La Plaza Lourdes en Beccar testigo de crecimiento armónico. Posse: “Este espacio reúne el Beccar viejo con el de hoy; acá no hay torres se ha preservado al vecindario”

26/7/13. Seguramente los chicos ya no se entretienen jugando con los sapitos que se formaban de un día para otro en los charcos de la calle Posadas, cuando aún esta era de tierra. Ni el barrio palpita al ritmo de la Papelera Pedotti, fundada por el italiano Don Ricardo Pedotti allá por el 35, y que llegó a emplear a unas 500 personas. Hoy esa zona de Posadas y Haedo, luce renovada. Coquetos edificios de baja densidad, se levantan donde la Papelera y una plaza poblada de juegos rodea la Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, donde todos los febreros remata la procesión con la imagen de la Virgen tras desandar las calles de la ciudad. “Este era un potrero que tenía riesgos de falta de seguridad, la convertimos en una plaza que se cierra por las noches y se abre de día para que todos podamos disfrutarla. Tiene vigilancia, hay cámaras y no faltan juegos de los tradicionales y los integradores para que puedan participar también los chicos con distintas discapacidades. Es un lugar arbolado, que gozamos todos los vecinos de la zona”, describe entusiasmado el Intendente Gustavo Posse a poco de realizar el clásico corte de cintas. Hoy Beccar es un lugar que conjuga lo antiguo y lo nuevo con sabiduría. “La verdad es que para nosotros es una alegría inmensa tener esta plaza, reunir el Beccar viejo con el de hoy, contemplar la parroquia y a espaldas de ella, estos edificios de baja densidad. Acá no hay torres, se ha preservado el vecindario –dice el Intendente- . Donde se levanta una mole de cemento, se perjudica a otros so pretexto de la vista al río, que es un bien social. Donde hay torres se sobreexplota la tierra, maximizando la ganancia y lesionando los intereses del resto y eso en San Isidro no sucede”.

 

 

 

El concepto respeto a la calidad de vida, por demás utilizado y gastado durante los 80s y 90s por no pocos desarrolladores y políticos, que en virtud de un mal entendido  criterio de “progreso” le cambiaron la fisonomía a barrios enteros sumando metros cuadrados cubiertos en detrimento de espacios verdes, cobra fuerza y sentido al desandar las calles de Beccar. Es que esa bucólica barriada forjada por una fuerte participación de inmigrantes en lo que se llamó el Cuartel 8 conjuga aún hoy recuerdos, tradiciones y espacios renovados, en un crecimiento armónico e integrador que no ha perdido la identidad.

 

En efecto, algo de todo eso se percibe al visitar la remodelada plaza Lourdes de Beccar, ubicada en Posadas y Haedo, reinaugurada en el día de ayer.  Allí junto a la parroquia, aún persisten las residencias coloniales y las otras, las típicas construcciones del tipo “casa chorizo” realizadas por los inmigrantes italianos, esas de paredes sólidas y cuartos que se sumaban al compás del crecimiento familiar y se extendían en fondos que sabían de plantas y gallineros “anche” algún juego de sapo; se tutean con novísimos emprendimientos de baja densidad, sin perder el espíritu que le dio vida al barrio. “Creo que esto resume un progreso armónico, esta es una plaza que hace a la integración, a la recuperación de espacios para el vecino, para poder compartirlos y vivirlos junto a nuestros hijos y nietos”, suelta el comisario mayor (R) Juan Carlos Rebollo, el hombre que por años estuvo al frente de la Comisaría Quinta de Beccar y supo encargarse de la seguridad de la entonces Papelera Pedotti.

 

 

PROGRESO CON CALIDAD DE VIDA

 

“El barrio ha cambiado, ha ganado en calidad de vida”, añade Rebollo, un policía llano, querible, hecho en el conocimiento de cada uno de sus vecinos. Cuentan los memoriosos que cuando Rebollo estaba al frente de la dependencia policial solía vestirse de civil y recorrer las calles del barrio para establecer un mano a mano con comerciantes y parroquianos para saber “in situ” de los problemas de la ciudad. Ciertamente fue Rebollo quien sugirió al Intendente Gustavo Posse la creación del programa de patrullaje municipal conocido como Cuidados Comunitarios para dar respuesta a la crisis de seguridad que vivía la Provincia y en especial su Conurbano.

 

 

 

“Yo soy un trabajador social –se define-. En el 99 se crea el programa, había una carencia muy grande de seguridad. Hoy Cuidados Comunitarios cuenta con más de un centenar de patrullas y no sólo es importante en San Isidro por sus logros disuadiendo el delito, sino que me he reunido con gente de distintos lugares del país que han venido a replicarlo”, dice con orgullo. El ex comisario explica que la seguridad debe ser integral y pone el acento en ese estrecho contacto que tiene que existir entre el policía y el vecino. “Esa sinergia logra sus frutos” –confía-. Y al rato devela que “el municipio a través del programa ha contribuido aportando medios logísticos y humanos y todos ganamos en prevención. Así cuando las calles se saturan de patrullaje, se logra disuadir el delito y este emigra hacia otros sitios más inseguros”.


PLAZA SEGURA

 

Mientras Rebollo aguarda el ansiado corte de cintas, María, una vecina de la zona, se acerca para felicitarlo por el renovado espacio público, otrora un potrero ahora convertido en una plaza con juegos infantiles – clásicos e integradores-, coquetos bancos y mesas en madera y lugares de esparcimiento. Instantes más tarde y ante el bullicio de los chiquitos y vecinos que se llegaron al lugar el Intendente Gustavo Posse describirá que San Isidro cuenta con más de 350 mil metros cuadrados en parques y plazas, en su celo por preservar y ganar espacios verdes. “Cada lugar que podemos convertimos a los baldíos o lugares que estaban abandonados en espacios que puedan ser disfrutados por todos. La plaza es la casa de cada uno de nosotros, donde queremos estar tranquilos y poder aprovechar de los días lindos”, reseña el Intendente

 

 

 

El subsecretario de Espacio Público, Federico Bereziuk, da cuenta que la remodelación era necesaria ya que el barrio fue cambiando, con el desarrollo de edificios de baja densidad. “Lo que en definitiva queremos es que todos estos vecinos que viven en departamentos, tomen esta plaza como el jardín de su casa. Ya llevamos 20 espacios remodelados este año –contatibiliza–  y vamos a seguir trabajando”.

 

 

También participan del acto los concejales Juana Posse, Andrés Rolón, Jorge Álvarez y Carlos Castellano; y el presidente de la Asociación Italiana de Buenos Aires “Sardi Uniti”, César Meridda.

 

 

 

Andrés Rolón, que vive a cinco cuadras del lugar, explica que es una zona muy significativa para él ya que su mamá fue directora durante 35 años del colegio Nuestra Señora de Lourdes que estaba en esa manzana. “Aún antes de nacer comparto espacios y lugares en esta zona. A esta plaza asisten muchos chicos, sobre todo ahora en vacaciones”, razona.

 

 

“Las plazas son muy importantes para la comunidad porque son un lugar de encuentro. Sobre todo, es muy bueno incorporar los juegos integradores que les da la posibilidad a todos de poder participar”, interviene Meridda, caracterizado vecino de Beccar.

 

QUE SE VENGAN LOS CHICOS

 

Mientras hamacaba a su sobrina, disfrutando de los últimos días de receso invernal, Mariana Gómez, de San Isidro, suelta: “La plaza está divina, es muy colorida y segura y tiene todas las comodidades”, describe. “Me parece muy bien que hayan renovado este lugar porque ahora hay juegos para chicos con discapacidades”, se suma Tomás Leoni, de 12 años, a poco de estrenar el tobogán. A metros de ahí, llama la atención de grandes y chicos un colorido ábaco gigante, también una suerte de intercomunicador con parlante -que apeló a la teoría de los vasos comunicantes, como aquel teléfono a piola hecho con vasitos y una cuerda con el que se jugaba antaño – que hizo las delicias de los chiquitos que ya por entonces disfrutaban a pleno del lugar.

 

Esta plaza es un lugar de encuentro para los chicos. Además está todo muy moderno y muy lindo”, opinó Cintia Cingolani, de Beccar, mientras María Casini (15) con síndrome de down arremete haciendo girar la calesita, se le dibuja una sonrisa y confiesa que le gusta mucho la plaza y los nuevos juegos, sobre todo la hamaca.

 

 

 

Martin Gómez, también vecino de Beccar, estaba con su nieto Bauti, de un año, en uno de los juegos. “Es maravillosa esta plaza, es necesario tener juegos para todos los chicos. Lo quiero traer todos los días”, dijo.

 

 

“Está muy buena, me gusta la calesita, el subibaja y todo está muy lindo”, comentó Leonardo Tunesi, de nueve años. A su lado, Juan Cruz Rolón, de seis, no dudó en afirmar que sus juegos preferidos son las hamacas, el tobogán, el subibaja y que todas las tardes lo llevan sus papás porque viven cerca.