Del obispo emérito a los Intendentes: “Sería bueno que sigan trabajando en conjunto por el bien de la Región; sería un ejemplo para el país”

17/3/12. Con una multitudinaria misa de acción de gracias se celebraron los 28 años del ministerio episcopal de monseñor Jorge Casaretto, ayer por la noche en el atrio de la Catedral de San Isidro. Del oficio religioso –organizado por el Obispo Oscar Ojea a su antecesor- participaron los cuatro intendentes de la Región Norte, Gustavo Posse (San Isidro), Jorge Macri (Vicente López), Luís Andreotti (San Fernando) y Sergio Massa (Tigre).  Además también contó con la presencia del nuevo Nuncio Apostólico, el suizo Emil Paul Tscherrig, quien en enero pasado fue nombrado embajador de la Santa Sede en nuestro país por Benedicto XVI y los ex jefes comunales Enrique García y Osvaldo Amieiro. Aquí la palabra de los Intendentes, sus recuerdos y la meta por lograr que les dejó un religioso que dedicó su vida al Evangelio y siempre estuvo comprometido con los pobres y la realidad Argentina

Y así, en una noche inolvidable, monseñor Casaretto leyó algunos párrafos de una emotiva carta para todos los presentes:

“El 19 de marzo se cumplirán 35 años que recibí la ordenación episcopal en Rafaela, diócesis en la que ejercí el ministerio hasta el año 1983 en que volví a San Isidro, primero como coadjutor de Monseñor Aguirre y después como obispo residencial. Hoy hago mías las palabras de Pablo a los Filipenses que encabezan esta carta y que fueron inspiradoras del lema que me acompañó a lo largo de mi ministerio episcopal: “Que la paz de Cristo reine en nuestros corazones”.

“Como toda vida, la mía estuvo signada por luces y sombras, aciertos y errores. Pero fundamentalmente tengo una clara conciencia que el amor de Dios se antepuso a todos los acontecimientos y su gracia fue conduciendo mis pasos”.

“Quiero nombrar en primer lugar a Mons. Oscar Ojea, tercer obispo de San Isidro. En estos dos años que hemos compartido pudimos forjar una verdadera amistad cuyo centro ha sido y es el mismo Señor Jesucristo. Me alegra mucho que él sea ahora el obispo de todos ustedes”

“Mi profunda gratitud a los hermanos obispos, sucesores de los apóstoles con quienes he podido trabajar por la Iglesia y por nuestro país en estos treinta y cinco años. Nuestro país tiene un episcopado inquieto, apostólico, misionero, muy comprometido con las realidades argentinas”.

“La misión de un obispo sólo es posible con la colaboración de los sacerdotes. La gran mayoría de los presbíteros de esta Diócesis han sido ordenados por mí. Esto ha creado un lazo imborrable”.

“En estos años pudimos concretar la profética decisión del Concilio Vaticano II, de restaurar el diaconado permanente. Mi gratitud a todos aquellos que avanzaron en esta decisión y a quienes me siento unido tan fuertemente por haberles conferido este sagrado ministerio”.

“Creo sinceramente que en esta Diócesis hay un laicado participativo y con notables inquietudes apostólicas. Me siento muy agradecido por tantas iniciativas y realizaciones que han dado vida a esta Iglesia Diocesana y fortalecido las diversas comunidades”.

“Saludo también a los jóvenes. Los que fueron jóvenes en otros tiempos y los que son ahora jóvenes que siguen a Jesús y que han dado y dan a nuestra Iglesia fortaleza y esperanza”.

“Dios ha creído necesario que en este tiempo crezca en mí una conciencia mucho más viva de necesidad de su misericordia y su perdón que sigan sosteniendo mi ministerio”.

“Seguramente, el Señor también permitirá que estos dos sentimientos encuentren más espacio de oración en mi vida. Estoy seguro que en su Providencia El sabe mejor que yo acerca de lo que será mi actividad en estos próximos años, pero de lo que estoy seguro es que El desea que rece aún más y que lo que físicamente no pueda realizar, porque las fuerzas sin duda disminuirán, lo supla por un mayor tiempo de contemplación”.

A los jefes comunales, Casaretto les dijo: “Ustedes pertenecen a diferentes partidos políticos, pero sería bueno que sigan trabajando en conjunto por el bien de la Región Metropolitana. Ese gesto sería un ejemplo para el país”. Tal mensaje despertó el aplauso de la multitud presente.

Previo a la misa se proyectó en una pantalla gigante emotivos momentos de la vida de monseñor Casaretto.

Además, asistieron a esta emotiva misa concelebrada la presidenta del Concejo Deliberante de San Isidro, Lic. Rita Kuzis y el vice de ese cuerpo, Andrés Rolón, el titular del Deliberativo sanfernandino, Santiago Aparicio, el concejal vicentelopense Guillermo “Willy” Ruiz, autoridades municipales como Federico Suñer y Eleonora Jaureguiberry, el periodista Enrique Moltoni, amigo entrañable del Gobernador Daniel Scioli. No faltaron además sacerdotes de la diócesis de San Isidro, obispos de diferentes diócesis del país, representantes de entidades intermedias y feligreses.

POSSE: HOY PARTICIPAMOS DE UN CICLO DE VIDA

Tras la ceremonia y previo a un gran banquete para los presentes, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse expresó: “Esta celebración, además de festejarse los 28 años del ministerio episcopal de Casaretto representa para nosotros el inicio de una nueva etapa, en la cual él ya no es más obispo de nuestra diócesis”.

Y agregó: “Personalmente no sabía cómo iba a impactar este cambio de obispo, pero hoy puedo decir que estamos muy conformes, ya que se ha realizado una muy buena transición entre Casaretto y Ojea”.

“La Diócesis de San Isidro resulta un muy buen ejemplo de cómo el Estado y la Iglesia pueden caminar juntos por el bien común”, resumió al tiempo que recordó los tiempos de la Mesa de Diálogo Argentino que encabezó Casaretto. “Cuántos sanisidrenses participamos de esa experiencia en el momento en que el país se fracturaba. Jorge tiene un equipo formado en la Diócesis, integrado por intelectuales, políticos y gremialistas que lo acompañan. Hoy es un día muy especial que marca la etapa de la vida nuestra”.

“Cuando yo era chico, Jorge era famoso –ya en los tiempos de Mons. Aguirre- sobre cómo trabajaba en la parroquia del Bajo, así es que la verdad es que el obispado de Casaretto ha sido un ciclo importante en mi vida, lo vivo con mi familia. Siempre pensé que cuando llegara este momento, el de la sucesión, iba a ser algo que nos iba a afectar mucho, pero Jorge tuvo ese don, tanto él como Ojea demostraron que este ha sido un ciclo de vida”, concluyó.

ANDREOTTI: “CASARETTO NOS PROPUSO UN DESAFÍO QUE SUMA A LA REGIÓN”

A su vez, el jefe comunal sanfernandino, Luis Andreotti levantó el guante sobre la Región Norte destacando que se está trabajando en conjunto. “Tanto con Tigre como con San Isidro hemos tenido muchos progresos –deslizó Andreotti– Acá lo importante es dar certidumbre, contribuir a la paz, la armonía de la Región y poder desarrollar proyectos en conjunto, ocupándonos de los problemas que le interesan a la gente”.

“El desafío que nos propuso Mons. Casaretto, que tuvo toda su vida dedicada al Evangelio y comprometido con la Argentina, es algo que suma”, evaluó al tiempo que explicó que participar de tan emotiva despedida “es uno de sus momentos más felices”.

MASSA: EL SABER IRSE DE ALGUIEN QUE SIEMPRE TUVO UNA PALABRA SABIA

Sergio Massa, el Intendente de Tigre, puso el acento en el mensaje que dejó latente Mons. Casaretto a quien calificó como su “amigo”. “Hoy Jorge nos deja la lección del saber irse, abrirle camino a otro, saber correrse del sillón –observó-. Hubo un segundo mensaje ligado a la esperanza de un sacerdote muy comprometido con los pobres y con su Diócesis”.

“En lo personal quiero tributarle mi agradecimiento a una persona que en los momentos buenos y malos, duros y alegres siempre tuvo una palabra de paz y esperanza para transmitirme”, confió. El intendente tigrense valoró la sinergia entre la iglesia y el municipio para tenderle una mano al prójimo a través de las parroquias, los hogares y los comedores pero “fundamentalmente en los momentos cuando tenía que tomar las decisiones difíciles, Jorge me llamaba y decía: ‘Hoy voy a orar por voz’, eso tiene un valor incalculable para mí. El siempre tiene una palabra sabia”.

Massa, recordó que trabajó codo a codo desde la ANSES con el hoy obispo emérito en la Mesa del Diálogo Social, fue en Enero de 2002. Tengo muchos años a pesar de mi corta edad, siempre digo que soy un remís –comparó-, un modelo bastante nuevo pero con mucho quilometraje, me tocaron vivir momentos únicos con Jorge Casaretto. Y aludiendo al mensaje de Casaretto destinado a la Región Norte tiró: “en realidad fue algo más que un pedido, fue un mandato; muestren desde la Zona Norte que se puede construir con diálogo y con consenso. El hecho de que hoy estuviésemos los cuatro intendentes acá fue un mensaje fuerte para las comunidades. Tenemos que trabajar pensando en los temas que nos juntan y no en los que nos separan”, remató.