San Isidro. La Intendencia y el Siac agasajaron a Maffei por su desempeño en el Dakar Tomás, un piloto SIEMPRE EN CARRERA

 

1/3/12. Fue la grata sorpresa del último Rally Dakar, para muchos la carrera más dura y exigente del planeta. Trepó al tercer escalón del podio, llevando los colores de San Isidro y aquilató el mérito de ser el piloto que más etapas ganó. “Para nosotros es un gusto poder homenajearlo, en esta, su segunda experiencia en Dakar, se ha ido consolidando como deportista”, soltó el Intendente Gustavo Posse en el homenaje que le tributó el San Isidro Automóvil Club a este deportista. Su vida sigue latiendo a ritmo normal en su Martínez natal, entre la empresa familiar -la arenera-, donde descubrió a temprana edad alentado por su viejo su pasión por los fierros. “Es el único deporte que practico desde los 3 años, en la arenera de papá había un depósito muy grande de camiones –memora-, arranque con un triciclo, allá por los 80, tirando el primer cambio. Recuerdo que llegábamos de mañana y el viejo me ponía la primera marcha y andaba todo el día. Hasta que un día mostrándole a un amigo aprendí a pasar más cambios. Hoy el cuatri es mi pasión”, confió un distendido Maffei. Un detalle más: Tomás, en soledad, compitió palmo a plamo con los hermanos Marcos y Alejandro Patronelli, precursores en quads en Dakar y no le fue tan mal.  En la cuarta etapa llegó a descontarles 13 minutos y a ponérseles, a tiro lo cual motivó una suerte de pica que fue más allá de la competencia. Hubo denuncias por un supuesto cambio de motor que no sucedió, pedidos de penalización y demás yerbas. “Ellos son los precursores de la categoría, buenos pilotos, pero la verdad es que también, son extremadamente competitivos. La verdad es que hubiera esperado que primero hablaran conmigo antes de andar desparramando infundíos. No se si tienen la presión de algún sponsor, pero van directamente a ganar y lo hacen como sea: fuera y dentro de la carrera”, relata Tomás mientras desgrana una historia que poco tiene que ver con el compañerismo y la sana puja. Así y todo, el piloto de Martínez se las ingenió para discutirle la supremacía a los favoritos que corrían con la ventaja de ir en tándem, arriesgó, puso actitud y tan mal no le fue. “Mi idea fue siempre acceder al podio, me banqué la presión y lo logré. Fui el piloto que más etapas ganó aunque esto no alcanzó para llegar primero, pero estuve en la discusión”, resume Maffei, quien aprendió que siempre es bueno tener la cabeza fría en los momentos calientes para subsanar cualquier contingencia.Una de las mayores lecciones que me dejó este Dakar fue aprender a arreglármelas en la soledad del desierto. En la llegada a Iquique, se cortó un cable y  el motor empezó a levantar temperatura fuerte. Contrariamente a lo que hice el año anterior que seguí, decidí parar y lo repararlo por las mías”, indica el autor de esta verdadera hazaña que ahora se apresta a relatar su experiencia ante los jóvenes. “Será sumamente valioso el aporte de Tomás en las charlas que ofrecerá en distintos colegios y escuelas del partido contando cómo hizo en los momentos duros de la competencia para sobreponerse y seguir adelante, Él es un muy buen ejemplo, un referente”, definió el Intendente

SOLO UNOS POCOS ELEGIDOS. Internarse en el fascinante mundo del deporte motor suele ser para muchos pilotos una desgastante pasión al punto que los menos vocacionados fracasan en sus primeras experiencias por falta de talento conductivo o bien escasez de medios económicos. Llegar a la cima de cualquier categoría, es entonces un cuesta arriba al que solo accederán algunos pocos elegidos. Y ese es el caso del martinense, Tomás Maffei. Con 28 años – y 24 desde que abrazó la actividad– su incesante adicción a los fierros lo llevó constantemente a participar en forma amateur primeramente en competencias de motos de variable cilindrada y luego a animarse profesionalmente en lo que hoy representa su pasión: los cuadriciclos. Cómo fue la sensación de esa primera vez que se trepó a un cuatri Tomás las resume en pocas palabras: “Fue mágico, me produjo un click en mi cabeza y me llevó a comprar mi primer quad, y a soñar de que algún día pudiera correr profesionalmente”, describe

Tras sus primeros pasos en el amateurismo, para competir en forma profesional, trabajó en sincronizar maquina, mente y cuerpo, como un todo en cada desafío que se decidió a enfrentar poniéndole no poco amor y horas de dedicación a este arriesgado deporte. En lo que hace a su presente, hoy Tomas posee un destacado equipo de competición, que ya le ha permitido afrontar con éxito el Rally Cross Country en Quad 4×2, lograr la séptima posición general en categoría cuatriciclos en el DAKAR 2011 y recientemente trepar al podio en el DAKAR 2012.

En el reciente rally – el más importante del continente- Maffei logró alcanzar el primer puesto en la cuarta y quinta etapa. En la séptima sufrió un tropiezo y lo pagó caro: los hermanos Patronelli lo superaron y lo relegarían al tercer lugar. Con todo, el joven se las ingenió para ganar cuatro parciales. “Ha sido un Dakar duro y excitante, llegar a la Plaza de Armas de Lima aclamado y subirme al podio, con la contagiosa alegría de ese público que acudió en masa fue algo verdaderamente emocionante. Indescriptible. Es una experiencia de la cual no me olvidaré jamás”, suelta Tomás en diálogo CONtinta NORTE y tras agradecer a familia, amigos y sponsors explica que le demandó una preparación de cuatro meses, que sintió mucho el calor del desierto, en algunos momentos insoportable, pero que correr bajo esas condiciones lo ayudaron a mejorar, a ir siempre a más.

“Lo que me llevo de esta competencia son las amistades que hice, porque conocí gente de todo el mundo que comparte la misma pasión“, expresó en la noche del pasado miércoles 8 de Febrero, durante la ceremonia en que fue distinguido en las instalaciones del San Isidro Automóvil Club y que contó con la participación Intendente, Dr. Gustavo Posse, un amante del deporte motor ; del titular del SIAC, Luis Ferroni y más de un centenar de amigos y vecinos que le tributaron un cálido recibimiento. “Estar acá trae suerte”, tiró a poco de iniciar la charla el homenajeado y describir con lujo de detalles las distintas alternativas de la competencia. Además proyectó un video con los mejores momentos del Dakar y respondió la requisitoria de periodistas y vecinos.

CALOR, COLOR HUMANO Y MUCHA PERICIA. La llegada a las distintas resultó increíble, el respaldo de la gente se hizo sentir con fuerza a la vera del camino tanto en Argentina, Chile, Perú. “Siempre estaba lleno de público que nos sacaba fotos en el medio de la ruta. Ese apoyo incondicional nos estimulaba a ir a más. Hasta parecía una estrella de rock”, relató el piloto que contó que conducir un cuatriciclo, contra lo que se cree, no es tarea sencilla, requiere de un buen estado físico y conlleva cierto riesgo. “El totalizador en carrera nos indicaba ‘cuatro peligros’, una bajada empinada de guadal – que es una especie de talco-, abajo había un enjambre de fotógrafos aguardando la mejor instantánea y obviamente el error humano. De repente, te encontrabas con la bajada donde no podés soltar el freno delantero porque volcás y si se tuerce el quad te lo ponés de sombrero. También anduvimos a fondo por un río seco lleno de polvo blanco que te impedía la visión. En fin, es un desafío increíble que te hace llegar al límite de la navegación, del físico y la máquina también sufre mucho”, grafica.

Desde luego, participar en exigencia semejante no es para cualquiera, requiere de mucha concentración y una estrategia. “Una de las mayores lecciones que me dejó la carrera es aprender a arreglármelas en la soledad del desierto, ante la contingencia. En la llegada a Iquique, se me cortó un cable y el cuatri empezó a levantar temperatura fuerte –ilustró Maffei-. Contrariamente a lo que hice el año pasado que seguí, decidí parar y arreglarlo por las mías. Como no quería arriesgar nada cambié el motor, por lo que me penalizaron con 15 minutos. Y luego sobrevino el conflicto: en la etapa siguiente logré descontarles 13 minutos a los hermanitos Patronelli. Ellos se pusieron muy mal y empezaron a preguntarse y tejer conjeturas sobre de qué modo lo había hecho. No lo podían creer!.  Como en Copiapó puse un pistón nuevo, sospecharon que en realidad hubo un segundo cambio de motor y enviaron denuncias y cartas a los veedores para que me penalizaran”, cuenta Maffei y en su relato deja entrever que hubiese deseado un gesto de mayor compañerismo, por parte de Marcos y Alejandro, popes de la categoría, esperando que mínimamente lo consultaran, pero empezaron a correr rumores que enturbiaron el asunto.

Lo cierto es que Tomás se apersonó ante el comisario deportivo y éste certificó que el motor era el que había declarado y todo quedó ahí. “Alejandro había quedado shockeado por mi remontada; ellos habían arrancado 13 minutos delante mío y les di alcance.  En realidad, logré hacerlo –aclara– porque venia mentalizado en pasar a un amigo italiano que iba delante. Pero, en un momento se presenta una recta interminable de arena y despista, ahí advertí que tenía muy cerca a los dos hermanitos. Faltando 40 km empecé a ver la tierra que levantaban sus cuatri con lo cual descubrí que los tenía a tiro. Así empezó la pica”, cuenta reconociéndoles méritos y pergaminos a los oriundos de Las Flores pero un excesivo espíritu competitivo que los lleva a “jugar con todo afuera y dentro de la carrera: se las ingenian para embarrar la cancha”, define.

Un dato no menor es que Los Patro –como los bautizaron en la jerga fierrera- corren en tándem y ese también es un handicap. “Correr juntos te facilita las cosas –explica Maffei-. Por ejemplo, en el momento de parar a arreglar algo todo se resuelve en forma más sencilla y rápida. Lo que pasa mucho en el Dakar es que son etapas de 500- 600 km y uno tiende a dispersarse porque mirás el paisaje. Siendo dos, navega uno y el otro lo sigue atrás”, dice el piloto martinense y reseña que en esta última edición lo deslumbraron los paisajes y lo cambiante del entorno. “¿El momento de mayor disfrute? Sin dudas el cruce de la cordillera resultó increíble”, desliza Tomás mientras indica que ya está pensando en correr el campeonato argentino, el Dakar 2012 y -si puede- “La carrera de los faraones”, en Egipto, pues aporta mucha experiencia a la hora de mensurar exigencias.

PROFETA EN SU TIERRA. A la hora de los reconocimientos, no faltaron las plaquetas para el piloto. Por su parte, el San Isidro Automóvil Club le hizo entrega una por su “brillante actuación”. Mientras tanto, Posse, le dio otra por su “esfuerzo, dedicación y solidaridad en el Dakar“. Y el intendente recibió como regalo de manos del corredor un poncho del Perú.

Como dijimos la edición 2013 del Dakar con su derroche de pericia conductiva, resistencia y adrenalina tendrá en el lote de los cuatriciclos a este martinense que ya se ha ganado un lugar de privilegio en el deporte motor. Como para ratificar a altas velocidades y ante exigencias extremas que los laureles se han asociado al nombre Tomás Maffei.