos que lo habitaron, pasando por el periodo colonial, el inmigratorio y el periodo de las familias ‘tradicionales’, llamadas así por contar más de 100 años en la zona y ser promotores de las industrias que precedieron a los mataderos”.

 

 

El autor continuó hablando sobre el predio de Avenida del Libertador al 600: “Fue una donación del Comandante General de San Fernando de las Conchas, Don Carlos José Belgrano, a su colaborador Don Juan de la Rosa, que prestó servicio desinteresadamente durante las inundaciones de julio de 1805”. Carleo enriquece sus datos con reseñas, fotos de época, planos antiguos, biografías y transcripciones de cartas y manifiestos.

 

 

“En 1840 compró la vivienda Juan Nepomuceno Madero, a quien se le debe el primer telégrafo en el partido, la primera biblioteca y su intervención en el gobierno local con muchísimo cariño por este pueblo. Un hombre muy dedicado al bien de todos, muy preparado para ello”, comentó su admiración. “Madero le dijo a su hijo ‘sólo quiero una casa con paredes de adobe y techo de teja que me permita tener una vejez tranquila, donde pueda vivir mis últimos años’, pero no sabía que le esperaban desafíos que enfrentó con gran empeño”, agregó.

 

 

Y luego reveló: “Su casa original estaba pegada a ‘El Ombú’, por la calle General Pinto y lamentablemente fue demolida después de un loteo. Hubo muchos años un cartel en la quinta actual que decía ‘aquí vivió Juan N. Madero’, y eso era totalmente falso. Hoy se guardan nada más que 3 habitaciones, lo único que queda de la vivienda de ‘el patriarca’. En 1974 pasó a estar bajo administración de la Municipalidad”.

 

 

Roberto Carleo presentó recientemente ‘Un posible recorrido por mi pueblo’ y ‘Sanfernandinos más allá de la muerte’. Con la producción de ‘Historia de la Quinta El Ombú…’, cierra un 2013 muy fructífero para su tarea de “sacar a la luz los hechos del pasado”, como dice en el prólogo de su último libro.

 

 

“Fue un lindo desafío hacerlo. Vaya mi agradecimiento para el Intendente Luis Andreotti, que me pidió un tríptico con información y terminó siendo un libro de muchas hojas. Para el año que viene, anticipo, haré un libro sobre las escuelas de Isla, que no solo cumplieron en la historia con la educación de los niños isleños, sino que fueron y son un nodo de relación social”, concluyó.