Posse recorrió el sistema de bombeo y albardón que impidió el anegamiento. Sano orgullo de una obra HECHA A PULMÓN

20/9/12. Acompañado por su secretario de Obras Públicas, Federico García y medios de prensa locales, el Intendente Gustavo Posse recorrió el pólder y las plantas de bombeo que conforman la defensa costera del Bajo San Isidro.  “Estuvimos muy lejos de una catástrofe hídrica por inundación”, explicó el Intendente al tiempo confió los secretos de una defensa costera iniciada por su padre y continuada por su administración. “Hoy podemos celebrar, hubo otra sudestada y la zona quedó a salvo del agua. Antes todo el Bajo San Isidro, Acassuso, Martínez y Beccar era inundable”, memoró. San Isidro tiene polderizada su costa y se realizó una defensa similar en el Bajo Boulogne para poner la zona a resguardo de las crecidas del Reconquista. Posse observó que una obra de estas características insumiría el desembolso de unos 400 millones de pesos, pero en “San Isidro se la realizó con esfuerzo, mucho cariño, mano de obra municipal, sin tercerizaciones y apelando a buenas ideas”.  Dijo que la iniciativa es perfectamente replicable en distritos vecinos y que en Vicente López, con una menor zona urbana costera, tienen en aprontes un sistema similar. El Intendente advirtió que al iniciar el albardón hubo resistencia de algunos sectores por desconocimiento pero que luego de las charlas informativas el emprendimiento gozó del consenso y se realizó con normalidad al igual que la limpieza de 33 Orientales donde mediante un conducto que pasa por debajo del Náutico Sudeste se logró desaguar el arroyo aguas arriba diluyendo la polución ambiental que recurrentemente tapizaba de sábalos el Sarandí. El secretario García, en tanto expresó que “hay siete plantas de bombeo  interconectadas y se proyecta una octava. Hoy estamos trabajando en unos 27 mil m3/h de capacidad de evacuación. En esta Sudestada estuvimos 3 días con las bombas funcionando a pleno”, puntualizó. Detalles de un emprendimiento hídrico que le permite a San Isidro ser el único municipio de la Región que no hizo agua ante la Sudestada. Posse advirtió que las obras que se hacen bajo tierra, no llaman la atención del vecino, no lucen porque obviamente no persiguen fines electoralistas pero a la postre normalizan y hacen a la calidad de vida del vecino.

El Intendente recorrió esta mañana las zonas del Bajo de San Isidro y Acassuso, para mostrar las obras que permitieron afrontar con éxito las crecidas del Río de la Plata, como consecuencia de la Sudestada y las lluvias de los últimos días.

Pese a que las mareas llegaron hasta los 3,40 metros y se registró una gran caída de agua, no hubo un sólo evacuado ni debieron suspenderse actividades educativas ni de ningún tipo en todo el distrito sanisidrense.

“Podemos mostrar y estamos festejando que a pesar de que hubo dos Sudestadas, la de ayer, imprevista, con picos de 3,40 metros, e intensa cantidad de lluvia desde el oeste, gracias al funcionamiento de los pólders y las bombas, estuvimos muy lejos de que hubiera una catástrofe”, afirmó Posse.

El recorrido de Posse y el secretario de Obras Públicas, Federico García, comenzó en una de las siete estaciones de bombeo que conforman la defensa costera, ubicada en España y Mitre, donde también están los inicios del albardón, una loma en altura construida en el Bajo. “El albardón o pólder se hizo en la época de mi padre, sin dinero, para que toda la zona urbana que daba al río tuviera una protección, ya que en cada Sudestada el agua entraba al Bajo”, explicó el intendente.

El jefe Comunal sanisidrense detalló el funcionamiento del pólder: “Es un terraplén de consolidación de muy buenos suelos que van tomando determinada altura que ante cualquier marea, aún habiendo olas, impide que ingrese agua a las zonas urbanas”.

Posse también recordó que antes de las obras, Beccar, San Isidro, Acassuso y Martínez, debajo de las Barrancas, se inundaba, al igual que Boulogne y una parte de Villa Adelina.

“Esta es una planta de bombeo de mucho poder, que anduvo muy bien. Pero para que funcione bien tiene que haber un trabajo a conciencia de la cuadrilla de defensa costera, un trabajo que se hace con obreros municipales, que no está tercerizado, que persigue que en todas las zonas de suelos nuevos que se crean para elevarlos, y se parquizan, no haya alimañas, ni vandalismo, y trabaja para que funcionen las estaciones de bombeo”, afirmó Posse.

El intendente destacó que el Bajo de San Isidro “antes de las obras era totalmente inundable hasta la línea de tren de los ingleses”. Respecto del esfuerzo del Municipio por construir, sostener y mejorar todo el sistema de defensa costera, sostuvo: “Es una obra que si se llamase a licitación pública, no sale menos de 400 millones de pesos. Lo hicimos con tiempo, con dirección municipal, con profesionales municipales. Las cosas se pueden hacer”.

Luego del recorrido por la estación de bombeo de España y Mitre, García explicó el funcionamiento de las bombas ubicadas en La Ribera y Martín y Omar y mostró la extensión del albardón. “Cuando el río está alto, las bombas extraen el agua y lo tiran por sobre el nivel del albardón al río. En total tenemos seis plantas de bombeo (en España y Mitre; Leloir, Martín y Omar, Roque Sáenz Peña y Los Álamos), una de ellas dividida en dos, por lo que serían siete. Hay un proyecto para construir una octava en Tiscornia. Estamos en 27.500 metros cúbicos por hora de capacidad de evacuación”, detalló el secretario de Obras Públicas.

El albardón tiene actualmente una cota de 4,5 metros IMG, y la comuna lo refuerza periódicamente y se ocupa de su mantenimiento, así como también del sistema de exclusas, compuertas y estaciones de bombeo.

El funcionario recordó que “la crecida más crítica fue la del 6 de Abril del 94 donde el pico alcanzado por el río de la Plata fue de 3.90 mts”. Mientras que el albardón tiene una altura de 4,50 mts IGM; “es decir que estamos 60 cm sobre la cota de la crecida máxima”.

García explicó que en algunos sectores como en la estación de bombeo Los Alamos se proyecta llegar a los 5 mts. IGM para poner la zona a resguardo del oleaje, en tanto y en cuanto allí se encuentra la reserva y el área natural protegida.

El funcionario dijo que el sistema es replicable en otras comunas. “Esto no es un paredón forma parte de nuestro paisaje; es decir que puede coexistir la costa natural y el albardón”, recalcó

Posse coincidió en ese sentido y dijo que es perfectamente replicable en distritos vecinos y que en Vicente López, con una menor zona urbana costera, tienen en aprontes un sistema similar. Abundando en detalles advirtió que las obras que se hacen bajo tierra, no llaman la atención del vecino, no lucen porque obviamente no persiguen fines electoralistas pero a la postre normalizan y hacen a la calidad de vida del vecino.

Y a renglón seguido  reveló que el polder que consolidó junto a su padre, se hizo con los suelos que provenían de la construcción del edificio de la Municipalidad y de la reconstrucción de la Autopista del Sol. “Acá no hubo terciarización, obra privada, ni millones en gastos –acotó-. A veces es inevitable como por ejemplo en el Aliviador Paraná o Pavón que son obras que requerían tuneleras que debían terciarizarse, y no podía hacerse con mano de obra municipal. Esto de la manera que se hizo nos enorgullece por haber utilizado el propio suelo de San Isidro, haber cuidado el dinero y utilizarlo para hospitales y educación”, resumió al tiempo que consultado por un colega sobre si no estaba feliz porque una obra enteramente municipal aprobó en varias oportunidades el examen expresó: “El albardón se  hizo con tiempo, con cariño, con mano de obra municipal, con profesionales nuestros y dirección del Municipio. Esta obra es 100 por ciento de los vecinos de San Isidro”, deslizó visiblemente emocionado.

“Las cosas se pueden hacer por administración, con herramientas propias, con la comunidad, repitiendo técnicas e ideas de otros lugares. Hace 300 años esto se hace en Holanda, por qué no se va a repetir en todos los pueblos”, remató Posse