Una institución a la que no la amilanan los desafíos ni los obstáculos. Hípico del Norte siempre a la altura de las circunstancias

9/7/02. El año pasado sorprendió al Club Hípico del Norte, ahora enclavado en sus flamantes instalaciones de Bosque Alegre, en el bajo de Acassuso, con un logro que merece ser tenido en cuenta. La Federación Ecuestre Argentina, por primera vez luego del traslado, fiscalizó un concurso oficial de adiestramiento y en Octubre de este año la señera entidad planea realizar el segundo. Es, sin duda, la vuelta de un grande del hipismo local, a los concursos de mayor relieve, esos que dan la nota y a los que no se llega por casualidad, sino por el esfuerzo y tesón de sus asociados, los que pusieron lo mejor de sí en esa suerte de volver a empezar que planteó la mudanza.

 

 

 

La vida de las instituciones, suele ser asimilable muchas veces a la del común de la gente: sabe de crecimientos, logros, vaivenes, cambios, mudanzas. Ciertamente, cualquiera que haya pasado por esta última experiencia, coincidirá en que despierta sensaciones encontradas. Por un lado, revela la alegría y las expectativas positivas que hacen a un lugar diferente, a alumbrar un nuevo proyecto de vida que tiene que ver con el crecimiento y, por el otro, no está exenta de altas dosis de estrés por el apego, las añoranzas y el recuerdo de lo que se dejó atrás, que –obviamente- hace también a la historia propia. Si el traslado de cualquier persona de un hogar a otro, es considerado traumático por los terapeutas, pues implica un salto muy importante, mejor no pensar lo que significa la mudanza de un club en pleno con toda su carga emotiva, su parafernalia e historia a cuestas.

 

 

Buena parte de esos sentimientos encontrados y esa sensación de volver a empezar que proponía el reacomodarse a un nuevo hábitat, totalmente virgen a sus actividades, es la que transitó la gente del Club Hípico del Norte, una entidad señera de la hípica sanisidrense que mudó todas su instalaciones de Beccar al Bajo de Acassuso, poco antes de cumplir sus 75 años de vida.

 

 

AQUELLOS FUERON LOS DÍAS

 

 

“El Club Hípico del Norte se funda en San Isidro el 5 de Junio de 1935. Lo hace en Beccar, en la hoy denominada avda. del Libertador y Brasil y, en el año 1955, Obras Sanitarias de la Nación cede un predio ubicado en Andrés Rolón, desde Intendente Tomkinson a Neyer”, memora Nancy Heredia de Ezcurra, una de las almas mater de la entidad ecuestre.

 

Vale decir que en esos años ese lugar era a todas luces un bañado, con residuos químicos y restos de una fábrica de ladrillos, poco apto para cualquier tipo de actividad por lo que la entonces comisión directiva del CHN se abocó a la ciclópea tarea de sanear, rellenar y forestar el lugar. “Fueron tiempos de intenso trabajo y aporte económico de cada socio, sin descuidar por ello el deporte que nos aunaba: la equitación y la gran pasión que despierta en cada uno de nosotros el caballo” –evoca Nancy al tiempo que describe cómo de aquella tierra yerma y contaminada fue cobrando forma una institución modelo que recurrió a los saberes de un estudio botánico y arquitectónico para desarrollar un club hecho y derecho con pistas, tribunas, boxes, picadero, la confitería y el club house bajo la reparadora arboleda que hoy luce ese rincón de Beccar.

 

Aquel esfuerzo titánico en lo edilicio y deportivo se vio coronado por cucardas, premios y trofeos y no pocos jóvenes y aquellos que no lo eran tanto, comenzaron a desandar ese diálogo con el caballo entusiasmándose con los secretos del adiestramiento, el trote, el salto, el galope, si mañas ni corcovos, gozando de la plena armonía entre el jinete y el animal. “Logramos importantes campeonatos nacionales e internacionales que dieron renombre a nuestro club y a San Isidro –revela la amazona Heredia de Ezcurra-. Somos junto al Jockey Club, que para ese entonces funda el Hipódromo local, pioneros en la Zona Norte de este deporte manteniendo a través de los años, la tradición, el respeto y los valores que hacen de quienes lo practican ejemplo para la sociedad donde se desarrolla esta actividad”, desliza con orgullo.

 

Pero, paralelamente, la institución ya por entonces cumplía también una función social inclusiva e integradora: el CHN supo becar en forma totalmente gratuita a chicos y jóvenes de escasos recursos para que se adentraran en la enseñanza del deporte y sus distintas disciplinas, sólo como requisito les exigía a los nóveles jinetes no desatender sus estudios y normas sociales de convivencia y responsabilidad. Hoy muchos de ellos cuentan con trabajo en otras instituciones o practicando lo que comenzó como un juego en la escuelita del CHN y hoy se transformó en pasión.

 

En el año 2006, el Instituto Provincial de la Vivienda consiguió por medio de la firma de un decreto con el gobierno nacional la titularidad de las tierras que ocupaba el Hípico para desarrollar allí viviendas de interés social, aplicadas a la reubicación de La Cava. Fue entonces cuando la Intendencia le ofreció a la entidad un predio en el Bajo de Acassuso, ubicado en avenida Roque Sáenz Peña y Camino de la Ribera.

 

NUEVA ETAPA DE UN GRANDE CON HISTORIA

 

Por gestiones del Intendente Gustavo Posse, el Hípico del Norte funciona desde el 2009 en  ese predio con frente en Avda Sor Camila Rolón, entre S. Peña y Las Gaviotas, ahí nomás de Barisidro, en un solar único que conjuga naturaleza, baja densidad y la incomparable presencia del río como telón de fondo y donde sus asociados vuelcan no pocos esfuerzos para que el club esté cada vez más lindo. En medio de la vorágine por la mudanza y los sentimientos encontrados, comenzaron a brotar gestos de los asociados que merecen ser tenidos en cuenta. Por caso, se ocuparon del traslado de la caballada y participaron en la organización de las pistas y boxes, adelantaron dinero para la construcción, se ocuparon de las tareas de jardinería, de ornamentación de los festejos del 75 aniversario.  

 

Lo cierto es que las coquetas instalaciones del CHN atesoran hoy una pista de adiestramiento, otra de salto, una de ponys, escuela y cerca de 90 boxes pero planean seguir con el movimiento de suelo y la nivelación para realizar más pistas y el resto de las instalaciones que contemplan una nueva sede social, playa de estacionamiento con buena capacidad sobre R. Sáenz Peña el rediseño de la entrada y picadero techado.

Heredia cuenta que a poco de visitar el predio ya burilaron el futuro desarrollo del club, pero como se trataba de terrenos bajos debieron transcurrir 3 años para rellenar el predio a la altura del albardón y ponerlo a resguardo de las crecidas.

“Nos mudamos un 6 de Abril de 2009 y empezamos una nueva etapa – confía Nancy con el entusiasmo propio de quien comienza de cero-. Colocamos las puertas del viejo club, organizamos el tema de los comederos y bebederos de los caballos. También adaptamos un sector de boxes para el funcionamiento de las oficinas y un pequeño salón para socios y reuniones”, especifica. En el nuevo organigrama, se desarrollaron baños para socios y empleados, un área de veterinaria y un taller para reparaciones.

Al poco tiempo de mudados, cobró forma el primer circular, se colocaron arena y barandas para delimitar el espacio destinado al precario estacionamiento regado también con pavi. Perfilando las instalaciones se demarcaron con barandas las flamantes pistas, hubo nivelación de suelos y se forestó el lugar. “A nuestro primer pedido la municipalidad nos envió una tanda de 50 árboles –contabilizó la directiva–  y el socio Ricardo Kontach, también donó medio centenar de especies de lo más variadas con lo que comenzamos a parquizar el lugar con la ayuda de dos paisajistas. Con el tiempo y la colaboración del Intendente, llegó el segundo circular y también una nueva andanada de arena para las pistas. En la esquina de Sáenz Peña y De la Ribera, allí de un modo emblemático,  instalamos el pórtico original”, reseña.

 

La comuna, además, se hizo cargo de la limpieza del sector contiguo a los circulares, mejoró con tosca la entrada y los accesos “anche” emplazó un camino peatonal para ingresar al predio. El presidente Jorge Pereyra junto a su señora se reunió días atrás con el Intendente y ajustaron los detalles para el pronto techado del circular cercano a los boxes. En fin tareas todas que tienen que ver con la rica historia de este viejo pero flamante centro hípico que en tan corto tiempo, aquilata un hecho trascendente: el año pasado con la autorización de la Federación Ecuestre Argentina (FEA) se celebró el primer concurso oficial de adiestramiento y muchos anhelan, en el corto tiempo, retomar los oficiales de salto. Logros todos que hacen a un gran salto en la jerarquía de un club con historia al que le tocó comenzar de cero, no lo amilanó el desafío ni el obstáculo sino que, por el contrario, lo encaró con la hidalguía de quien supo estar siempre a la altura de las circunstancias.