Puesta en valor de la Primitiva Cruz de Hierro del Cementerio de San Isidro. PRESERVAR EL PASADO

 

ABRIMOS CRUZ

 

GENERAL CEMENTERIO5/11/13. En el día de los Santos Difuntos, el sábado último un puñado de integrantes de la Asociación Hijos y Amigos de San Isidro tributaron un emotivo homenaje a la antigua cruz de hierro del Cementerio local, una pieza invalorable colocada por las misiones jesuitas en 1837 y que durante  más de 70 años estuvo perdida. LA CRUZUna paciente búsqueda realizada por el vecino e historiador Jorge Tirigall, llevó a desandar el extraño derrotero de ese símbolo de la cristiandad tan ligado a la expresión de fe del pueblo sanisidrense. Las diligentes gestiones cumplidas por Tirigall, la decisión de los sucesores del constructor José Luis Macchi y una ordenanza del entonces Intendente Melchor Posse, allá por 1993, permitieron recuperar y devolver la cruz a la necrópolis local para exhibirla en todo su esplendor. El sábado se descubrió una placa dando testimonio de la antigüedad de la pieza.  Los dominios del Santo Labrador, recuperaron por la paciente tarea de una institución que rescata el pasado local, una pieza vinculada a su acervo histórico. Una crónica verdaderamente apasionante y curiosa.

 

 

 

PLACA CRUZLa historia, ciertamente, se encarga de imprimir los caracteres de sus hechos en las futuras generaciones. Y, las más de las veces, lo hace de un modo misterioso y sutil. Allá por el año 1837 las misiones jesuíticas, en una de sus visitas a San Isidro dejaron un 30 de Septiembre de ese año en la necrópolis local una antigua cruz de hierro muy particular que fue venerada por todo el pueblo con unción. Sin embargo, la demolición y posterior construcción del Cementerio local ubicado en Don Bosco y Haedo y más tarde la entronización de una cruz monumental, hicieron que la anterior cayese en el olvido. Por años esta antigua cruz, obsequiada por la congregación jesuita, fue guardada por quien se ocupó de la restauración del camposanto el constructor José Luis Macchi, quien la preservo en su casa de Tres de Febrero al 100, en San isidro. Escudriñador del pasado como pocos, Tirigall supo dar con la hija de Macchi – María Luisa de Davini– y este como legado le había encomendado restituirla a su lugar original. Comenzó así un largo y fructífero peregrinar, la cruz fue dada en custodia al Colegio Santa Isabel, se utilizó durante un Vía Crucis en 1993 y, poco tiempo después, por gestiones de la Asociación Hijos y Amigos de San Isidro, encabezada por el propio Tirigall, ante el entonces Intendente Melchor Posse se logra el decreto que la restituye a su sitio original.

 

 

 

Hay infinita memoria diseminada en cada uno de los seres que conforman una comunidad que conservan historias vividas por ellos o contadas a través de padres y abuelos. “Esas vivencias deben ser conservadas y trasmitidas para dar sentido al lugar donde se vive –destacó el orador de la entidad, Horacio García– .Quienes estamos comprometidos en la conservación del patrimonio histórico, cultural y natural debemos crear estrategias para trabajar integralmente” y convocó a ser una suerte de custodios de la memoria coelctiva “que constituye un inasible y poderoso sustento. Dentro de ese contexto se encuentra la primitiva cruz del cementerio de San Isidro”, indicó.

 

http://youtu.be/AOHf-WYMg7g

 

 

PADRE PANCHOEn la ocasión, los vecinos Miguel Lafuente y Jorge Tirigall reseñaron la tarea de los jesuitas en San Isidro y el derrotero de la cruz en un minucioso relato. Luego el propio Tirigall, el secretario Mario Alonso –en representanción del Intendente de San Isidro, Gustavo Posse-,  Enrique Borrelli y Javier Jofré, descubrieron una plaqueta, bendecida por el padre Pancho del Colegio Santa Isabel, que da cuenta de la historicidad de la pieza y que se trata de la primitiva cruz de hierro del Cementerio.

 

“Lo importante de todo este derrotero que tuvo la cruz hasta estar nuevamente acá representa un verdadero milagro. Y los milagros son atemporales, no dejan de ser auténticos, son milagros –expresó el secretario Mario Alonso- . Así que realmente es una alegría enorme que la gente de Hijos y Amigos de San Isidro se hayan preocupado por recuperar esta valiosa pieza para toda la comunidad”.

 

MARIO A“La importante obra que realizaron los jesuitas en nuestro país dejó su huella aquí también”, destacó Alonso, quien en coincidencia con el sacerdote dejó en claro que el recuperado símbolo no solo encierra un mensaje de paz sino que también expresa fortaleza y luz “porque esos rayos lo dicen todo”, aludiendo al trabajo en hierro que la rodean.

 

Hoy la primitiva cruz de hierro está entronizada a poco del ingreso a la necrópolis local donde descansan –como destacó el sacerdote al impartir la bendición- no pocos vecinos que dejaron huella y trascendieron con sus actos. Más allá de ese hecho, que debe llamarnos a valorar la buena sentda, en tiempos donde pareciera que los jóvenes no son muy afectos a la defensa de las tradiciones- que una entidad y sus integrantes se ocupen del recupero de la historia  y la memoria colectiva es algo que emociona. Y que lo hagan sin más interés que el legarnos un testimonio que hace a la identidad común, aún más. O que hacen a ese país propio que empieza por el barrio, entendido como “principio y fin de las mejores cosas”..

 

http://youtu.be/XPQ7kVbO23k

 

HISTORIA DE LA PRIMITA CRUZ DE HIERRO

 

 

 

LOS JESUITAS. La Compañía de Jesús, creada por San Ignacio de Loyola en el año 1554. En el año 1667 la orden de los jesuitas o Compañía de Jesús fue expulsada de Buenos Aires debido a una ordenanza impartida por el entonces Rey de España Carlos III y su decisión se cumplió al pie de la letra. La congregación jesuítica fue sustituida por franciscanos, dominicos y mercedarios, órdenes que algunas de ellas se fueron extinguiendo.

 

LOS JESUITAS Y ROSAS. A casi 70 años de aquella expulsión el Restaurador de las Leyes, Brigadier Gral .Juan Manuel de Rosas firmó un decreto el 26 de Agosto de 1836 en el que puso de manifiesto que fueran readmitidos nuevamente los jesuitas en Buenos Aires. La Santa Misión Jesuítica debió cumplir con su cometido en los distritos existentes, entre San Isidro y San Antonio de Areco, de acuerdo a lo previsto.

 

LOS JESUITAS EN SAN ISIDRO.  El 25 de Septiembre de 1837 partió la comunidad jesuita de San Benito de Palermo rumbo a San Isidro. Al igual que sus antepasados, llegaron en una carreta tirada por bueyes y fueron recibidos por el alcalde del pueblo, Don Victorino José de Escalada. Durante los días que visitaron San Isidro aquellos religiosos celebraron misas, comuniones, procesiones, bendiciones, atendían confesiones, se rezaba el Santo Rosario y los sermones eran cosa corriente.

 

 

COLOCACIÓN DE LA SANTA CRUZ. El día 30 de Septiembre de 1837, según relatos del padre Rafael Pérez, los jesuitas superiores se dirigieron a las afueras del poblado, seguidos por el vecindario. Se dirigieron al Camposanto, el Cementerio local. El obispo Mariano José de Escalada –hermano del alcalde Victorino José– fue convocado para el acto. El prelado bendijo el cementerio y la congregación jesuita que portaba una gran cruz que fijaron en el lugar. En ese acto el obispo le impartió la bendición a la cruz de hierro que todo el pueblo adoró y veneró, quedando esta como testimonio del paso de la congregación por San Isidro.

 

El 1 de Octubre de 1837 los jesuitas marcharon al pueblo de San Fernando, continuando con su santa misión. Transcurridos varios años, en el nuevo cementerio no había enterrado ningún difunto. Todos debían recibir cristiana sepultura en el mismo templo nuestra actual Catedral.

 

http://youtu.be/iLXWorGaUfY

 

CONSTRUCCIÓN Y DEMOLICIÓN DEL CEMENTERIO. Entre los años 1854 y 1860, se comenzaron a trasladar los restos de los fallecidos con anterioridad a esa fecha al nuevo cementerio y también se comenzó a sepultar allí a los difuntos más recientes.

 

Durante ese lapso se construye la primera edificación de corte sencillo en el Cementerio Central siendo demolida en el año 1903. Esos materiales, se utilizaron para hacer el contrapiso del primer mercado municipal

 

La primera cruz permaneció en el sitio que le habían asignados los jesuitas hasta que en el año 1907 Don Adrián Beccar Varela publica su libro “San Isidro Reseña Histórica” y en el mismo dice textualmente. “Se encuentra aún en el Cementerio esa primera cruz, vale decir que habiendo transcurrido 70 años de la fecha de su colocación, la cruz continuaba en el lugar

 

Se contrató al constructor José Luis Macchi, hombre ligado al clero, que tuvo como tarea sacar la antigua cruz de hierro, que fue desechada, nadie había reparado en ella.

 

 

CRUZ MONUMENTAL.  Ante la embeleza de la nueve cruz monumental, la actual, en la que sobre su lado oeste puede leerse la siguiente frase: “recuerdo de la santa emisión”. Dijo el historiador Francisco Actis:”esta cruz de hierro permaneció en el cementerio hasta que se erigió la nueva”, lamentando luego su desaparición.

 

Macchi era un hombre nacido en San Isidro en 1889. Joven de profundas convicciones religiosas como lo demostró a lo largo de su vida. Por esa razón llevó la cruz a su casa, ubicada en la calle Tres de Febrero 149 y allí la preservó. En ese lugar estuvo la cruz de hierro por más de 70 años. Vecinos y parientes de José Luis Macchi, quienes viven en la actualidad, recuerdan con lujo de detalle hacer visto aquel símbolo del cristianismo en la casa del constructor.

 

EL RETORNO DE LA CRUZ. En el año 1972, el vecino Macchi presintiendo el fin de su vida, recomienda a su hija María Luisa Macchi de Davini, quien sabiendo que la cruz era patrimonio del pueblo de San Isidro, decide entregarla a una institución para otorgarle la valorización histórica que la tradición oral y escrita le atribuían. Logra ese objetivo en el año 1990. La Asociación Hijos y Amigos de San Isidro acepta esta cruz que viene acompañada por una carta firmada por María Luisa donde expresa el origen y la premisa de colocarla en el Cementerio de San Isidro, lugar de donde nunca debió de haber salido.

 

En 1993 fue trasladada desde la casa del constructor hasta el Colegio Santa Isabel, donde permaneció en custodia a la espera de la decisión municipal que le diera lugar en la necrópolis local. El reverendo Ram que se encuentra al frente del Colegio decide que durante el Vía Crucis esa cruz de hierro, cuyo peso aproximado es de 40 kilos, fuera llevada a pulso por los fieles en la procesión realizada por las calles del barrio La Calabria.

 

En Diciembre de ese año el entonces Intendente Melchor Posse firma una ordenanza por la que autoriza a la Asociación Hijos y Amigos de San Isidro para restablecerla nuevamente en el Cementerio

 

El sábado 21 de Agosto de 1994 la cruz retornó a su antigua morada y se le impartió por segunda vez la bendición, hecho que estuvo a cargo del director del Colegio Santa Isabel, reverendo padre José D Acosta, conocido como el padre Pepe.

 

El sacerdote dijo que no había visto nunca una cruz como esa que irradiase vida, en referencia a los rayos que emanan de ella. Este símbolo de la cristiandad y fe de todo el pueblo sanisidrense se quedó con el regocijo de haber recuperado su lugar.