Medallas en el Día de la Enfermería. Posse rescató el rol y la importancia del FACTOR HUMANO en la atención del paciente
22/11/13. Las “mujeres de blanco” muchas veces calificadas por los mismos pacientes como “casi ángeles” por esa profunda vocación por salvar vida fueron las protagonistas centrales del homenaje que tuvo lugar ayer por la mañana en el Hospital Melchor Posse de San Isidro. Es que, como todos los años, el Intendente Gustavo Posse reconoció la labor de estas trabajadoras incansables en su día y entregó medallas a las enfermeras que se jubilaron este año. ¿Las premiadas? Fueron Sandra Jutco, Dora Romero, Blanca Romero e Irene Peloso, entre otras. El jefe Comunal rescató la importancia del factor humano en la atención del paciente. “Cuando una persona está enferma, además de contar con el médico, quien siempre está presente es la enfermera. Y por más que la tecnología avance, el rol de la enfermera nunca va a desaparecer, ya que su función es fundamental”, expresó Posse.
Con un Aula Magna del Hospital Central atiborrada de delantales blancos se celebró ayer el Día Nacional de la Enfermería. El acto tuvo lugar durante la mañana del jueves y contó con la presencia -además del jefe Comunal- del secretario de Salud Pública, doctor Eduardo Prado; de los directores del Hospital Central, y de la jefa del Departamento de Enfermería, entre otras autoridades.
“Las enfermeras y enfermeros tienen en el sistema de salud de San Isidro una trayectoria muy grande y en el caso de que los que se retiran pongo en duda este retiro porque los enfermeros siguen siempre manteniendo su actividad en el barrio o en su entorno familiar”, dijo el Intendente Posse en su emotivo mensaje.
“Si bien el uso de la tecnología es fundamental, lo más importante dentro de un hospital es el factor humano. Y ahí las enfermeras tienen un rol primordial, ya que están en constante contacto con los pacientes. Hoy, en su día, queremos aprovechar para homenajearlas y reconocer su labor diaria y su sacrificio”, destacó.
Previamente, antes de la entrega de medallas, hubo una misa presidida por el párroco Martín Ricur, y unas palabras del secretario de Salud Pública del Municipio, Eduardo Prado, quien hizo hincapié en el crecimiento de la Escuela Municipal de Enfermería “Sor Camila Rolón”, asociada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, y que otorga el título de licenciatura.
El doctor Prado recordó que en esa jornada se distingue a enfermeras que son parte de un sistema de salud municipal que a su vez tiene “una escuela de enfermería reconocida por la UBA donde se forman profesionales que son un orgullo y un ejemplo. Por eso, este premio reconoce esta actividad tan digna”, expresó. .
Sandra Jutco fue una de las homenajeadas, al jubilarse luego de 30 años de actividad. Con lágrimas en los ojos, contó que empezó a trabajar de enfermera a los 18 años, siempre en el Hospital Central. “Estoy muy emocionada, le tengo mucho amor a esta profesión. La relación con los pacientes es muy fuerte. Los conocés desde que entran con alguna patología y muchas veces se curan, pero otras van empeorando, y en todo ese proceso se forja una relación muy estrecha. Hay que estar preparado para poder ayudar a los demás”, expresó.
“Tengo una mezcla rara de sensaciones. Es una emoción inmensa este día. Esta profesión me dejó muchas amistades de las buenas”, dijo Dora Romero, tras recibir su medalla.
Blanca Morales fue una de las enfermeras más aplaudidas de la jornada. Se jubiló luego de trabajar durante 35 años. “Era tan jovencita cuando empecé. Yo comencé en el Hospital como mucama, y en esa época había pocas enfermeras, así que me decidí a estudiar. Esta profesión me dejó todo, alegrías y tritezas”, comentó emocionada.
A su vez, Irene Peloso destacó que este reconocimiento le trajo mucha nostalgia: “Acá pasé lo mejor de mi vida. Gracias a Dios pude trabajar de lo que me gustaba. Mis mejores amigos fueron mis pacientes. Y les quiero agradecer especialmente a mis compañeras que me han enseñado un montón”.