En la sede del Partido Socialista Carlos Gabetta presentó su libro “La encrucijada argentina: República o país mafioso”

 

 

1/11/12. Reconocido director de Le Monde diplomatique, periodista, columnista de El País, de España, redactor de France Press y autor de más de una docena de libros, Gabetta presentó esta tarde su último trabajo en la casa socialista de Libertad al 200, en Martínez. Ante un nutrido auditorio entre los que se encontraban los concejales Carlos Castellano, de Acción Vecinal San Isidro es Distinto –especialmente invitado-, su par socialista, Fernando Pose y la secretaria general del partido de Don Alfredo Palacios, Inés Martino, el autor contó la entretela de “La encrucijada argentina, entre República o país mafioso”, una obra que plantea la degradación no sólo a nivel institucional, sino político y social que vive desde hace ya un tiempo prolongado la Argentina. La exposición del periodista dio paso a un rico intercambio de ideas con el público

 

 

 

De a poco pasadas las 19.30 hs. los salones de la casa socialista se fueron poblando de adherentes y vecinos ávidos por conocer el último trabajo del periodista Carlos Gabetta, un prolífico escritor que supo desempeñarse también como colaborador del Partido Socialista y actualmente trabaja en medios nacionales e internacionales.

 

Presentado por el colega de la Agencia NOVA, Martín Rodríguez Rocha, Gabetta se remontó a sus años de juventud en su Rosario natal y observó -al contemplar la biblioteca del lugar-, el apego de los socialistas por la lectura. Recordó que su padre fue dirigente de la Federación Gráfica Argentina, buceó en la bohemia de esos encuentros y rescató una frase de un amigo, René Sarder. “Un buen día ante la protesta de mi padre porque la clase trabajadora nunca comía pollo, Sarder le dijo: ‘Mirá Alberto, el socialismo no consiste en empobrecer a los ricos sino en enriquecer a los pobres’. Yo tenia 14, 15 años y me pareció una salida un poco fácil. Con el tiempo entendí que la igualdad material que los socialistas perseguimos es una base desde la cual buscamos adquirir cultura, sabiduría y buen gusto. Vaya aquí mi homenaje a Sarder y a esos amigos de mi padre”, soltó.

 

El escritor habló de la crisis del capitalismo y de un fenómeno mundial: la falta de trabajo porque se producen cada vez más bienes sin requerir mano de obra humana. Habló de la flexibilización laboral en Europa y de la gran oportunidad que tiene la socialdemocracia de reposicionarse si vuelve a las fuentes, a sus herramientas teóricas.

 

Ya adentrándose en el libro observó que si bien es cierto que los problemas son di vieja data, “nunca nos hemos encontrado en una situación de crisis como la que pasamos ahora –diagnosticó-. El año que viene cumpliremos los primeros 30 años de democracia. Piensen uds. que en nuestro país hace 15 años explotó un polvorín en Río Tercero, voló la Amia, una embajada, hace un año detuvieron en Barcelona a un militar con 900 kilos de coca, los dirigentes sindicales son millonarios y empresarios y nadie dice nada. No vivimos en un país normal”, reflexionó.

 

“Ayer capturaron a un narcotraficante en Buenos Aires, el gobierno se lo apunta como un poroto –graficó-, y lo es. Pero resulta que los grandes narcotraficantes colombianos y mexicanos viven acá. La mujer de Pablo Escobar también reside aquí. De muchas cosas no se dice nada, sin embargo cuando saltó el asunto de un comisario en Santa Fe a la administración socialista se la acusa de ‘narcoprovincia”, se quejó.

 

“En todos los países hay corrupción, delito, incluso a altos niveles, pero en las naciones organizadas esas situaciones están muy acotadas. No ocurren todos los días, ni todas juntas. Fíjense lo de los barra bravas del fútbol, ya no se trata de peleas entre hinchadas, hay asesinatos, venta de drogas, crímenes…bueno  en ese país vivimos”, planteó.

 

“Un español del siglo XIX, Cobellanos dijo, ‘los pueblos no tienen los gobiernos que se merecen sino los que se les parecen’ y la verdad es que esa definición me gusta mucho. Nuestra situación política, social e institucional se nos parece –advirtió– . Nos hemos convertido en un país de maleducados, transgresores y violentos en el fútbol, en la calle, en todas partes. Como ciudadanos, no podemos echarle la culpa a la dirigencia, como si se tratase de algo dado. No, es nuestra dirigencia”

 

 

“A su vez  Argentina tiene las características de un país desarrollado –continuó– con gente formada. Fuimos el faro cultural de América latina. Entonces estamos en esta disyuntiva. Nos tenemos que orientar en el marco de la gravísima crisis internacional que hay y no decir que la culpa no la tenemos nosotros“, deslizó y al rato remató: “De todos esos temas y de otros más trata este libro, no les puedo adelantar más, lo que tienen que hacer es leerlo”, aconsejó. Y un cerrado aplauso coronó su exposición para dar paso a un provechoso diálogo entre el disertante y el público, la consabida firma de ejemplares y el brindis de cierre.