LOS JÓVENES Y EL DELITO, debate que dio sus frutos. La justicia restaurativa, una política anticipatoria a la dinámica delictiva
18/9/13. Descontrol, desconcierto, ausencia de proyectos, dignidad a medias, síntomas de una situación que los angustia y los excede mientras en las calles se exponen y entran en una agresividad inédita. La crisis de la educación, la desigualdad de oportunidades, la pérdida de valores y la droga, un combo explosivo que preocupa y que invita a pensar en salidas posibles que anticipen el ciclo delictivo. Qué se hace desde el Municipio de San Isidro para anticiparse a los hechos y contener desde lo social. Ayer a media mañana, se desarrolló en el Teatro del Viejo Concejo una interesante mesa redonda donde se trató el hecho de la violencia juvenil y el delito. Participaron el obispo de San Isidro, Mons. Oscar Ojea; el catedrático catalán Raúl Calvo Soler, el fiscal general adjunto, Rodrigo Caro y cerró las exposiciones el Intendente de San Isidro y presidente del Instituto de Gestión Pública –organizador del evento- Gustavo Posse. En lúcidas exposiciones el pastor de la Diócesis abundó sobre la pérdida del sentido de la vida y el avance de la droga. El lic. en Derecho, Calvo Soler, quien se casó con una sanisidrense, expuso sobre la “justicia juvenil restaurativa”, un novedoso concepto que se aplica con singular éxito en Cataluña y que ha logrado que “el 60 % de los menores que cometieron su primer delito no llegue a reincidir”. No sólo se emplea en casos de robos y hechos menores sino ante síntomas de violencia de género durante el noviazgo juvenil. El fiscal Caro valoró la construcción de lazos de responsabilidad, habló del avance de la institucionalidad, tratando de resolver un problemática con una mirada común. Dijo que la justicia restaurativa se inscribe dentro de los principios de la Convención de los Derechos del Niño. A su vez, Posse explicó que “la justicia restaurativa implementa una política social anticipatoria que intenta evitar que el menor entre en una dinámica del delito”. “En Argentina hoy se promueve, en campaña electoral, bajar la edad de imputabilidad y con eso agravamos el asunto, porque no hay un abordaje integral desde la educación y desde una mirada que atienda lo social”, razonó. Habló de la crisis de valores – “los jóvenes ven que hay gente muy muy importante que comente delitos y está inmune”, indicó-, se ocupó de las causales sociales, de las estadísticas que revelan que quienes menos evolucionaron en el sistema educativo están más propensos a caer en la dinámica delictiva y advirtió que para rebatir los argumentos de un candidato que se animó a plantear la baja de imputabilidad se dijo minimizando el asunto, que “menos del 5 % de los delitos tiene que ver con los menores de 16 años. Ese 5 % es un universo enorme respecto de cuantos son los chicos que pueden estar operativos para el delito entre los 13 y 16 años. A los meses están dentro del régimen penal juvenil y a los 24 meses dentro del régimen de mayores. Poder tener políticas anticipatorios respecto de la violencia y el delito juvenil no es ni de izquierda ni de derecha. Creo que no abordar el problema es perder una oportunidad valiosa”. Lo cierto es que San isidro será el primer municipio en el país y de Latinoamérica que desarrolle este tipo de experiencia junto a actores institucionales muy fuertes como la Universidad de Gerona en Italia, Cáritas, la Municipalidad de San Isidro, el Colegio Público de Abogados de San Isidro y las fiscalias. Mirá los videos y enterate de qué se trata!
Se palpa en la calle, se ve en la escuela, salta a la vista en los lugares que les son propios. Casos de bullyng, violencia de género durante el noviazgo., robos y hechos de inusitada violencia que tienen por protagonistas o víctimas a adolescentes han reabierto el debate sobre ¿qué les pasa a los jóvenes?. Es que resulta obvio que cuando la vida se ve violentada precisamente por aquellos que tienen la misión de prolongar a la sociedad en el tiempo, es síntoma de que algo anda mal en ella
En el día de ayer la Municipalidad de San Isidro y el Instituto de Gestión Pública organizaron una mesa redonda en la que se expuso sobre la problemática de los jóvenes y el delito en el marco de la “justicia restaurativa”, un modelo de abordaje centrado en la prevención y en la reparación del daño, que se desarrolla con éxito en Cataluña, España.
Bajo la coordinación del secretario de Integración Comunitaria, Arturo Flier expusieron en el Teatro del Viejo Concejo de San Isidro, el catedrático de la Universidad de Gerona, Cataluña (España), Raúl Calvo Soler; el fiscal general adjunto, Rodrigo Caro; el obispo de San Isidro y presidente de Cáritas Argentina, Mons. Oscar Ojea y el Intendente Gustavo Posse, en ese orden.
La iniciativa –que por primera vez se presenta en la Argentina y en el resto de Latinoamérica– busca abordar, desde una nueva perspectiva, un tema candente: cómo tratar el delito juvenil. La “justicia juvenil restaurativa” es un concepto que apunta al tratamiento de delitos no graves y contravenciones cometidos por jóvenes o menores.
“La justicia restaurativa implementa una política social anticipatoria para evitar que el menor entre en una dinámica del delito. En Argentina hoy se promueve, en campaña electoral, bajar la edad de imputabilidad y con eso agravamos el asunto, porque no hay un abordaje integral desde la educación y desde una mirada que atiende lo social”, afirmó Posse.
Calvo Soler, quien vivió 10 años en nuestro país, explicó que la idea es trabajar con jóvenes infractores para reducir el delito juvenil. “La justicia restaurativa es un modelo de respuesta para un menor que cometió un delito. El sistema busca restaurar la relación entre víctima-victimario (que fue rota por el acto delictivo) y sus entornos”, afirmó el catedrático catalán.
“La idea de una respuesta sancionadora no disuade al menor ni lo aparta de su ingreso en la dinámica de violencia donde comenzó robando un coche y termina siendo un especialista en apretar el gatillo”, observó Calvo Soler quien vivió por años en Martínez, ya que se casó con una sanisidrense. “Por eso necesitamos aprender a reaccionar frente al delito desde otro lugar –añadió-. A trabajar con el menor desde un lugar distinto el de la justicia restaurativa.
La justicia restaurativa explicó busca provocar una dinámica de interacción distinta que procura dos cosas: el reconocimiento y la responsabilidad. “Se trabaja con el menor para que este sea capaz de generar un proceso de reconocimiento de la comisión del delito y la responsabilidad que se sigue de los actos por él realizados”, describió. Y a renglón seguido puso como ejemplo el caso de dos menores mujeres de 14 años que le robaron la compra a una señora mayor (ver en separata “Un Ejemplo…) . “La respuesta de la justicia clásica solo se pregunta quién es el culpable en cambio la justicia restaurativa por el contrario plantea qué daño ha provocado el acto y a quién se lo causó. Pero obviamente también existe un daño que se han provocado estas chicas al robar.
http://www.youtube.com/watch?v=TUFNEkFOg9E
Calvo Soler habló de la interacción entre la víctima y las victimarias en la búsqueda de un “empoderamiento” de quien es agredido para que las menores reconozcan su responsabilidad, tomen conciencia del daño causado, lo resuelvan y restauren la relación con la víctima. “Esto no ocurre en la concepción clásica de la justicia porque para ella quien sufrió el acto delictivo no es la víctima sino la sociedad”, comparó.
“En Cataluña el 60 por ciento de los menores que pasan por el programa de justicia juvenil no reincide; en cambio los jóvenes que pasan por el proceso judicial sí vuelven a cometer delitos en un 70 por ciento. Esta experiencia perfectamente se puede aplicar en Argentina”, dijo Soler.
http://www.youtube.com/watch?v=V49jzqh2kVk
Para monseñor Ojea el delito juvenil tiene solución, pero el camino es largo: “La justicia de los chicos tiene que ver con heridas muy grandes que ellos recibieron en algún momento de sus vidas y deben ser sanadas. Hay que trabajar para que tomen conciencia de la gravedad del delito y reinsertarlos en la sociedad. La experiencia catalana es seria y positiva”.
http://www.youtube.com/watch?v=bi0H99vJczE
Caro expresó que estos encuentros son fundamentales porque convocan a todos los actores que trabajan en materia del niño para aunar el esfuerzo entre instituciones, comunidad y organizaciones no gubernamentales. “Esa labor debe generar efectos de inserción de políticas de inclusión”, expresó el fiscal.
“Apuntamos a prevenir el delito, y entender que no sólo es una cuestión de policías y ladrones. Debemos lograr que ese menor tome conciencia del daño producido y ofrezca una reparación a su víctima”, resumió Flier.
http://www.youtube.com/watch?v=VoYmqvjxqqw
La mesa redonda fue el puntapié para el desarrollo posterior de un proyecto en el que participarán fiscales y abogados capacitados por el catedrático catalán; investigadores universitarios que elaborarán estadísticas respecto de la implementación del programa; y la red social del Municipio de San Isidro, que trabajará en la educación y reinserción del victimario. San Isidro será el primer Municipio de Latinoamérica que desarrollará una experiencia de este tipo.
ACERCA DE LA JUSTICIA RESTAURATIVA
La justicia juvenil restaurativa atiende a las causas y efectos del delito, y se basa en tres pilares: responsabilidad del autor (toma de conciencia del daño provocado); reparación a la víctima (sanción); y reinserción del infractor a la comunidad (prevención de futuros delitos).
Según los especialistas en justicia restaurativa, el diálogo entre víctima y victimario es un instrumento valioso para “sanar” a ambos, para reparar el daño producido por el delito buscando que el joven tome conciencia del impacto de sus actos y para prevenir la reincidencia.
UN EJEMPLO DE JUSTICIA RESTAURATIVA
Para entender mejor de qué se trata la justicia restaurativa, Flier narró una situación que sucedió en Cataluña: “Dos chicas, de 15 años, le robaron a una señora mayor que estaba yendo a hacer las compras. Esta mujer vive en un tercer piso donde no hay ascensor y el esfuerzo que debe hacer es grande”.
Tras el hecho se confrontó a la víctima con los victimarios. La señora les explicó el daño que le provocaron, y las chicas se comprometieron a llevarle las compras hasta la puerta de su casa, por un determinado período.
“Es un ejemplo sencillo, pero estas chicas, con el acompañamiento profesional, pudieron tomar conciencia de su delito, ofrecieron reparación a su víctima, y ello evitó que reincidieran”, remató Flier.