La Banda de Música de los Bomberos de San Isidro cumplió 25 Años. Tocando el Viento

4/9/12. El sábado último la Banda de Música de la Sociedad de Bomberos Voluntarios de San Isidro celebró sus bodas de plata ofreciendo un concierto en el cuartel central de Acassuso. Casi medio centenar de músicos, bajo la batuta de Jorge Mora desplegaron su arte sobre el escenario. Carlos Gancera, fundador de la agrupación, relató a CONtinta NORTE los inicios de la banda, cómo se logró tejer esta historia de entusiastas que lograron canalizar su capacidad plasmándola en no pocos actos públicos. “Para nosotros es un orgullo que de entre los 750 cuarteles de Bomberos del país, el de San Isidro sea uno de los pocos en contar con una formación musical que nos prestigia dentro y fuera del partido”, confiaron Juan Forestier y Carlos Marchetti, presidente de la Sociedad bomberil y el titular del Cuerpo, al unísono. Descubra en esta nota la enjundia y tesón de un grupo de vecinos, que a pesar de los distintos avatares económicos del país, como aquellos músicos mineros de Grimley que pintara magistralmente el film social inglés de Mark Herman, en ese fresco de la Gran Bretaña tatchereana donde la pasión por la  música se impone y rescata lo mejor del espíritu colectivo con su bagaje de valores.

 

 

La gente de la zona los conoce porque la Banda de Música de la Sociedad de Bomberos Voluntarios de San Isidro suele engalanar con sus impecables uniformes y sones no pocas fiestas cívicas. El Día de la Patria, el de la Independencia y tantísimos eventos más los tienen por protagonistas excluyentes en un rito que los ha llevado a pasear su arte por lugares lejanos y otros no tanto. “A la comisión directiva del año 87.se le ocurre crear la formación. A raíz de los desfiles en los que participaban, que significaban muchas horas de ensayo preparando las marchas y luego descubrían que por lo general el sonido del casete no coincidía con el tempo del paso entonces pensaron, ¿por qué no fundamos una banda? Y así nació la agrupación”, cuenta Gancera que junto a dos músicos más por entonces era miembro de la Banda de Exploradores de Don Bosco

Maestro Carlos Gancera, Juan Forestier, Carlos Marchetti y Raúl  Mateos

 

 

Un 25 de Mayo de 1988 nace la formación con veintidós músicos, por entonces las autoridades de la institución los proveyeron de sus instrumentos. Pero a lo largo de los años la conformación del ensamble fue fluctuando – “llegamos a tener el doble de integrantes, en alguna ocasión 50 podría decirse que siempre anduvimos entre los 30 o 50”, precisa-. La banda está integrada en su totalidad por vientos: las cañas (clarinetes y saxofones) y los bronces (trompetas, trombones, bajos) “La idea era crear un conjunto que armónicamente sonara bien”, dice Gancera.

 

 

Desde sus comienzos, la formación musical fue solicitada para animar distintos actos patrios y encuentros institucionales no sólo del partido sino del interior de la provincia y el país. “Para nosotros todo comenzó a moverse a un ritmo vertiginoso, nos convocaban desde distintos lugares. Nuestra primera salida fuera de San Isidro fue a San Francisco Solano, de ahí nos invitaron de otros lugares de la provincia a celebrar sus actos y así expandimos nuestro radio de acción. Llegamos a Pinamar en la costa atlántica, a Pehuajó en el interior bonaerense. Fuera de la provincia tocamos en Misiones, en Corrientes; la música nos llevó por muchísimos lugares”, memora Gancera

 

 

 

 

 

 

 

          Alfredo Laguzzi y Fernando Martínez Granata

Vale destacar –por cierto- la vocación y el empeño de sus integrantes, ya que ellos realizan esta tarea sólo por amor a la música, repartiendo su tiempo entre los ensayos y sus obligaciones laborales para poder subsistir. Por eso el esfuerzo del grupo resulta más que meritorio para mantenerse y progresar día a día. “Para nosotros es un orgullo porque es prácticamente la única banda que persiste en el país”, reitera Carlos Marchetti, jefe del Cuerpo bomberil mientras Juan Forestier destaca que la Sociedad de Bomberos Voluntarios se ocupa de solventar los costos de la banda, también sostiene los del cuerpo estable de bomberos, se hace cargo del equipamiento y de los gastos del cuartel central de Acassuso y dos destacamentos, uno en Beccar y otro en Boulogne.

 

 

“El uniforme es muy caro –detalla Juan-, cuesta entre 5 y 7 mil pesos por bombero. Hoy contamos con 5000 socios pero son pocos para la cantidad de habitantes que tiene San Isidro por eso tratamos de difundir lo que es esta actividad para que se sumen máss vecinos con su ayuda”

 

 

De hecho la tarea que prestan estos servidores a la sociedad es a todas luces invalorable. No tiene precio. Unas 120 salidas mensuales los tienen como socorristas de los casos más dispares: están cuando se cae un ascensor, acuden en rescate de evacuados por inundaciones, se ocupan de gatos pendiendo de una rama, liberan a aquellos que quedaron atrapados entre los hierros retorcidos de un auto siniestrado y se tutean a diario con el peligro cuando deben internarse en verdaderas calderas ardientes. Su increíble oficio consiste en impedir las tragedias que generan otros y tienen que tomar la decisión acertada, a veces, con los escasos recursos que tienen a mano. Se juegan la vida en cada intervención para proteger a la comunidad y lo hacen con una vocación de servicio enorme.

 

 

“Cuando ingresamos a los Bomberos éramos músicos, pero al ver la entrega de esta gente, nos prendió la vacuna y nos sentimos ya parte de esta agrupación por demás abnegada”, dice Gancera sin ocultar la emoción por lucir el uniforme. “Somos la parte social del voluntariado bomberil” –diferencia y a renglón seguido señala que por la agrupación pasaron músicos de todas las edades desde adolescentes de 16 años a un abuelo que tenía 88, “unos y otros compartían acá sus experiencias”.

 

 

No importan las edades, ni las religiones, la música es una sola en cualquier parte del mundo. Bueno así también son los seres humanos se puede tener 90 o 12 años y al ejecutar el repertorio todos hablamos el mismo idioma”, rescata

 

 

Con un repertorio que hizo pie en las marchas, pero supo nutrirse de la música sinfónica, de genios como George Gershwin o Glenn Miller y sabe pasearse por lo mejor del cancionero popular, la Banda de Música sigue tocando.  Desde 2007 la agrupación es dirigida por Jorge Mora, manteniendo el mismo espíritu de sus comienzos: la vocación, el esfuerzo y la alegría de compartir con todos esa sensación tan especial que trasmite la música.