De cómo apadrinar candidatos recurriendo a una política expansionista. CHINA ATACA A KAMCHATKA

 

 

18/11/10. Sin lugar a dudas, algún político de chico se entusiasmó mucho con el juego del TEG o bien leyó a Maquiavelo, el autor de “El Príncipe”, hasta el hartazgo. Ocurre que si bien ya no existen las listas colectoras o espejos, en una forma de construcción de poder bastante cercana al canibalismo político, las apetencias de ciertos dirigentes van quedando al descubierto aquí y allá. Tal el caso de un “patrocinador” de intendentes propios que procura proyectarse a gobernador en 2015 ganando municipios vecinos administrados por sus propios “compañeros”. Muchas veces por querer abarcar el todo se pierde de vista lo logrado por el conjunto y, en ese afán por dar pelea, el futuro de la región puede correr sus riesgos.

 

No es descabellado pensar que existe un Intendente con una aceitada influencia y manejo de lo mediático que desde un grupo de jefes comunales –bautizado el G8– quiso ir por la gobernación bonaerense y cuando desde el propio partido le pidieron alinearse tras el Gobernador y la Presidenta que iban por la reelección, decidió disuelto el grupete de jefes comunales díscolos, ir pues por distritos vecinos y tal vez, si el armado marcha viento en popa, hasta sueñe quedarse con la propia Región Norte.

 

 

La presunción no es alocada, ni mucho menos. Los otros días en el facebook de un municipio vecino alguien colgó: “Con tu participación y tu decisión se realizaron muchas obras que votaste según lo que creías necesario en tus barrios, no dejes que Tigre decida por nosotros. El 23 AMIEIRO. No dejemos que nos conviertan en una localidad más de Tigre”.

 

El mensaje no hacía más que poner en blanco sobre negro la estrategia del Intendente Sergio Massa al apoyar a Luis Andreotti para arrebatarle el municipio a su “compañero” hasta ayer dentro del justicialismo y en el Frente para la Victoria, el “Gallego” Osvaldo Amieiro. Sin tapujo alguno las gráficas callejeras de Andreotti rezaban MASSAN FERNANDO, llevando la cara del candidato y de su mecenas, acompañadas del dibujo de una tijera llamando al corte de boleta. Afiches, mensajes telefónicos y visitas difundiendo lo hecho en Tigre han sido parte de la campaña de apoyo a los hombres de Massa, que ciertamente juegan en toda la región y más allá también.

 

 

En San Martín, por caso, el hijo del actual intendente, Daniel Ivoskus va por el Frente para la Victoria y el pollo del ex jefe de Gabinete es Gabriel Katopodis que lleva una lista de adhesión. Allí, Massa grabó un mensaje telefónico que decía: “Soy Sergio Massa, vos me conocés, nací en San Martín y viví muchos años aquí. Tengo ganas de que San Martín vuelva a ser lo que fue. Estoy trabajando para que Gabriel Katopodis sea intendente de San Martín para que en seguridad podamos hacer lo que hicimos en Tigre”. Hay quienes dicen que hasta en Vicente López, el hombre hasta habría puesto sus fichas en un aspirante no peronista, apoyando la candidatura del primo del jefe de Gobierno más famoso para que la influencia de la Ciudad de Buenos Aires se extienda más allá de la General Paz. En fin, en Enero de este año desde la bellísima Punta del Este el eficaz analista político Julio Aurelio, que por estos días viene practicando sondeos con Aresco para el Intendente tigrense, decía que Massa y Urtubey emergían como dos dirigentes jóvenes, que representaban a un sector “todavía poco determinado”, pero “con futuro”.

 

 

Resulta difícil digerir para muchos esta estrategia TEGmaníaca del massismo. Sería impensable para los uruguayos, por ejemplo, creer que el intendente frenteamplista de Maldonado vaya por la Intendencia de Rocha –departamento vecino-, cuando encima su par es del mismo color político. Es que a uno y otro lado del río, se entiende que un proyecto común que se alimenta en una línea de valores y se sustenta en la construcción colectiva no puede apelar a estas prácticas de táctica y estrategia tan invasivas para crecer políticamente.

 

¿Qué futuro puede tener la Región Metropolitana Norte, esa feliz iniciativa de consorcio intermunicipal de objetivos comunes, por medio del cual las cuatro Intendencias de la costa norte – Vicente López, San Isidro, San Fernando y Tigre- se comprometieron a trabajar para mejorar la calidad de vida de más de un millón cien mil  habitantes, potenciando las características positivas de cada Municipio, que se fundaba en la amplitud de criterio más allá de los distintos colores políticos de sus intendentes, cuando uno de ellos, pretende quedarse con el todo?

 

 

Difícil que tras estos comicios de Octubre con lo dicho -“no hay duda de que 16 años es mucho tiempo (en referencia a la continuidad del intendente Osvaldo Amieiro). Hoy me parece que hay una etapa concluida”, Massa dixit-. no queden heridas abiertas y relaciones maltrechas.

 

 

Esta idea de “patrocinar” intendentes, aún compitiendo con los del mismo partido, para proyectarse como gobernador en 2015 no parece ser tal vez la más indicada. En dónde quedó aquello de competir y crecer, tejiendo acuerdos y consensos dentro de los partidos y participar en internas, fortaleciendo la vida de las agrupaciones políticas y la institucionalidad. Y qué fue de aquella crítica del Grupo de los 8 a las listas colectoras y espejo, si finalmente se echa mano a diversos artilugios para más allá de las internas tener “apadrinados” en cada municipio. Verdaderamente no se entiende.

 

 

Como tampoco se puede comprender cómo algunos le endilgan al gobierno la lógica “amigo-enemigo” cuando ellos mismos -la gente de PRO de Vicente López, por caso-  apelan a esa dinámica laclausiana para conceder una entrevista de su candidato a intendente haciendo previamente un estudio de medios para saber si la línea editorial es afín o no y entonces elegir al más amigable. Y todo por aquella entrevista donde sus propios vecinos de Olivos decían que no lo conocían y que en realidad el diputado Macri por Lomas de Zamora vivía en San Fernando y quiere ser Intendente de Vicente López.

 

 

Estas elecciones 2011 van dejando sin duda mucha tela para cortar. Se puede crecer de muchos modos, algunos creen en la política expansionista como recurso, el ciudadano finalmente dirá si el método China ataca a Kamchatka es el correcto o si todavía sigue creyendo en los partidos, las internas y fundamentalmente en un proyecto que “no vaya por” sino que respete las formas: la construcción colectiva, el arraigo y la idiosincrasia de cada lugar.