26/6/12. Una bicicleta que, en funcionamiento, permite mantener encendido un monitor con la energía generada por el pedaleo. Se trata del bicigenerador eléctrico pergeñado por la Fundación Energizar, una ONG que también investiga en biodigestores y el uso de aceite de microalgas como combustible.
“Nuestros proyectos surgieron del interés por mejorar la calidad de vida de las personas a través de las energías renovables”, relata Diego Musolino, ingeniero que, junto con su colega Alejandro Loidl, creó la Fundación Energizar en 2010.
La fundación cuenta con una oficina propia donde poder avanzar con las investigaciones, además de brindar los cursos de capacitación sobre energías renovables. El equipo incluye a otros nueve ingenieros colaboradores, expertos en diferentes áreas de renovables, con sus propios emprendimientos afines. “Nuestra intención es que la fundación potencie el desarrollo de esos emprendimientos y así poder crecer juntos”, contó Diego.
LA ENERGÍA DE LA BICI
El bicigenerador ha sido el principal proyecto tecnológico desarrollado y aplicado por Fundación Energizar. Consiste en un sistema solidario de generación eléctrica con dos bicicletas, que permite producir un máximo de 180 Watts con dos personas pedaleando a máximo esfuerzo físico. Hay muchísimos sistemas para generar energía a partir de una bicicleta, pero en general dependen de un solo ciclista.
El sistema fue diseñado para la Agencia de Protección Ambiental del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, con el propósito de exponerlo en diferentes eventos afines. De hecho, el último domingo el proyecto tuvo su prueba de fuego en la Primera Carrera Ambiental de Buenos Aires. “El fin educativo no sólo permite a las personas que se suben a las bicicletas contribuir con su energía al evento, sino también conocer cuánta energía uno genera y así comprender que ese esfuerzo es el mismo que hace el planeta para mantener nuestras luces y electrodomésticos encendidos”, explica Diego. “En este sentido, si nosotros tuviéramos que pedalear para toda la energía que utilizamos, no dejaríamos las luces encendidas cuando no es necesario”, añade.
EL SOL COMO FUENTE DE ENERGÍA
La Fundación Energizar está trabajando en distintos proyectos sobre el primer eje de su acción: el desarrollo tecnológico de energías renovables. Los trabajos más recientes son dos: un destilador solar, y un biodigestor.
El destilador solar busca dar solución al problema del agua contaminada. El proyecto está en su etapa de diseño: un sistema robusto, simple de construir y fácilmente transportable. Su sencilla operatoria consiste en la carga de agua contaminada en un tanque y la posterior obtención de agua destilada en una botella, a través de la absorción de energía del sol que evapora el agua dejando la suciedad en el recipiente. A fin de eliminar la acumulación de sales, minerales y contaminantes que no se destilan, Diego recomienda limpiar la bandeja contenedora de agua semanalmente. Cada destilador solar se estima que tiene la capacidad de purificar y generar de 4 a 6 litros de agua por día, con una superficie de 2 metros cuadrados de absorción de energía solar.
Por otra parte, el biodigestor utiliza excremento de animales para producir biogás y se usa en granjas de todo el mundo. El resultado final es un componente con un 50% de gas puro que puede ser empleado en las cocinas o para la iluminación. El gas es filtrado por un caño que lo dirige hacia una suerte de globo donde comienza a almacenarse la materia. El resto del componente generado consiste en un fertilizante líquido llamado biol, con interesantes propiedades: es orgánico, con un proceso de degradación acorde, y no tiene olor.
El dispositivo está siendo desarrollado por la fundación en las inmediaciones de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, donde se espera sirva como herramienta de estudio para los futuros profesionales. Tendrá un volumen de 3 metros cúbicos. En este caso en particular, se utilizará como carga el excremento de oveja, proveniente de la Facultad de Veterinaria. Anteriormente, la fundación desarrolló e instaló un biodigestor en un colegio agropecuario.
EL DESARROLLO HUMANO
El otro eje de trabajo de la fundación, complementario con el anterior, consiste en la capacitación en tecnología y energías renovables. Se trata de una serie de cursos dirigidos a toda persona interesada en la temática, sin necesidad de que cuente con conocimientos técnicos previos. “Buscamos brindar cursos básicos para aquel que quiere aprender, por ejemplo, cómo poner un pequeño panel solar en su terraza”, me explicó Diego. La clave de las capacitaciones está en responder a dos preguntas fundamentales: qué son las energías renovables y cómo funcionan.
Los cursos de capacitación son de 16 horas semanales. Las temáticas que se trabajan en ellos son diversas: introducción sobre energías renovables; energía solar fotovoltaica; arquitectura sustentable; energía eólica; biodigestores y biogás. Este último curso es dictado por Diego, donde desarrolla la temática de la producción de biodiesel y las posibilidades futuras de implementación del aceite de microalgas, uno de los temas que más lo apasiona (en 2010 un avión alemán ese aceite, de origen argentino, como combustible).
El tercer eje de la fundación se basa en la implementación de proyectos de responsabilidad social. Consiste en el trabajo conjunto con empresas privadas que decidan invertir en los desarrollos tecnológicos, a fin de que sean destinados a barrios carenciados argentinos.
“No hay nada más gratificante que escuchar a un chico emocionado en poder bañarse con agua caliente gracias a un colector solar “, concluye Diego. Una organización que promete no sólo contribuir al desarrollo tecnológico dentro del campo de las energías renovables, sino también posicionar dichas energías como una solución alternativa a las carencias de los más necesitados.