Ellos, apoyándose en los conocimientos adquiridos en los campamentos que tuvieron en la primera semana de vacaciones, les explicaron a los más chiquitos cómo armar las carpas en las que más tarde iban a tomar una siesta. Por supuesto, los grandulones de la colonia, los chicos de 10, 11 y 12 años, se tomaron el tiempo de compartir el mini campamento junto a los Presco.
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La tarde se fue desarrollando entre juegos, cantos y actividades de campamento, haciendo que la tarde se fuera volando.