VTE LÓPEZ. Hoy en Tecnópolis el ministro Barañao habló de trascendental hallazgo. Detalles del plesiosaurio de la Antártida



 

 

11/10/11. En una conferencia de prensa ofrecida en Tecnópolis – la mega expo de ciencia y técnica ubicada en Villa Martelli, Vicente López- dieron a conocer hoy por la tarde las características de un hallazgo paleontológico único en su tipo producido en la Antártida. Se trata de un elasmosaurio -variedad de plesiosaurio-,de 1,5 metros de largo, encontrado recientemente en el Continente Blanco.

 

 

Del encuentro participaron el director nacional del Instituto Antártico Argentino, Mariano Mémolli, y al jefe de la investigación en el continente blanco, Marcelo Reguero, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, y el canciller Héctor Timerman.

 

Reguero viene realizando desde hace años trabajos de investigación en la Antártida, y así con un equipo de investigadores argentinos y estadounidenses encontraron a unos 60 kilómetros de la Base Marambio un plesiosaurio juvenil fósil, que habría muerto por una erupción volcánica en la Antártida hace 70 millones de años, un período en el cual los continentes y los océanos eran cálidos.

 

El investigador consideró que la “espectacular preservación de este esqueleto” puede obedecer a que fue cubierta de “varias capas de cenizas volcánicas”.

 

Según los especialistas, se trata del ejemplar “más completo jamás hallado” y su reconstrucción completa fue presentada simultáneamente en Washington (EE.UU.) y Buenos Aires (Argentina).

 

El reptil habitó en la zona durante un periodo en el cual los océanos eran mucho más cálidos que en la actualidad. La réplica presentada permite ver que el plesiosaurio, especie extinguida hace más de 70 millones de años, tenía dos aletas que usaba como remos y que le permitían “volar en el agua”, con un movimiento parecido al de los pingüinos.

 

El ejemplar encontrado, un elasmosaurio -variedad de plesiosaurio-, tenía 1,5 metros de largo, lo que denota que se trataba de un espécimen joven, pues un adulto de esta especie llegaba a medir unos diez metros.

 

En el área estomacal, que según los investigadores “está espectacularmente bien preservada”, se encontraron numerosas piedras pequeñas y redondeadas, llamadas gastrolitos, que el reptil ingería para facilitar la flotación a diferentes profundidades o ayudar en la digestión.

 

Los investigadores creen que una erupción podría haber causado la muerte del animal, pues durante las excavaciones se descubrieron varias capas de cenizas volcánicas con restos vegetales carbonizados intercalados en las capas de areniscas marinas que encerraban al ejemplar descubierto.

 

Esto podría ser indicio de una caída simultánea de gran cantidad de árboles y plantas, por lo que tanto la explosión como la lluvia de cenizas pudieron haber matado al joven reptil marino.

 

Los restos fósiles habían sido hallados, en medio de vientos huracanados y bajas temperaturas extremas, en el cabo Lamb, al sudoeste de la isla Vega cerca del extremo norte de la Península Antártica, durante una expedición realizada por un grupo de investigadores argentinos y norteamericanos.

 

Finalmente fueron rescatados en un helicóptero Bell 212 de la Fuerza Aérea Argentina apostado en Marambio para dar apoyo a los grupos científicos del Programa Antártico Argentino.

 

El grupo de investigadores estaba formado por los norteamericanos James Martin, Judo Case y los argentinos Marcelo Reguero, del Museo de La Plata, Sergio Marenssi, del Instituto Antártico Argentino y del Conicet, y Sergio Santillana del Instituto Antártico Argentino.

 

La expedición había sido financiada por la Fundación Nacional de Ciencias, de Estados Unidos, y el Instituto Antártico Argentino a través de la Dirección Nacional del Antártico, y contaba con el apoyo logístico de la Base Marambio