Guillermo Montenegro: “La POLICÍA METROPOLITANA es el logro profesional más importante de mi carrera”

 

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monte abrimos 28/10/13. Entiende que “la seguridad es una responsabilidad de la política” y que se necesita de “decisión y liderazgo político” para implementar un plan nacional de seguridad que mejore la calidad de vida de todos los argentinos. En esta nota Guillermo Montenegro revela cómo armó la Metropolitana recurriendo a consignas bien definidas: una formación distintiva, un salario diferenciador, y una buena cobertura asistencial. “Un policía no puede ser un desclasado social”, dice y advierte sobre la necesidad de un abordaje sistémico del problema de la inseguridad. poli metro“Si como Estado no se da respuesta con un plan integral que contemple la salud, la educación, el desarrollo social y una buena cantidad de uniformados, lo único que ocurrirá es que el problema se corra de lugar. Sin un plan integral, la Policía es la aspirina, el antibiótico son todas esas variables de contención entrelazadas para que el sistema funcione. Es brindar igualdad de oportunidades”, asegura.Este ex juez, amante del rugby, padre de tres hijos afirma que “llevar tranquilidad” a los ciudadanos “es sinónimo de libertad” porque “el miedo” inmoviliza y hace que ésta se pierda. Considera que es “arcaico” hablar de “mano dura” o “mano blanda” y enfatiza: monte con pibe 1La seguridad no es de izquierda ni de derecha. “Lo que no se puede hacer es hacerse los distraídos con la seguridad porque es la principal demanda de la gente”, y dice que “cuanto mejor capacitada, equipada y entrenada esté la Policía, mayor confianza despertará en el ciudadano”. Cree que en la “complementariedad” con los distritos del Norte del Conurbano de autorizarse las Policías Comunales para formar a las nuevas camadas de agentes. Él sí tiene un plan y lo pergeñó para la Ciudad, desde su refugio en la Horqueta, el barrio que eligió como su lugar en el mundo.

 

 

 

El reclamo por mayor y mejor seguridad lidera el ranking de preocupaciones de la gente desde años. En cada marcha popular del 13S, 8N y 18A -por nombrar algunas de las movilizaciones más numerosas-  los cartelitos realizados a mano alzada emergían con consignas muy claras: “Basta de Inseguridad!”, “Policía Comunal ya!”, “Libertad, Seguridad y Justicia”, “La Inseguridad no es una Sensación” y hasta algún candidato en las legislativas 2009 recurrió a la muletilla “Tengo un plan” en la que cifró buena parte del éxito de la campaña que lo ungió diputado. También en los elecciones 2011 algunos proponían “Un cambio seguro”- El tema está en el candelero desde hace rato y los pedidos por más efectivos o la creación de la Policía Comunal tampoco asoman novedosos. Un petitorio firmado por más de 150 mil vecinos de San Isidro reclamaba por esa tercera jurisdicción policial en los tiempos en que León Arslanián era el encargado de la Seguridad bonaerense y una solicitada reciente -rubricada por los cuatro intendentes de la Región Norte- explicitaba que las Intendencias, por cuestiones de proximidad, querían involucrarse en dar solución al problema.

 

 

 montenegro rie 1La seguridad es un problema político y son los políticos los que la deben resolver”, confía sin tapujos Guillermo Montenegro, el hombre que creó por pedido de Mauricio Macri la Policía Metropolitana, fuerza que reúne a unos 5 mil hombres – “Llegamos a ese número este año después de un lustro de trabajo sostenido”, indica Monetenegro- y pretende alcanzar los 20 mil para cubrir una geografía de 200 km2.

 

 

Sentado en un bar en pleno corazón de Martínez, el ministro de Seguridad y Justicia porteño y vecino de La Horqueta logra hacer un alto en la campaña proselitista de Unión PRO, que postula en los primeros lugares para concejales a Rodrigo Seguín y Pedro Devoto,  para charlar con el cronista sobre el tema del momento.

 

 

Siempre entendimos que la Seguridad es una responsabilidad de la política, porque en definitiva el conductor de la seguridad es un político. El responsable de que la policía no tenga una capacitación adecuada, buen entrenamiento, su equipamiento y un sueldo como corresponde, es el político. Hoy el que compra el chaleco y las balas soy yo, no la policía”, desliza este ex juez federal que desembarcó en PRO tentado por la entonces vicejefe del Gobierno de la Ciudad, Gabriela Michetti.

 

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COMO EN EL SCRUM. Cual hooker, Guillermo “El Gordo” Montenegro, en formación con los dos candidatos: Rorro Seguín, a la der. y Pedro Devoto, a la izq.

 

Casado con María José Labat hace 25 años,  este ex alumno del Liceo Naval, entrenador de rugby, de profesión abogado, eligió a la Zona Norte para radicarse con los suyos.  “Desde hace 18 años vivo en el mismo lugar, cerca de la Goethe, sobre Reclus, en La Horqueta –precisa-. El barrio me ha tratado muy bien, me siento parte de él”, cuenta “El Gordo” –como lo bautizaron sus amigos por su aspecto de hooker o pilar- y al rato explica que sus tres hijos – Guadalupe (20), Joaquín (14) y Gonzalo “El Chino” (13), concurrieron a colegios de la zona. “En realidad Guada, egresó del Southern Cross y ahora está yendo a la UBA Martínez, mientras que el Chino y Joaquín van al Pilgrim’s.  Mis hijos se criaron en las calles de La Horqueta y en el SIC”. Guadalupe es jugadora de hockey y los varones integran las Menores de La Zanja. “Podría decirte que San Isidro como barrio me abrió sus brazos y el San Isidro Club funciona como un segundo hogar; yo sé que ahí mis hijos están bien cuidados”, añade.

 

 

Cuesta aceptar que este hombre sonriente, fornido y campechano, dueño de una sonrisa amplia y ademanes sencillos, sea al fin y al cabo el conductor de tremenda fuerza policial. Uno podría admitir que se trata de un ejecutivo de empresa sino fuera porque sus palabras delatan al hombre de ley que es y al técnico asumido como tal. Lo cierto es que el hombre atesora la génesis de cómo se originó esa fuerza, la pulseada por la transferencia de fondos de la Nación al gobierno porteño que finalmente no se dio y la necesidad de crearla contra viento y marea aún cuando muchos entendían que el gobierno de Macri con la Metropolitana se compraba un problema.

 

polisDurante la campaña de 2007 Mauricio había dicho que era necesario que un jefe de Gobierno de la Ciudad contara con un Plan Integral de Seguridad. Dentro de ese plan, además de todos los recursos con que debe contar un gobierno para manejar la seguridad, se tenía que allanar el camino para crear una fuerza policial –memora Montenegro. Le pide al Gobierno nacional que traspase una parte de la Policía Federal, que eran básicamente todas las comisarías. Hubo un almuerzo que tuvo Mauricio con Alberto Fernández, en ese momento jefe de ministros y éste le dice: ‘Podemos hablar de cualquier cosa menos del traspaso de la policía”, soltó terminante. Ni bien concluye el encuentro Macri llama a Montenegro y le dice: “’Gordo avancemos con la creación de la Policía’. Empezamos a trabajar en una Ley de Seguridad Pública para consolidar un fondo policial de excepción. Nosotros entendíamos que la nueva policía debía tener un salario diferenciador, una buena cobertura asistencial, una formación distintiva”, detalla

 

 

OPTIMIZAR EL RECURSO. Sin transferencia de fondos hubo que aguzar el ingenio para reasignar recursos. “Las mismas partidas que tenía la Ciudad, se redirigieron. En ese sentido Mauricio es un administrador realmente bueno. La frazada era una sola, pero se las ingenió para recortar gastos y destinarlos a la nueva policía porque visualizó que era ‘la preocupación’ de la gente” –evoca-. Cuando nosotros llegamos había 74 cámaras en la Ciudad hoy treparon a casi 2000”, contabiliza. “No existía el botón antipánico, ni el Centro de Monitoreo Urbano, ni el Centro de Unico de Control de la Emergencia ni el Instituto Superior de Seguridad Pública y menos aún la Metropolitana”, argumenta al repasar los logros.

 

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El 5 de febrero de 2010 la nueva fuerza dedicada a delitos contravencionales y el cuidado de las calles tuvo un promisorio debut: resolvió un incidente de tránsito y recibió no pocas denuncias. De ahí en más su presencia y accionar iría creciendo hasta ganarse el respeto en cada uno de los rincones de la Capital. “En estos años esta policía de proximidad ha crecido de a poco, paulatinamente y cumple con las expectativas de los vecinos. En las comunas donde estamos trabajando ha disminuido el delito y entablamos una muy buena relación con los vecinos, que han demostrado un alto nivel de aceptación“, revela Montenegro al tiempo que explica que “la realidad de las comisarías”, al momento de creación de la Metropolitana “tampoco era lo que es hoy. Hay 3 nuevas totalmente equipadas y modernas con más de 150 patrulleros, todo eso se hizo para colaborar con la Policía Federal”.

 

 

“Lo importante y aquello que rescata Mauricio siempre  –añade– es que no nos hicimos los distraídos con la inseguridad, que es la principal demanda de la gente”, al tiempo que asegura: “Cuanto mejor capacitada, equipada y entrenada esté la Policía, mayor confianza despertará en el ciudadano”. Y al rato da cuenta que la confianza también se va ganando progresivamente.Mirá se puede perder de un día para el otro pero ganarla es un trabajo constante. El otro día una vecina de Saavedra pidió: ‘No me cambie a Carlos de la esquina porque conoce el barrio, tiene arraigo’. Y yo le expliqué que el hombre no estaba porque se había tomado vacaciones, como es lógico. Quédese tranquila señora que en unos días regresa”, la calmó.  

 

 

El Ministro entiende que la discusión sobre “mano blanda” y “mano dura” es arcaica y señala en coincidencia con los conferenciantes colombianos que llevó a exponer acerca de los logros del Plan Medellín en el Hipódromo local, que “la seguridad no es de izquierda ni de derecha, sino que se trata de un bien público, un derecho humano, sin el cual los otros derechos resultan imposibles de cumplir”.

 

 

Montenegro rescató lo hecho por el ex comisario Juan Carlos Rebollo y el Intendente Gustavo Posse al crear en San Isidro el programa de Cuidado Comunitario como una alternativa para suplir la falta de efectivos y destacó:Es bueno, no es la solución, pero sí la mejor salida que podía encontrar el Intendente para trabajar con las herramientas que tenía. La seguridad hoy no es responsabilidad de él sino del Gobernador. La seguridad es una deuda pendiente que tiene la Argentina con los ciudadanos y la llave la tienen los políticos –reiteró-. La salida es integral”.

 

 

En esa inteligencia considera vital un abordaje sistémico para atender a una problemática a la que definió como multicausal. “Si como Estado no se da respuesta con un plan integral que contemple la salud, la educación, el desarrollo social y una buena cantidad de uniformados lo único que ocurrirá es que el problema se corra de lugar. Sin un plan integral, se genera un gran country con lo cual la solución es cero. La Policía es la aspirina, el antibiótico son todas esas variables de contención entrelazadas para que el sistema funcione. Es brindar igualdad de oportunidades”, razonó.

 

 

rorro dante 1Para una localidad como San Isidro “se requerirían unos 5000 efectivos”, calcula. “Es un número importante. Pero si se toma la decisión se puede. Nosotros llegamos a ese número este año después de un lustro de trabajo sostenido. El otro día lo escuchaba a Gustavo decir que San Isidro tenía asignados 309 policías, están divididos en tres turnos. Supongamos que esa cantidad ocupara cada turno, debería tener 1000 policías, es menos de un tercio de lo que se requiere”, estima.

 

 

DE SALARIOS, FORMACIÓN Y COMPLEMENTARIEDADES. Tentados por un sueldo superior, una cobertura médica de calidad (los agentes metropolitanos acceden al plan OSDE 2010 mientras que en la bonaerense cuentan con la obra social IOMA), un horario de trabajo sin la necesidad de hacer horas adicionales, y lo que muchos definieron como condiciones laborales más favorables, no son pocos los policías bonaerenses que vieron a la Metropolitana como una suerte de meca, donde emigrar.

 

El salario al policía le debe permitir ser una persona de clase media, con lo cual lo que hicimos fue nivelar el sueldo del efectivo con el del trabajador de Justicia, es decir que si hay un aumento en el poder judicial, automáticamente lo recibe el agente”, precisa Montenegro. .

Una buena remuneración ($ 8200 es el salario mínimo en la Metropolitana contra los magros $3200 que recibe un bonaerense)  les permite ser sujeto de crédito, acceder a una vivienda, comprarse un auto. “Si uno les da calidad de vida, el policía empieza a cuidar a la sociedad desde adentro y no desde afuera –grafica el Ministro-. Un policía no puede ser un desclasado social. En cualquier lugar del mundo con una policía consolidada de primer nivel se aplica una grilla salarial de estas características”, aduce.

 

 

La formación académica no es un tema menor. En el Instituto Superior de Seguridad Pública los aspirantes a ingresar en la Metropolitana reciben una capacitación que incluye la formación intelectual humanística, especializada en derecho y seguridad. Además de un entrenamiento físico de alto rendimiento, la recreación de situaciones o hechos delictivos que tiene lugar en la vida cotidiana, y la puesta en práctica de diferentes disciplinas, entre ellas, las técnicas de tiro en un polígono de tecnología avanzada. Del Instituto egresan 500 efectivos por año, tiene capacidad de estudio para un millar de cadetes y puede alojar a 650 policías. “Hay un rector policial y una académica, que es una jueza de Cámara. Está muy clarito y dividido lo que es capacitación en derecho de lo que se entiende como instrucción policial”, aclara el Ministro al tiempo que devela que cada uniformado lleva como parte del uniforme un protocolo bien descriptivo: “Existe un tríptico donde se explicita cómo debe procederse ante cada caso concreto. Si se trata de una emergencia sanitaria a quién deben llamar, o si tienen que generar un acta; son protocolos que surgen del  Código de Procedimiento de la Ciudad, del Código Penal, están colocados en un papel plastificado y tienen la obligación de llevarlo siempre como el arma, el chaleco y la tonfa. Entendemos que es una herramienta de trabajo indispensable para el policía”.

 

 

 

A esta altura del relato Montenegro explica que de resolverse la creación de las Policías Comunales en la RMN, muchas de las fuerzas de la Zona Norte podrían formarse en el Instituto. “La sinergia entre los gobiernos es buena. Los políticos debemos asumir que si tenemos algo que funciona hay que compartirlo con otro. Darle la posibilidad a San Isidro, Vicente López o Tigre de complementarnos sería muy conveniente.  La parte de formación policial -por ejemplo- se podría brindar en el Instituto y la académica dentro de un Colegio de San Isidro, donde las clases las impartirían jueces y fiscales de ese departamento judicial. Hay un montón de complementariedades que se pueden dar apelando a lo ya hecho en la Ciudad con lo cual se podrán bajar muchísimos costos y brindar un servicio eficiente”.

 

 

Poder replicar en San Isidro todo lo bueno que existe en la Ciudad es una de las premisas de su discípulo, Rodrigo Seguín para llegar al Concejo. “Rorro se vino preparando durante años para colaborar, conoce el paño, estuvo 15 años trabajando en la Justicia Penal de San Isidro junto al juez Makintach.  Por eso llegar a transpolar las cosas positivas que se hicieron en Buenos Aires es importante. La gran mayoría de los sanisidrenses al viajar a la ciudad utilizan el Metrobus, ven cómo se trabaja el espacio público, conocen el Teatro Colón o visitan la Usina del Arte. Saben de la presencia de la Policía Metropolitana, de nuestra apuesta por una Ciudad Verde; bueno todo eso puede llegar, si desde el Concejo ayudamos a que quienes gobiernan tomen las mejores decisiones. Ese es el anhelo y compromiso de Rodrigo (Seguín) y Pedro (Devoto) si es que el ciudadano los elige con su voto para que ocupen una banca”, plantea.

 

 

Montenegro desde luego los va a respaldar. Trabaja de mañana y tarde en la Ciudad pero tiene su corazón en San Isidro, como muchos. Asegura que la Policía Metropolitana es el logro profesional más importante de su carrera, no lo asustan los desafíos por más complicados que parezcan porque entiende que “llevar tranquilidad” a los ciudadanos “es sinónimo de libertad” porque “el miedo” inmoviliza y hace que ésta se pierda.  Él sí tiene un plan y lo pergeñó para la Ciudad, desde su refugio en la Horqueta, el barrio que eligió como su lugar en el mundo.