“Maipo Royale” se quedó con la 1era edición del GP San Isidro “Melchor Posse”. Una fiesta del turf que recuerda a un apasionado del deporte de los reyes

15/10/12. Por primera vez se corrió en el verde césped de la pista del Hipódromo de San Isidro –en la jornada de la triple corona en la que se apuraba el legendario GP Jockey Club, la carrera con más historia del turf argentino- el Gran Premio Melchor Posse, en homenaje al 5 veces Intendente. Su hijo, el actual jefe Comunal sanisidrense, Gustavo Posse, visiblemente feliz, junto a su mujer María Fernanda Nuevo; sus hijos Melchor jr y Macarena; su sobrina y nietos del recordado “Cholo” participaron de la colorida ceremonia de premiación. “Con mi familia estamos muy felices por esta designación del Jockey Club de una carrera tan importante en el calendario que lleve el nombre de mi padre. Mi papá creía en esta industria, fue un desarrollador de esta actividad”, confió el Intendente Gustavo Posse mientras se estrechaba en un fuerte abrazo con Juan Carlos Bagó, titular del Haras Firmamento, criador de “Maipo Royale”, un millero montado por el excelente jockey peruano Edwin Talaverano que de atropellada se encaminó vencedor al disco. A su lado, Enrique Olivera, presidente del Jockey Club y ex rugbier de CASI,  memoraba que: “desde la reapertura del Hipódromo, allá por el año 1983, la colaboración y el empuje dado por Melchor Posse resultó decisiva. Así que este es un justo reconocimiento, de ahora en más este Gran Premio reservado para caballos del Grupo 1 llevará su nombre.” La competencia fue una cita impostergable para los cultores del deporte de los reyes en tanto y en cuanto, reunía en la previa a los mejores ejemplares de la media distancia y como broche presentaba al GP Jockey Club que coronó a “Indy Point”, consagrado el mejor potrillo de su generación. En el GP Suipacha, otra tentadora carrera del G1 se impusoCharles King”. Y para el final: no faltaron en la mejor pista de Sudamérica espectáculos de singular brillo con gala lírica en la que actuó el tenor Darío Volonté, la mezzosoprano Vera Cirkovic y el pianista José Luis Juri.  Cerrando un evento, sencillamente inolvidable.

 

 

 

“El compromiso del Jockey Club con San Isidro es constante”, confiaba a este medio el titular del Jockey Club, Enrique Olivera al tiempo que admitía que la entidad está íntimamente ligada al desarrollo del pueblo al que le aporta no poca actividad deportiva y un pulmón verde inigualable. Es que en la radiante tarde del sábado último se palpitaba en el circo hípico sanisidrense una jornada como pocas: estaba en disputa la Triple Corona, reservada para caballos del Grupo 1 así que se corrían tres grandes premios que se las traen: El Gran Premio Suipacha (1000 m), el Gran Premio San Isidro, que por primera vez se lo distinguió con el nombre “Dr. Melchor Ángel Posse” (1600 m) – en memoria del cinco veces intendente sanisidrense, un amante de este deporte-, y el Gran Premio Jockey Club (2000 m), la competencia turfística más antigua del turf argentino y una de las más prestigiosas de Sudamérica.

Lo cierto es que en la primera edición del GP Dr. Melchor Posse, Edwin Talaverano de atropellada guió a “Maipo Royale” a una victoria cómoda en el césped de San Isidro. El caballo montado por el jockey peruano venció a los favoritos sobre una distancia de 1600 metros.

FIESTA DEL TURF. La carrera –por cierto- resultó el primer enfrentamiento generacional de la temporada, de la media distancia, en máximo nivel (G1), y también fue una de las competencias más importantes del año, para la especialidad.  “Con mi familia estamos muy felices por esta designación del Jockey Club de una carrera tan importante en el calendario que lleve el nombre de mi padre”, soltaba el Intendente Gustavo Posse al participar de la ceremonia de premiación que resultó una verdadera fiesta para los amigos de su papá.

Es que “Maipú Royale”,  un bellísimo ejemplar de 4 años de edad, criado por Haras Firmamento, de Juan Carlos Bagó, amigo de Melchor, es entrenado por Gregorio B. Vivas, y pertenece a la caballeriza Castañón. “El stud Castañón de la familia Guerrieri, suele organizar encuentros turfísticos en el bajo Flores a los que concurría el recordado intendente”, confió con afecto Enrique Olivera sin dejar de recordar que “el compromiso del Jockey Club con San Isidro como el que le tributaba el ex intendente a esta actividad” es y era permanente.

Exultante Gustavo Posse, rodeado por sus hijos y sobrina y los nietos del ex Intendente expresaba: “Nosotros siempre le traemos suerte a Bagó”, en tanto Pascual Guerrieri, propietario del ejemplar dejaba en manos de Macarena y Melchor Jr. una foto enmarcada del ejemplar ganador.

Estructurado para todo caballo de tres años y más edad, la carrera de milleros permitió ver en acción a los potrillos que se radican en la media distancia, con aquellos ejemplares adultos que vienen compitiendo en la milla. Y la verdad es que nadie quiso perder detalle de uno de los cotejos  considerados como parámetro principal en la consagración del Campeón Millero de cada año y eso convierte al Gran Premio San Isidro en una de las mejores citas de la media distancia.

“Maipo Royale” fue conducido magistralmente a la victoria – como se dijo- por el jockey peruano Edwin Talaverano.  “Esta carrera del Grupo 1 es muy importante por varios motivos, es el clásico de San Isidro, viene mucha gente y lleva el nombre Melchor Posse. Maipo Royale es un millero que tiene su atropellada”, resumió un hombre que ha ganado no pocas carreras en la milla. “Sabemos cómo correr”, tiró Talaverano que de arremtida logró imponerse en los últimos 250 m a “Uomo in Frac” y “Grand Sam”, que habían liderado la contienda.

El ganador se convirtió así en  uno de los mejores milleros sobre césped, y obtuvo un puesto de privilegio para la gran cita del «Pellegrini», con la diputa del «Gran Premio Anchorena G.1 – 1600m», que seguramente lo tendrá como a uno de sus favoritos. Precisamente en el Pellegrini fue cuando le deslizaron al Intendente Gustavo Posse esta idea de los responsables del Jockey Club de bautizar a esta carrera de jerarquía con el nombre de su papá. “No puedo más que agradecer a Enrique Olivera, presidente del Jockey Club y a sus anteriores directivos por este gesto.  Mi papá creía en esta industria, fue un desarrollador de esta actividad”, concluía el jefe comunal visiblemente feliz y tras participar en la premiación del GP Jockey Club, recorrió las instalaciones del circo hípico estrechándose en abrazos, con reconocidos jockey, vareadores, ensilladotes y demás personal de esta industria. ¨.

CIUDAD DENTRO DE OTRA. Allí, todos los días se despliega singular actividad que da vida a un engranaje hípico al cual muchos vecinos desconocen y del que viven directa o indirectamente 500 mil personas. La industria del turf tan ligada a San Isidro es como dice su actual presidente, el sanisidrense Olivera, “ejemplo en Argentina y sinónimo de excelencia en el mundo”. Para tener una idea, además de criadores, vareadores, propietarios, veterinarios, studs, haras, transportistas que llevan y traen equinos, los días de reunión llegan al lugar cientos de personas para atender la infraestructura del espectáculo: puertas, boletería, sistema de iluminación, televisión y seguridad configuran una tarea que da de comer a numerosas familias.

De modo que ese emporio laboral se yergue como una ciudad dentro de otra, a la cual presta singular vida y un incalculable apoyo que es tenido en cuenta por la Intendencia sanisidense.

En definitiva el Jockey y su Hipódromo son, como vecinos, creadores de una de las mayores fuentes de trabajo de la zona, uno de los pulmones verdes más importantes de San Isidro y, como contribuyente, alguien que colaboró por caso en la construcción del Hospital Central en tiempos como dijo Olivera en que Melchor Posse supo ponerle el hombro y el empuje a una actividad que hoy es orgullo en San Isidro.