Con un partido homenaje a 2600 m de altura Rugby Sin Fronteras conmemoró los 40 años de la Tragedia de los Andes. Para sortear la MONTAÑA MÁS ALTA

 

 

5/3/12. El encuentro se realizó en el Valle de las Lágrimas, lugar donde están los restos del avión que se accidentó con 45 tripulantes a bordo – en su mayoría jugadores del Old Christian’s uruguayo– el 13 de octubre de 1972. Más de una decena murió en el momento del accidente, otros fallecieron en los días siguientes por las heridas sufridas y un tercer grupo pereció asfixiado y congelado en un alud que sepultó al fuselaje del avión. Entre los jugadores que zafaron de la tragedia –llevada al cine bajo el título “Viven… la tragedia de los Andes“,  – y que resistieron 72 días en las cumbres cordilleranas, bajo condiciones extremas, estaban Roberto Canessa, Nando Parrado y el hijo de Carlos Páez Vilaró, Carlitos. El homenaje contó con la presencia de Gustavo Zerbino, uno de los 16 sobrevivientes.

Como una manera de curar heridas que dejó el pasado y rescatar el temple que tuvo ese puñado de jóvenes enfrentándose al coloso andino ante situaciones extremas, la Fundación Rugby Sin Fronteras, que preside el rugbier argentino Juan Bautista Segonds conmemoró los 40 años de la Tragedia de los Andes, ocurrida en 1972, con un partido de rugby a 2.600 metros de altura. El encuentro se realizó en el Valle de las Lágrimas, lugar donde están los restos del avión uruguayo que se accidentó con 45 tripulantes el 13 de octubre de 1972.

El grupo, integrado por 45 personas, contó con la presencia de Gustavo Zerbino, uno de los 16 sobrevivientes, y también fueron muchos familiares de éste que nunca habían subido a la tumba donde se encuentran los fallecidos.

Otro de los jugadores especiales del partido fue Alejandro Nicolich, hermano de Gustavo Nicolich, quien no pudo regresar de la montaña luego que el avión se estrellara en medio de la nieve.

Alejandro fue por primera vez a visitar el Valle de las Lágrimas y aprovechó para rendirle un emotivo homenaje a su hermano, junto a otros 16 familiares.

También participaron de este match, Francisco Planella, jugador y capitán de Old Boys, equipo chileno que iba a jugar con el uruguayo Old Cristians, cuyos jugadores se accidentaron y por ese motivo el partido finalmente no se había podido llevar a cabo.

Por un temporal de nieve, el ascenso se retrasó un día, pero finalmente el domingo el grupo pudo llegar hasta la cumbre con un cielo totalmente despejado.

“Venimos a jugar el partido que no se pudo realizar en 1972. Esto es en honor a los 29 que están enterrados arriba“, fueron las palabras de Gustavo Zerbino.

El avión se siniestró a 2.600 metros de altura, y tras los 72 días desaparecidos, fueron rescatados 16 sobrevivientes, aunque hubo que lamentar 29 muertos.

Para finalizar el homenaje, la última noche, hubo un fogón, y cada uno de los presentes recibió un recuerdo.

Rugby sin Fronteras es una organización que busca “defender, difundir y predicar la práctica del rugby formativo, sus valores y principios, colaborar aportando a los clubes material que permita desarrollar esos valores, apoyar los comienzos del rugby en lugares que no se encuentre desarrollado, para hacerlo cada día más popular, y lograr crear conciencia en los jóvenes de la importancia del deporte para la salud y para su crecimiento personal a través del trabajo en equipo“, según describe en su página web.