Sucede que junto a la plaza de Andrés Rolón y Posadas, en Beccar, donde estaba el viejo CE.DE.PREN, abrirá este jueves 4, a las 10.30 hs. un Centro de Estimulación Temprana único en su tipo. “No lo van a reconocer”, interviene la Dra. Ana María Menéndez, flamante directora del instituto y pasa a relatar los secretos de un trabajo que se nutre en el afecto y que apunta a la detección precoz de los trastornos del desarrollo. La Dra. Menéndez, habló de los logros, contó el caso de una chiquita que hoy tiene casi 9 años y nació con 450 grs. o el de Nazareno con poco más de un kilo, que actualmente la supera en altura. “Cada chico deja una enseñanza, hace a un crecimiento acompañado por padres e hijos. Y en nuestra tarea, se palpan los milagros permanentes de la vida”, dice esta médica formada en la vieja Maternidad sanisidrense y en el Garraham, que supo ser docente jardinera mientras estudiaba. “No me imagino mi vida sin niños”, confía. Conozca cómo será la tarea del nuevo Centro de Estimulación Temprana que atenderá a niños derivados del Hospital Materno infantil, de los centros de atención primaria de salud o de las escuelas con las que la comuna trabaja en red. Descubra su equipo de trabajo, sus sueños, sus luchas.
“En el 84, San Isidro era el lugar de mayor mortalidad infantil de toda la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires en su conjunto – evocó ante CONtinta NORTE el Intendente Gustavo Posse– y hoy es el lugar donde mueren menos chicos en todo el país. Se trabajó muchísimo”, evaluó el jefe Comunal a horas de abrir el Centro de Estimulación Temprana y Detección Precoz de los Trastornos del Desarrollo.
Un bebé se considera prematuro cuando nace antes de completar las 37 semanas de gestación, aunque los que corren mayor peligro son aquellos que nacen con menos de 32 semanas y menor peso, sobre todo si no alcanzan los 1.500 gramos.
“Hay que seguir haciéndoles evaluaciones como mínimo hasta los 3 años de vida”, recomendó esta neonatóloga formada en la vieja Maternidad de San Isidro con el Dr. Pasarino, luego se capacitó en prematurez en el Garraham y desde el 96 coordina el programa de seguimiento de Recién Nacidos en Alto Riesgo en el Materno Infantil. “No me imagino mi vida sin niños, antes cuando estudiaba medicina era docente y trabajaba en jardines de infantes”, cuenta esta mujer dueña de una sensibilidad a flor de piel que entiende que el Centro no podía estar mejor ubicado que junto a una plaza. “Imaginate, uno puede estimular a un chico desde muchos lugares pero el tener una plaza al lado, hace a lo lúdico y eso es inigualable”, dice.