Protesta en Tigre. Marcha de los barrios bajos y el colectivo isleño. Piden no inundarse y revisión nueva normativa. Intendencia deslinda responsabilidades

4/6/12. El viernes último fue un día movidito en el casco tigrense. Hasta la av. Cazón, casi frente a la Intendencia se llegaron vecinos de distintos barrios con un reclamo calcado: cansados de inundarse –dicen que padecen anegamientos periódicos desde Diciembre de 2012- peticionaron por obras de infraestructura hídrica. También solicitaron ser incorporados a las líneas de crédito y subsidio que implementó el gobierno nacional y el provincial. Durante la trágica inundación del 2 de Abril, la mayoría de los barrios que el viernes ganaron la calle tuvieron más de 2 metros de agua en sus casas. Sin embargo, según los vecinos, Tigre no figuraría entre las zonas que se inundaron. Esto fue rechazado enfáticamente por Julio Zamora, titular del HCD: “Es una total mentira que el Intendente no informó de la situación de inundabilidad en Tigre. Lo hizo ante ANSES, AFIP, ARBA relatando lo que ocurrió en las distintas zonas –dijo a este medio-, pero lamentablemente, el Estado nacional no incluyó a Tigre, fuimos discriminados”, soltó. El funcionario que mantuvo encuentros con los manifestantes y recepcionó un petitorio admitió que “la problemática de inundación es multicausal”. Dijo que cuando Massa asumió sólo había un 9 % de cloacas y hoy se está en el 35 %, que esas obras escapan al financiamiento municipal pues insumirían 3 presupuestos, habló de las demoras en la construcción del Colector Oeste que llevaría alivio junto con la Planta Depuradora Norte 2 de San Fernando a los barrios anegados. Se refirió a obras de saneamiento que no llegan para los arroyos Las Tunas, Darragueira y Bibiloni y de un futuro túnel bajo el puente ferroviario de Las Tunas, a realizar por la comuna, que descomprimiría la situación. En el entretanto, reconoció que los vecinos se inundan con detritos, que hubo “una aprobación indiscriminada de barrios cerrados en los 90s”, algunos de los cuales modificaron la realidad geográfica y representaron “un gran negocio inmobiliario”. Se levantaron cotas, las urbanizaciones primitivas quedaron deprimidas y hoy padecen una situación sanitaria complicada: saben de recurrentes inundaciones y tienen las napas a flor de piso. Los vecinos que conviven con esa realidad exteriorizaron su malestar pero se encontraron con un fuerte cordón de seguridad. Una Municipalidad vallada, rodeada por efectivos de COT, Infantería y del CAD (Comando Anti Disturbios).

 

Desde la rotonda donde confluyen las Avenidas de las Naciones Unidas y Cazón hasta la calle Montes de Oca, incluyendo los cruces de Bourdieu con Italia y por Enciso, el área lindera al Palacio Municipal aparecía fuertemente custodiada.  Desde bien temprano vecinos de los barrios Las Tunas, Ricardo Rojas, Parque San Lorenzo, Troncos del Talar y Rincón comenzaron a congregarse en la rotonda para manifestar frente al Municipio denunciando la crítica situación que padecen por la falta de obra pública y los reiterados anegamientos. A ellos se les sumó un contingente de isleños integrantes de la Asamblea Delta y Río de la Plata que antes se convocaron en la amarra Hugo del Carril, hasta donde también el gobierno municipal había desplegado efectivos de Prefectura para que controlaran las embarcaciones que de a poco, iban llegando con personas que sólo pedían una cosa: ser escuchados y que se atiendan sus reclamos por una ordenanza de reciente sanción que establece una normativa para las construcciones.

 

Los trabajadores de los locales comerciales comentaban que nunca habían visto semejante despliegue –efectivos de COT, Infantería y el CAD- establecían un cerco que impedía siquiera acercarse al municipio. Ciertamente, quienes debían efectuar sus trámites por el acceso administrativo de Bourdieu se vieron en figurillas. Parecía a todas luces una ciudad sitiada. En cada una de las esquinas, se desplegaban efectivos impidiendo el acceso y la foto que tanto se temía: la de vecinos con pancartas, silbatos y cánticos protestando frente a la municipalidad. Desde el interior del Palacio, el personal comunal aludía a posibles pintadas del frente y hasta decían que en otras oportunidades “se llevaron las plantas”.

La manifestación abultada y bullanguera –a primera hora rondaba las 300 personas- pero en nada violenta, sólo quería hacer oír su voz, ante insistentes reclamos sin respuestas.

 

“ESTE MIAMI ES POBRE, SE INUNDA”, soltó Marcos Tenaglia, vecino de Rincón de Milberg al tiempo que explicó  que en no pocos barrios hacen falta obras para que los recurrentes anegamientos no se repitan. “Estamos cansados de que los barrios bajos seamos olvidados por esta gestión”,  dijo Tenaglia.

 

Cada vez que llueve nos inundamos –describió– hoy pacíficamente estamos pidiendo por emprendimientos hídrícos en cada barrio. No puede ser, que ante cada tormenta los vecinos pierdan sus pertenencias; una madre vio irse las cenizas de su hijo en la última inundación”, desgranó.

 

Con el agua que llegó hasta 2 metros en muchas casas, las pérdidas materiales para muchos fueron sustantivas pero también desnudaron un problema sanitario. “Cuando la masa líquida entra e invade la calle y nuestras casas –expresó- sube la napa con agua servida y los detritos son propagadores de enfermedades. Eso está en las calles y los chicos lo pisan durante y después de la lluvia. Sin embargo, en lo que es el día después, nunca vino el Sistema de Emergencias Tigre por el barrio a vacunar”, se quejó.

 

Según los números que maneja Tenaglia el Municipio destina en el presupuesto unos 1600 millones de pesos para obra pública este año y “en los barrios pobres eso no se ve reflejado. Sólo muestran el Tigre turístico, el que vende, pero el día a día es vivir mal. Acá no hay obras para los pobres”, reclamó y afirmó que el Municipio “vende un Tigre que no existe; pone palmeras para estimular el turismo por todos lados, pero no hace las obras que necesitamos los vecinos. Este es un Miami pobre”, ironizó y fue tajante con la gestión Massa: “Este Intendente no puede manejar un municipio y quiere ser presidente”.

ENTRE COUNTRIES Y COMPUERTAS. Sofía Ayala, vecina de las Tunas explicó: “Estamos rodeados por countries y cuando llueve cierran las compuertas y el agua del arroyo Las Tunas y la lluvia queda en el barrio. La Comarca, Talar del Lago 2 y Nordelta prácticamente nos limitan, ellos están más altos, nosotros más bajos, cierran las compuertas y el agua se aloja en Las Tunas”, describió la vecina al tiempo que evocó que desde el 6 de Diciembre de 2012 vienen padeciendo anegamientos periódicos. También denunció que no reciben la ayuda como daminificados porque, según dice, el Intendente no la informó. “Hicimos dos cortes de calle en la Ruta 9, frente al Frigorífico Rioplatense y no tuvimos respuesta, hasta que ayer apareció (Julio) Zamora y cuando le preguntamos como inundados por qué no recibimos la ayuda del gobierno no supo qué decir. Tengo ocho chicos, me correspondería la ayuda por la asignación universal –dice con dolor-, él responde que no me la dan porque ANSES no la quiso dar. Llamé al 130 y me dijeron que Tigre no figura como zona de inundación porque Sergio Massa no lo informó. ‘Si el Intendente hubiese pasado el informe de que Tigre se inunda hubiesen recibido la ayuda’, me comentaron”. Sofía cuenta que sus chicos están sin calzado, sin ropa, ni útiles. “Nos dan colchones y de qué nos sirven si cuando llueve nos volvemos a inundar y perdemos todo”, lamenta y al rato cuenta que en su barrio el municipio no hace obras porque dice carecer de fondos. “Otro problema son las napas freáticas están a nivel del suelo –indica-. Zamora nos dice que no tienen dinero para hacerlas y que en Las Tunas donde excavan sale agua. Es cierto, uno hace un metro de pozo y ya sale el agua. Haciendo cloacas bajaría el nivel de las napas pero no las hacen; también quedaron en entubar el arroyo Las Tunas pero tampoco lo hicieron”, se quejó.

Al referirse a la falta de cloacas Tenaglia indicó que “desde el Municipio en la voz de Julio Zamora nos dice que no tiene plata y le hecha la culpa a la provincia. Estamos cansados que se pasen la pelota de un lado a otro y los vecinos quedemos en el medio”, graficó.

 

ZAMORA Y LA VOZ OFICIAL. Luego de la entrega de un petitorio por parte del grupo isleño (se informa por separado) y de recibir a vecinos de distintas barriadas, Julio Zamora, titular del Concejo Deliberante junto a un técnico en obras hidráulicas, accedió al diálogo con la prensa. A poco de despuntar la charla, el jefe del Deliberativo fue taxativo: “Es una total mentira que el Intendente no informó de la situación de inundabilidad en Tigre. Lo hizo ante ANSES, AFIP, ARBA relatando lo que ocurrió en las distintas zonas –dijo a este medio-, pero lamentablemente el Estado nacional no incluyó a Tigre, fuimos discriminados”, planteó.

 

“La problemática de la inundación en Tigre es multicausal –expresó- Efectivamente, hubo barrios inundados, Las Tunas, Parque San Lorenzo, Ricardo Rojas. En Rincón, no hubo inundación sino una tormenta importante que voló los techos de muchos vecinos a causa del viento”, detalló.

 

 

En su descripción, una de las causas es que “debido al desarrollo de los 90s  existió una aprobación indiscriminada de barrios. Otra causa son las lluvias. Hay evidentemente un cambio climático en la zona, con lluvias convectivas, llueve mucho en poco tiempo y en un determinado lugar –puntualizó- Un problema más es que hubo saneamiento que empezó por Malvinas Argentinas en vez de hacerlo por Tigre. Se ha saneado el agua de Malvinas y eso hace que el agua fluya con mucho caudal hacia Tigre y acá no contamos con saneamiento”.

 

Zamora explicó que “hace más de un año se firmó un acuerdo con la provincia donde ésta se comprometió a sanear las obras de los arroyos Las Tunas, Darragueira y Bibiloni y todavía no ocurrió. El Intendente Massa no se quedó de brazos cruzados, hemos hecho tareas de remediación. De hecho, estamos trabajando para hacer unos túneles debajo del puente ferroviario Las Tunas para liberar ese tapón”,  dijo cosa de mitigar la situación pero se requieren de emprendimientos que no se pueden encarar con recursos propios.

 

Las obras de saneamiento que anhelan los vecinos y permiten el descenso de las napas son la llegada de las cloacas, lo que evitaría anegamientos con aguas contaminadas, pero esos emprendimientos escapan al financiamiento municipal pues insumirían, según sus cálculos 3 presupuestos “Deberíamos dejar de prestar servicios como recolección, prevención en salud, polideportivos y demás obras”, adujo. Y al rato precisó: “Cuando nosotros arrancamos en el año 2007 teníamos un 9 % de cloacas y hoy estamos sobrepasando el 35 %. Hemos hecho cloacas en Rincón y Don Torcuato. ¿Por qué fueron esas localidades y no otras? Porque se pueden conectar a la red cloacal de Tigre. Para incluir a Las Tunas y a otras barriadas hace falta una obra adicional que es la Planta Depuradora Norte 2, en San Fernando que está haciendo AySA y el Colector Oeste”.

Al llegar a este punto el técnico que lo acompañaba observó:”Hoy AySA está llevando adelante lo que se debería haber hecho hace 10 años atrás. El Colector Oeste tendría que haberse ejecutado hace más de 6 años. Se demoró mucho. Cuando se hizo la traza cloacal del colector no estaba ni el camino Bancalari-Benavidez”, memoró y anticipó que una vez realizado, la planta de rebombeo cloacal ubicada al lado del barrio cerrado La Comarca, permitirá que se pueda conectar la domiciliaria de Las Tunas. “Ese barrio va a ser el primero en recibir la red domiciliaria cloacal que se conecte al Colector Oeste y de este a la Planta Depuradora de San Fernando”, auguró.

 

Durante la charla Zamora reconoció que una de las aristas del problema remite a una aprobación indiscriminada de barrios cerrados en los 90s, algunos de los cuales modificaron la realidad geográfica de las poblaciones aledañas y representaron “un gran negocio inmobiliario”. Consultado sobre si cuando ocurrió eso no hubiese sido acertado pedirle a los privados obras de infraestructura para la totalidad del barrio admitió que “no se le exigió en su momento eso, obviamente hubo muchos errores”.

Se construyeron caminos que llevan a suntuosas urbanizaciones cerradas las cuales construyeron las plantas de tratamiento para sí, pero en paralelo modificaron las condiciones de cota y dejaron a los asentamientos originales en lugares más deprimidos, con la napa a flor de piso y pasibles de convivir con reiterados anegamientos. El emplazamiento de las troncales y la Planta Depuradora 2 sufrió demoras que devienen de los tiempos de la privatizada Aguas Argentinas, la crisis y de a poco AySA encauzó la situación. “Nosotros no podemos hacer las cloacas, escapa al presupuesto”, argumentan en la comuna y de realizar el tendido domiciliario “significaría que hasta dentro de 2 años no se podrán conectar”. En el entretanto, “se trabaja con las Tunas en cuestiones de salud, saneamiento, limpieza de casas inundadas”, dice Zamora.

 

El CLAMOR ISLEÑO. Como se dijo, el viernes pasado un colectivo de asociaciones isleñas también participó de la protesta. Martín Nunciata, vecino del Carapachay, en la 1era Sección de Islas, confió que hace 35 años que vive en el Delta y desde entonces trabaja para que los isleños participen y opinen en las políticas públicas que modifican sus condiciones de vida. En esa inteligencia  manifestó su “malestar” por una ordenanza de reciente sanción. “Desde hace años queremos que el Delta mantenga su condición de insularidad e impulsamos su designación como área protegida o dentro de un régimen de protección ambiental –definió este inquieto habitante de las islas que también integra la Asamblea Delta y Río de la Plata- , lo cierto es que muchas de esas pretensiones están incluidas en el reciente plan de manejo -no se pueden hacer puentes que vinculen a la isla con el continente, ni redes viales –describe– , pero colaron una ordenanza de construcciones que es netamente recaudatoria y expulsiva”. Sólo profesionales matriculados estarían autorizados a construir. “Así, los costos de edificación se elevarían considerablemente y un isleño absolutamente consustanciado con un lenguaje constructivo se va a tener que ver obligado a pagar la firma de un arquitecto, un calculista y hasta existiría una especie de VTV que fiscalizaría el estado de la construcción”, precisó.

 

Los isleños entregaron en manos de Zamora y del titular de la Fundación Metropolitana, Pedro del Piero un petitorio que entre otros puntos solicitaba el veto o derogación de la Normativa de Construcciones aprobada en el Concejo”, y la creación de otra que refleje los usos y costumbres de todos los trabajadores y todos los rubros con “la participación de los sectores sociales y productivos isleños”, lo cual comprende a “albañiles, carpinteros, banqueros, fleteros, comerciantes, docentes, marineros, mimbreros, productores forestales, junqueras e incluso personas ligados al negocio del turismo local cuyas fuentes de trabajo corren serio peligro”. También pidieron “inmediata suspensión de todas las clausuras a las obras y tareas tradicionales isleñas, y la derogación de cualquier multa o sanción al trabajo de la población isleña, no así a los grandes emprendimientos de barrios privados que son los únicos que afectan al medio ambiente y la sociabilidad”.

 

Atento a que muchos isleños apelan a la autoconstrucción para levantar sus casas desde la Intendencia pensaron en desarrollar un modelo de vivienda tipo, cuyo plano se pueda retirar del municipio sin costo alguno para el propietario. “De esa manera se pueden cumplir las garantías que queremos: que es protección de Delta y aparte seguridad para que no se construya cualquier cosa”, definió Zamora..

 

 

También informó que se abrirá un canal de diálogo para que todo el que vea en la nueva normativa alguna situación que lo pueda perjudicar tenga un ámbito de discusión. “Recurriremos a una mesa de trabajo no sólo con la asamblea sino con otros vecinos que plantearon inquietudes, queremos llegar a todos en la primera sección de islas –aseguró Zamora- El HCD junto a la Fundación Metropolitana que hizo el seguimiento técnico de este proceso, esta normativa no tiene intencionalidad de ir contra el isleño ni degradar a nuestro Delta”, concluyó el funcionario abriendo así una etapa de diálogo con los pobladores.