El Papa envió un mensaje a los argentinos. Francisco se manifestó profundamente apenado por la trágica tormenta

4/4/13. El Sumo Pontífice se mostró “profundamente apenado” por la catástrofe climática que afectó a la zona metropolitana de Buenos Aires, y prometió ¨sufragios al Señor por el eterno descanso de los fallecidos¨. Tras expresar “su paternal cercanía espiritual” con “los damnificados y sus familiares”, alentó a las instituciones civiles y eclesiales a “prestar con caridad y espíritu de solidaridad cristiana la necesaria ayuda a cuantos han perdido sus hogares o sus bienes personales”. Asimismo, impartió a los afectados y a quienes trabajan en las tareas de socorro “la bendición apostólica, como signo de cercanía al querido pueblo argentino”.

A última hora del miércoles, el Arzobispado de Buenos Aires dio a conocer el mensaje que el Papa Francisco envió a todos los argentinos con motivo de la catástrofe natural que azotó a la Capital Federal, el Gran Buenos Aires y el partido de La Plata.

El Sumo Pontífice impartió, además, a los afectados y a quienes trabajan en las tareas de socorro “la bendición apostólica, como signo de cercanía al querido pueblo argentino”.

El mensaje fue remitido al arzobispo electo de Buenos Aires, monseñor Mario Aurelio Poli, por el cardenal Tarcisio Bertone a través del nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tcherrig.

TEXTO DEL MENSAJE

A continuación, el mensaje enviado por el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, en nombre del Sumo Pontífice:

El Papa Francisco, profundamente apenado por la noticia de los graves daños producidos por las lluvias torrenciales de los últimos días, ofrece sufragios al Señor por el Eterno descanso de los fallecidos, al mismo tiempo que desea expresar su paternal cercanía espiritual a todos los damnificados y sus familiares.

Asimismo, el Santo Padre alienta a las Instituciones civiles y eclesiásticas, así como a las personas de buena voluntad, a prestar con caridad y espíritu de solidaridad cristiana la necesaria ayuda a cuantos han perdido sus hogares o sus bienes personales. Con esos sentimientos, el Sumo Pontífice imparte a los afectados y a cuantos les socorren la confortadora Bendición Apostólica, como signo de cercanía al querido Pueblo Argentino.