Viví Punta. CHARLAS DE VERANO EN CONRAD. Arias Uriburu: “El amor no se puede secuestrar”

 

 

27/1/12. Con la reconocida periodista y conductora de radio y televisión argentina Teté Coustarot como moderadora, el ciclo de charlas esteñas que propone en el verano el Hotel Conrad despuntó con cinco invitados de lujo: Ari Paluch, Magdalena Ruiz Guiñazú , Claudia Piñeiro,  Gabriela Arias Uriburu y el periodista Sergio Lapegüe.   Gabriela relató con lujo de detalles como de un día para el otro su marido secuestró a sus tres hijos y los llevó a Jordania. En entrevista al matutino El País la mujer contó como desde hace 14 años comenzó una larga lucha por recuperarlos y hasta el día de hoy vive las consecuencias de aquel día. Logró encontrar una explicación a todo lo que pasó y afirma que ahora tiene una relación “excelente” con el padre de sus hijos. Cuando alguien vive una situación como la suya, ella le dice que la tragedia la está viviendo el niño y que es tarea de los padres restablecer el orden familiar. “Un padre o una madre que obstruye el vínculo del hijo está poniendo en el hijo su miseria no resuelta, entonces trabajá tu miseria que no es la del niño y retirá la violencia que ejercés en él”, señala. Descubra los consejos de esta mamá luchadora y conozca cómo sigue el interesante ciclo de charlas en el 5 estrellas esteño.  

 

 

-Se despertó un día y su marido había secuestrado a sus tres hijos, ¿Cómo fue?

 

-Tal vez es el momento negro de la historia. Yo lo nombro como el momento de mi muerte; es un día de muerte para mí y a partir de ahí fue toda una odisea inimaginable. La verdad, creo que esos fueron varios años de mucha inconsciencia y creo que la vida te lleva a una inconsciencia tal como para que vos puedas hacer lo que tenés que hacer y después tomar consciencia. Cuando yo abro las cajas donde tengo guardadas las cartas mandadas a los mandatarios, a las ONG del mundo, a veces digo que no hay tiempo material, real, en que vos puedas haber hecho todo eso. Es la capacidad del ser humano que se pone en una brutal acción para llevar a cabo lo que tiene que llevar a cabo.

 

-Estuvo tres meses sin saber nada de ellos, ¿Qué sintió durante ese lapso?

 

-Ese tiempo fue terrible, ya pasaron 14 años y yo trato de contar más a partir de la superación que de los hechos mismos porque es volver a entrar en la parte negra de la historia, que ya la tengo más que sepultada. Porque si hay algo que yo vivo hoy es en plena paz y resolución de lo que pasó.

 

-¿Cómo fue el proceso para verlos de nuevo?

 

-Los pasos inmediatos fue entender más o menos lo que estaba pasando. Me acuerdo que estábamos a días de que habían desaparecido los chicos y mi abogado en Guatemala me armó un organigrama, un proyecto a un año y medio donde mencionaba los derechos humanos y las ONG. Yo lo miraba y le decía: ¿De qué me estas hablando? Yo en ese momento estaba perdida, pero él fue un poco mi impulsor, me ubicó frente a la guerra, a lo que estaba ocurriendo, a la tragedia.

 

-¿Tuvo que empezar a estudiar el Corán para entender?

 

-Empezar a leer sobre el islam recién pude hacerlo tras dos años, porque era entrar en una realidad que yo en ese momento no podía asumir; yo tenía que seguir pensando que mis hijos iban a volver conmigo, entonces tuve que generar determinados anticuerpos en mí para poder leer eso.

 

-¿Y a nivel judicial también recorrió un largo camino?

 

-Hice un camino nuevo en el mundo sobre derechos humanos, porque llevé el derecho internacional privado al público. No invoqué mis derechos como madre, sino que invoqué ante las naciones el derecho de mis hijos. Pedí que nos ayudaran a poder resolver una situación en pos de los niños y no de una madre o un padre; y a no hacer más compleja la cuestión multicultural e ir en contra del islam, sino tratar de aunar el derecho internacional con el derecho musulmán. En el medio de eso ocurrió el (atentado del) 11 de setiembre y todo el posterior tema del terrorismo entre Oriente y Occidente. En un momento me vi trabajando yo en la paz, desde la historia de mis hijos, para que no se desencontraran Oriente y Occidente. O sea, en el medio de todo me ocurrió la historia del mundo.

 

-Estuvo un año sin verlos, ¿Cómo fue el reencuentro?

 

(Se ríe, emocionada). -Ese reencuentro es muy difícil ponerlo en palabras. A veces cuando hablo y le pongo palabras a eso siento que lo estoy minimizando. No hay palabra que alcance la magnitud de ese momento. Porque lo que se vivió fue un encuentro después del horror de tres chicos de no haber visto a su madre por un año y de que yo no los pude ver. Cuando nos volvimos a ver no existió horror, no existió tiempo, no existió nada. Era volver a abrazarnos y ahí me di cuenta que el amor es insecuestrable. Ellos ahí me marcaron el primer paso de la lucha que era no destruirlos a ellos y restituirles de alguna forma la familia. Ese fue el camino que yo hice en la historia con mis hijos.

 

-¿Cada cuánto ve a sus hijos?

 

-Ahora no debería existir más un régimen de visitas porque Karim ya tiene 19, va a cumplir 20; Zahira ya tiene 18 y estoy esperando que vengan este año a visitarme los dos. Espero que también venga Sharif, que va a cumplir 16; o sea estamos en otra etapa, el vínculo no tiene que quedar pautado en nada, sino simplemente en el deseo de encontrarnos. Mientras, hablo con ellos por Internet, como se comunican tantas familias en el mundo.

 

-¿Qué sintió cuando finalmente su hijo mayor la visitó en Argentina en 2010?

 

-Fue impresionante, a él se le movió el corazón. Le ponía la mano en el corazón y me decía “esto es mucho mamá”.

 

-¿El juez nunca resolvió que ellos deban volver con usted?

 

-No, en Jordania es imposible que se pueda resolver eso porque para el islam los chicos son del padre y del islam, esa es la ley musulmana.

 

-Entonces, ¿Conseguir las visitas fue histórico en Jordania?

 

-Claro, en lo jurídico por haberle dado lugar a una madre occidental y atender su reclamo. Y después fue histórico por el movimiento de una madre por los niños, de no contratar un comando, de buscar lo mejor para ellos, de no hacer de esto una guerra cultural.

 

-¿La opción del comando se la llegaron a plantear?

 

-Sí, por supuesto. Pero ya había ocurrido una acción violenta y yo no iba a hacer la contraparte de una acción violenta; no me iba a convertir en una madre violenta para que mis hijos estuvieran conmigo. Los hijos no son del padre ni de la madre, son de la vida y yo no iba a cometer un acto violento en mis hijos, ya había sido cometido.

 

-¿Y en qué se enfocó?

 

-Mi trabajo fue restituir la familia para ellos, porque la familia son ellos y esta posibilidad de tener papá y mamá. Si no, de alguna forma lo único que hacemos los adultos es seguir violentando la vida de los niños, y esto significa violentar las sociedades; y después no nos quejemos de tantos adolescentes violentos. La violencia la aprenden de los adultos.

 

-¿Cómo es su relación con el padre de sus hijos?

 

-En este momento es excelente. No existe rencor, para nada. Ese fue todo un trabajo personal que yo hice para comprender su cultura y no entrar en una cuestión de juicio de valor. Los hijos no pueden convertirse en el brazo armado de los padres, no vienen a cumplir historias no resueltas de los padres, sino que vienen a que los padres les den las herramientas necesarias para que puedan convertirse en hombres y mujeres. Y esto fue la base de mi camino. Yo me hice cargo de mi 50% frente a lo que ocurrió. Imad y yo construimos una familia sin tomar con seriedad o con madurez esto del encuentro cultural que no fue posible.

 

-¿Cuándo fue la última vez que vio a sus hijos?

 

-El año pasado, en junio de 2011 estuvimos haciendo un viaje en familia los cinco.

 

-Hace referencia a las diferencias culturales; ¿es esa la explicación de lo que pasó o hay algo que va más allá?

 

-Vos estás siendo Occidental, la pregunta es Occidental, entonces para vos siempre va a haber algo más. Hay que tomar la cultura, no mirarla y juzgarla. Eso es importante porque es del desencuentro entre Oriente y Occidente. Yo tuve que estudiar historia para entender la acción de Imad; él simplemente lo que lleva adelante es lo que él tiene en su sangre, que es que los hijos son del islam y del padre y yo no soy musulmana y no estoy apta para darle la religión a los chicos. Eso no se juzgó cuando vos estás de novio porque no hay hijos, pero cuando llegan los hijos ese mandato aparece como un grito. Imad tuvo el gran desafío de decir `me convierto en un padre multicultural o vuelvo a mis bases`. Y volvió a sus bases. Viajé 14 años a Medio Oriente viviendo todo, estuve leyendo y aprendiendo.

 

-Creó una fundación (foundchild.org.ar) porque hay cientos de casos cómo el suyo, ¿A qué apuntan?

 

-La fundación nace con la idea de ayudar a todo niño para que no esté alejado del contacto con ninguno de sus padres, pero fue mutando y empezó a tomar un carácter científico. El propósito hoy no es ayudar a los papás y a las mamás, sino convertirse en una cuestión académica de lo que es el niño, de lo que es el padre y la madre. Apuntar a la capacitación, porque las historias van a seguir ocurriendo y hay que buscar un cambio de conciencia.

 

-En Uruguay se da hoy el caso de una bebé que fue dada en adopción pero la familia de cuidadores reclamó su tenencia, ¿qué opina de un caso así?

 

-Yo diría que primero empecemos a darnos cuenta de que los niños no le pertenecen a nadie y que van a poder desplegar quién son cuando uno honra el origen de esa criatura. Honremos la vida de esa niña; las familias que van a tomar a esa niña son de crianza. El niño es hijo de la vida más que del padre o la madre. Primero respetar el origen y después darle lugar al hogar donde va a ser criada, no al con quién debe estar.

 

 

PERFIL DE UNA MADRE CORAJE

 

 

Nombre: Gabriela Arias Uriburu .

 

Edad: 46 años.

 

Otros datos: Hija de un diplomático, se mudó a Guatemala a los 23.

 

Gabriela Arias Uriburu es una argentina que a los 23 años se mudó a Guatemala donde se casó en 1991 con Imad Shaban, un empresario de origen jordano. Del matrimonio nacieron tres hijos: Karim, Zahira y Sharif. En 1997, tras problemas en la pareja, y luego de que el juez le hubiera otorgado a ella la custodia de sus hijos, Shaban decide viajar con los tres niños a Jordania. Sin aviso. Ella comenzó una larga lucha por recuperar a sus hijos y su caso se volvió cuestión de estado y ejemplo internacional. Si bien no logró volver a vivir con los niños, consiguió un régimen de visitas que aparece como histórico frente a la legislación jordana. A partir de su experiencia decidió crear la fundación Niños Unidos para el Mundo para abordar la temática de la restitución familiar “por y para el niño”. También escribió tres libros a partir de lo que le tocó vivir y ya trabaja en una próxima obra que se centra en los vínculos familiares. En el día de ayer estuvo en el hotel Conrad de Punta del Este y presentó su libro Después de todo… el amor lo hizo posible. Además, extendió sus planteos a favor de los derechos de los niños frente a varios gobiernos del mundo, organismos internacionales y ONG.

 

 

CÓMO SIGUEN LAS CHARLAS DE VERANO

 

 

 

El atractivo calendario Conrad continuará como se detalla:

 

 

 

 Jueves 9 febrero

 

·         Diego Fischer y Adolfo Sayago “Cuentan y pintan a Punta del Este ”

 

·         Salón Río de Janeiro, 20:00 hs.

 

 

 

 

Sábado 11 febrero

 

·         Emiliano Cotelo y Carina Novarese presentan su libro “En Perspectiva / 25 años y más” presentada por Javier Massa , director de radio El Espectador

 

·         Salón Río de Janeiro, 20:00 hs.

 

 

 

Martes 14 febrero

 

·         Clara Berenbau y Mónica Bottero presentan el libro “Vivir con él – De cómo el cáncer me ayudó a ser mejor”

 

·         Salón Punta del Este, 20:00 hs.

 

 

 

Miércoles 15 febrero

 

·         Juliana López May presenta su libro “Recetas para compartir”

 

·         Salón Río de Janeiro, 20:00 hs.

 

 

 

Domingo 19 febrero

 

·         María Ester Hagopian presenta su libro “Cofre de aromas y recuerdos de la cocina armenia, Oriente Medio y algo más”, moderada por la periodista Lil Bettina Chouhy y con la participación musical del maestro Gagik Gasparyan

 

·         Salón Cancún, 20:00 hs.

 

 

 Miércoles 22 febrero

 

·         Felipe Pigna presenta su libro “Mujeres tenían que ser”

 

·         Salón Río de Janeiro, 20:00 hs.

 

 

 Sábado 25 febrero

 

·         Viviana Canosa presenta su libro “¡Basta de miedos!  Cómo aprender a ser una mujer auténtica” conducida por Teté Coustarot 

 

·         Salón Río de Janeiro, 20:00 hs.

 

 

 

A estas presentaciones se accede mediante invitaciones que extiende la librería “ Libros Libros ” de Punta Shopping Mall.

 

 

 

 

Fuente y crédito foto : El País Digital, nota ANDRÉS ROIZEN