13/8/12. “Cumplir medio siglo no es cosa de todos los días…”, rezaba la invitación y llamaba a compartir el acontecimiento entre amigos. Lo cierto es que no pocos, compañeros de ruta, familiares, representantes de entidades de bien público, comunicadores, vecinos todos de San Isidro y más extensamente de la Región Norte se llegaron el sábado último hasta Espacio Darwin en el Hipódromo de San Isidro para celebrar los 50 Años del Intendente Gustavo Posse. Rodeado de sus afectos -su mujer la jueza María Fernanda Nuevo y sus hijos Macarena y Melchor-, un emocionado jefe Comunal admitía que el 99 % de los asistentes no formaban parte de la función pública, “son vecinos con los que nos vincula el afecto de hacer cosas por el conjunto”. Posse afirmó que desembarcó en la función pública con ventaja, por la escuela, la formación que le brindó su padre el 5 veces Intendente Melchor Posse -“haber llegado con un equipo formado es una ventaja enorme”, confíó ante la prensa. Dijo que la foto que no podía faltar en el álbum era la de los 3 hospitales: El Central, un sueño de Melchor que él llegó a plasmar, la terapia intensiva del Materno Infantil y hacer prácticamente a nuevo el Hospital de Boulogne. “Me tocaron esas obras en una época durísima del país –soltó-. La apertura del Central fue un hito y me dio un gran impulso”, y no obvió en el resumen su contribución a la seguridad ciudadana, de exclusivo resorte provincial, a través del fortalecimiento del programa de Cuidado Comunitario, el aporte de móviles, tecnología, contratación de personal, las cámaras y el Centro de Monitoreo. “Lo que más me representa a mí como persona, como estudiante, como aquel que ejerció como abogado en su pueblo es la implementación de los talleres extraprogramáticos – destacó-. Eso posibilitó equiparar los conocimientos de los estudiantes de escuelas públicas y privadas, hace a la integración y a la igualdad de posibilidades. Es la obra menos conocida de todas, nadie me para por la calle, pero forma parte de mi equipaje”, deslizó visiblemente emocionado un Posse muy humano que reveló que el Norte de su gestión, hace a la “integración social” y eso se logró con políticas públicas que lograron el fortalecimiento familiar, dando espacio a la Iglesia, al esfuerzo de entidades intermedias. “Si uno llega a la mitad de la vida con todos estos amigos, amigas y niños y puede advertir que de la mano de ellos esto trasciende hacia el futuro, entonces no se puede pedir más”, tiró un político que no le escapa a los desafíos por venir y hace todos los esfuerzos por mantener intacto ese feedback, el ida y vuelta imprescindible para saber qué requieren sus vecinos, cuáles son sus sueños y así empezar a lograrlos con la fuerza del conjunto.
Si bien tiene un apellido que es una marca registrada en San Isidro y hace a la memoria colectiva, su tarea ha jalonado una serie de logros que han dejado huella en la comunidad. Gustavo Posse ha puesto siempre sus mayores desvelos en no perder ese hilo de plata que debe existir entre el político y el vecino. Es que sabe que allí se debe nutrir toda acción que apunte a develar los anhelos y sueños de una comunidad, en definitiva, los temas que preocupan al ciudadano común, esos que muchas veces no están en la agenda del día de los gobernantes.
UN TIPO BIEN PRÓXIMO
Tal vez por eso el dato que distingue su gestión no sólo está dado por esa capacidad por advertir de antemano los problemas y contar con proyectos que anticipen soluciones, sino que también se ve reflejado en el compromiso constante con el interés común, con sumar voluntades y hacer de la fuerza del conjunto, el leit motiv de su accionar. Nada se puede plasmar sin los otros, sin un buen oído para escuchar y saber de las necesidades de quien se tiene al lado. Posse jamás perdió ese feedback, ese ida y vuelta imprescindible para saber qué requieren sus vecinos. Por eso no fue extraño que en la tarde del sábado último –día no laborable para muchos- no poca gente se llegara hasta el Espacio Darwin del Hipódromo para compartir un hecho no muy frecuente en estos tiempos políticos: se trataba de festejar junto al Intendente, un tipo bien próximo, nada menos que su cumpleaños número 50.
Lo cierto es que la cantidad de concurrentes colmó los dos salones del Darwin que, pasadas las 19 hs. comenzaron a poblarse de caras conocidas: el titular de la Cámara de Industria y Comercio del pueblo, Carlos Vittorelli, por caso fue uno de los primeros en llegar. Nofaltaban representantes de clubes rotarios y entidades de bien público, Oscar Rebagliati, de San Isidro Tradicional, por nombrar uno de los tantos invitados; miembros de asociaciones tradicionalistas como El Lazo; referentes de la Cultura y de la Salud local, desarrolladores, comerciantes, inmobiliarios como Andrés Stahler y no pocos periodistas, editores de diarios, locutores y dueños de emisoras zonales.
“Hoy es un día muy especial, todos los que estamos acá nos podemos mirar estamos acá porque queremos”, soltaba emocionado Gustavo Posse y sorprendido por la magnitud que alcanzó la convocatoria que le tributaron sus amigos. A su lado, lo observaban atentos, su mujer, la doctora María Fernanda Nuevo y sus hijos Macarena y Melchor Jr., su suegra Beba Broggi y un poco más allá sus compañeros de ruta, amigos entrañables como Carlos Castellano –que hizo las veces de presentador oficial-, Juan Carlos Canal, Héctor Prassel, Mario Alonso, el Ing Bernardo Landívar, el Dr. Guillermo Sánchez Landa, o Rita Kuzis, batalladora incansable y por caso presidenta del Deliberativo local.
UN OPTIMISTA…UN DIRIGENTE SOCIAL Y POLITICO EN
Pos SI tivo
Así lo definió el presentador, su amigo Carlos Castellano: “Esta es una excusa bárbara para juntarnos todos aquellos que trabajamos socialmente por San Isidro, desde distintos lugares”, reflexionó a poco de desandar su mensaje y en el racconto no se olvidó de los que ya no están y los que se sumaron a esta tarea que supo de muchos momentos felices. ”Los que trabajamos socialmente en la comunidad siempre lo hacemos con optimismo y Gustavo ha sido desde siempre un optimista que nos ha permitido alcanzar logros desde lo social y político que han sido fundamentales –evaluó y al rato dijo que lo ganaba un sano orgullo por “haber podido trabajar junto Melchor y Gustavo” en un espacio político plural.
“Sinceramente es gratificante haber podido participar de este espacio político y este modelo de gestión tan amplio en donde a todos nos une esta vocación de solidaridad y de trabajo por el bien común. Él (indicando a Posse) nos llevó a todos en el mismo barco, vamos por muchos años más, que sin lugar a dudas serán los más importantes y creo que ameritaba un festejo de conjunto”, desgranaba Castellano feliz de poder relatarle a hijos y nietos detalles de tantos años de progreso en común.
Tras el cumple feliz de rigor entonado a coro, un Posse visiblemente conmovido expresaba: “Nunca pensé cómo iban a ser los 50, en realidad me agarraron medio de repente. Cuando me enteré que era en el Darwin y pasé con el auto por la puerta percibí que iba a ser un tanto más grande de lo que imaginaba”.
“Hoy es un día especial –prosiguió- , nos vincula el afecto, el hacer cosas juntos en positivo. Logros y hechos que hacen al bien de la sociedad para que ésta sea mejor. Y eso es importante. Si uno llega a la mitad de la vida y puede hacerlo rodeado de amigos, amigas y niños se puede ver que de la mano de ellos esto trasciende hacia el futuro” tiró y valoró: “Esta es la mejor manera de poder llegar, nunca pensé poder celebrarlo así, con esta alegría, sabiendo que pasamos por épocas duras y pudimos salir en conjunto, les agradezco a los que aportaron fotos de obras, instantes y logros a los que les dimos continuidad”
En ese momento y durante toda la noche varias pantallas gigantes reflejaban una catarata de logros que quedaron impresos en la vida de los sanisidrenses: la apertura del Hospital Central, la inauguración del Centro de Monitoreo, los festejos por los 300 Años, la apertura de pasos bajo nivel e importantes vías de acceso, la terapia intensiva del Materno Infantil, el Hospital de Boulogne a nuevo, notables meritos deportivos en rugby, yachting, natación, hipismo; la inauguración del Museo Beccar Varela, la reapertura de Villa Ocampo, el Museo del Rugby, la Casa del Juguete, la urbanización de villas de emergencia, la compra de ambulancias, patrulleros, instalación de cámaras de seguridad, los 102 años de Villa Adelina, Boulogne sin su anacrónico puente metálico, las colectividades desfilando por Martínez, la restauración de la Catedral y el Museo Pueyrredon, el abrazo de despedida con Mons. Jorge Casaretto, la llegada de Mons. Oscar Ojea, el adiós al Capitán Garrido, todo eso mezclado caprichosamente en un sentido pero para nada planeado calidoscopio que mostraba una suerte de álbum familiar del Intendente. Allí no faltaba el abrazo con Melchor y Osvaldo, los encuentros familiares, el casamiento con Fernanda, la llegada de los hijos, el perro más querido y el titular de un diario que en los últimos años de su padre Melchor, cuando ya lo aquejaba una cruel enfermedad, lo resumía todo: “Melchor Posse con su hijo y su nieto disfrutó de un paseo”. Ese instante mereció un cerrado aplauso al igual que la foto con su hermano, Hernán y con Alejandro, queya no están, como así también la jura y cesión del mando entre padre e hijo.
Su pasión por el turf y el automovilismo supieron de un segmento con traje ignífugo y todo, al igual que la premiación que le hiciese una revista especializada en descentralización y gestión comunal como Mejor Intendente, hecho que ocurrió en varias ocasiones.
También se vieron decenas de fotos con infinidad de chicos de escuelas y jardín sonrientes que en todas las celebraciones patrias no pierden la oportunidad de fotografiarse con su Intendente, como si fuese una amigo más, un referente a seguir; esas tal vez, como las instantáneas con los bebés y sus familias durante la celebración del Día del Prematuro resumen esa impronta de trascender en las generaciones venideras que hace a la gestión de Gustavo Posse.
LA MITAD DE LA VIDA, EL EQUIPAJE Y EL LEGADO
“A partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida”, dice Alberto Cortez en su pegadiza “A partir de mañana” que en su estribillo resume: “Hasta el día de hoy, sólo fui lo que soy, “aprendiz de Quijote“, he podido luchar y hasta a veces ganar, sin perder el bigote”, Pues bien, Gustavo reveló que jamás había imaginado llegar a los 50 sin ese rasgo distintivo de su fisonomía, pero a lo largo de estos años, sin duda no le han faltado cruzadas quijotescas que lo llevaron a pelear junto a sus vecinos reclamando por más y mejor seguridad, contribuyendo a su vez,con no pocos fondos y herramientas para mejorar la situación; solicitó también una mayor descentralización que lleve los niveles de decisión más cerca de la gente, acompañó con su acción a las Madres del Dolor en su clamor por una “Justicia más justa”; le puso el cuerpo y el talento al momento de mayor crisis institucional del país para, en ese preciso momento, donde campeaba la desocupación y las obras sociales y prepagas hacían agua, cumplir con el sueño de su padre y abrir así el hospital público de referencia más importante del conurbano norte.
Así y todo a la hora del balance el hombre no duda en desgranar: “Lo que más me representa a mí como persona, como estudiante, como aquel que ejerció como abogado en su pueblo es la implementación de los talleres extraprogramáticos – señala-. Eso posibilitó equiparar los conocimientos de los estudiantes de escuelas públicas y privadas, hace a la integración y a la igualdad de posibilidades. Es la obra menos conocida de todas, nadie me para por la calle por eso, pero forma parte de mi equipaje”, resume.
El hombre puede perder el bigote, pero sabe que entre sus vivencias del alma, esas que forman parte del equipaje, aflora esa decisión por equiparar conocimientos, que obviamente hace a un mundo más igualitario y a sus desvelos por la integración en un San Isidro para todos.