Close Up. Tomás, hijo de Andrea Frigerio, dio el Sí en la Estancia Carabassa, Pilar. Ayres de Campo y mucho romanticismo

 

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12/11/13. El sanisidrense Tomás Frigerio (31) y Estefanía Couture de Troismonts(28)  “Fefi”, para los amigos, llevaban nueve meses de novios y acababan de enterarse de que ella estaba embarazada. En Punta del Este, allá por el 2012, la feliz pareja comenzó a planear su boda soñada con la pequeña Olivia en camino. Finalmente se concretó hace unos días en la Estancia Carabassa, en Pilar con un feliz anuncio: aguardan el segundo hijo para marzo de 2014. Durante la romántica ceremonia lareconocida actriz debutó como madrina de bodas y horas antes realizó una impecable producción para la Revista Hola Argentina. Distendida y relajada Andrea, que aseguró pasar por su mejor momento, se peinó, maquilló y vistió junto a Fini en su casa de San Isidro.

 

 

Tomás Frigerio el hijo de la sanisidrense Andrea Mitchelstein y Eduardo Frigerio contrajo enlace a fines de Octubre y dio el sí frente a 400 invitados en una exclusiva chacra de Pilar. Allí, en la  Estancia Carabassa, luego de la ceremonia religiosa, la fiesta empezó con un té al atardecer

 

 

 

Lo cierto es que la joven pareja comenzó a planear la boda en enero de 2012, en Punta del Este. Tomás Frigerio (31) y Estefanía Couture de Troismonts (28) llevaban nueve meses de novios y acababan de enterarse de que “Fefi” –como le dicen sus íntimos– estaba embarazada. Allí decidieron que sería una celebración de tarde, en el campo, acompañados por su hija Olivia –que hoy tiene un año–, rodeados de sus familiares y amigos más cercanos.

 

Casi dos años más tarde, el pasado sábado 26 de Octubre, convocaron a cuatrocientos invitados en los jardines de la Carabassa, en Pilar, para celebrar el casamiento civil, la ceremonia religiosa y anunciarles, además, que esperan el segundo hijo para Mayo.

 

Andrea Frigerio (52) –mamá del novio– estuvo entre las primeras en llegar, minutos antes de las tres de la tarde. Acompañada por su marido, Lucas Bocchino (48), y por su única hija mujer, Josefina (16), enseguida fue a buscar al novio para desearle suerte.

 

 

“Cuando lo vi a Tommy vestido de novio me emocioné hasta las lágrimas, estaba muy buenmozo. Lo vi feliz, creo que está perdidamente enamorado”, contó más tarde Andrea, que debutaba como madrina de boda. No solo fue emocionante por lo que representa el sacramento. Según Andrea, fue un día especial por haberlo compartido junto al padre de su hijo, Eduardo Frigerio (55).

 

“Cuando nació Tommy, yo tenía apenas 19 años y él, 22. Y, aunque estamos separados hace más de veinte años, tenemos buena relación. Estar parados juntos frente al altar fue un gran corolario para los dos“, confesó.

 

Durante la ceremonia religiosa, celebrada al aire libre, Andrea se ocupó, además, de tener en brazos a Olivia. “Aunque no entiende demasiado, quería que estuviera presente para que cuando sea grande pueda verse en las fotos y contarle que compartimos ese momento tan especial. Por suerte se portó muy bien”, dijo.

 

TARDE DE CAMPO

 

Los festejos por el matrimonio entre Tomás y “Fefi” empezaron, en realidad, antes del sábado a la tarde. Tanto el viernes 25 como el mismo sábado por la mañana, los novios se reunieron con un gran grupo de amigos para ocuparse ellos mismos de la decoración de la estancia. Guiados por la ambientadora Luli Chavanne, colgaron lámparas de papel chinas, repartieron velas y pusieron arreglos florales armados con botellas y lavandas. “Lo hicieron como un programa, fue mucho trabajo pero se divirtieron muchísimo“, reveló Andrea. La ambientación estuvo inspirada en La Provence y, en lugar de las tradicionales mesas redondas, se dispusieron largos tablones que respetaron el espíritu campestre.

 

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Mientras Tomás y Estefanía daban el sí, Andrea sostenía a Olivia.  Foto: Hola!

 

Después de la ceremonia religiosa y la civil, los novios acompañaron a sus invitados a las mesas para tomar el té. El catering, a cargo del restó Farinelli, incluyó brownies, scones, sandwiches de jamón y queso y pequeñas tortas. Se sirvió limonada, variedad de tés en hebras y café. Cerca de las ocho de la noche largó la fiesta. Los novios bailaron el vals y el DJ se ocupó de pasar la música que Tommy le había sugerido. La selección fue amplia: desde rock de la década del 70 y del 80 hasta clásicos del pop de los 90 y reggaetón. A partir de las once de la noche empezaron a salir las pizzas, hechas a la parrilla. Y, una vez que terminaron de comer, tocó la banda Turbina y se repartió el cotillón que, entre otras cosas, tuvo divertidas pelucas flúo.

 

“Durante toda la organización del casamiento yo solo seguí las directivas de los novios, quise acompañarlos y que ellos fueran los protagonistas. Mi única sugerencia fue el lugar, que me lo recomendó Paula Cahen d’Anvers y resultó divino”, contó Andrea.

 

La fiesta terminó cerca de las cuatro de la mañana. Entonces los novios volvieron a su casa junto a su hija, recuperaron energías y dos días más tarde partieron hacía Río de Janeiro, de luna de miel. La llevaron a la pequeña Olivia para que conozca el mar. Bien por ellos!!!

 

 

 

Fuente y Crédito Foto:  Revista Hola! www.hola.com.ar

 

Texto: Julia Talevi/ Fotos: Walter Carrera.