Un comprometido Ricky Martin ofreció en Conrad vibrante show. Hay que pedirle MÁS, MÁS, MÁS A LA VIDA

4/9/11. Ante 1300 invitados, entre los que se encontraban Julio Bocca, Susana Giménez y Marcelo Tinelli, el rey del pop latino, Ricky Martin, deslumbró e hizo vibrar y cantar a miles de fanáticos, principalmente mujeres, que colmaron Conrad Punta del Este dispuestos a disfrutar y emocionarse con “Música + Alma + Sexo”, su nueva propuesta. Previamente, el astro puertorriqueño se reunió con el Presidente uruguayo José “Pepe” Mujica. “Soy un activista”, dijo Martin. “Para mí los derechos humanos han sido lo más importante en mi última década y si puedo hablar con líderes que creen en la igualdad en muchos aspectos, pues cómo no lo voy a hacer. (…) En esta ocasión, su presidente me ha escuchado”, expresó Martin ante la prensa charrúa y confió que quiere abrir un centro de rehabilitación para niños que han sido víctimas de la explotación en Puerto Rico. En el recital todo fue luz, además de Su, Julio y Tinelli, presenciaron el show Silvina Escudero, Alejandro Fantino, Coco Sily, Osvaldo Laport, Viviana Saez y Viviana Canosa, entre otros. Los puntaesteños pudieron disfrutar de un Ricky entusiasmada con la vida familiar que entre otras actividades, paseó por el puerto -el mar picado frustró su visita a la Isla de Lobos-, llevó a los niños al Parque El Jagüel y jugó con ellos en el Kids Club del hotel al fútbol, al básquet, al tejo, al ping-pong y a los autitos.

Punta del Este vivió una semana a puro Ricky Martin. El cantante boricua se hospedó en la suite Suite Conrad, la más lujosa y amplia del hotel (de casi 600 m2, ocupa gran parte de los dos últimos pisos), con terraza de 180 grados con vista a la bahía y en la contigua y conectada, lo acompañaron sus hijos: los mellizos Valentino y Matteo. En todo momento, el artista priorizó el  tiempo con los chicos, con los que jugó a diario en el Kid’s Club del resort.

Mientras Matteo se entusiasmó con un aro de básquetbol, Valentino se dedicó a su mayor atracción: carreras con autitos de colección. También jugaron al fútbol, al tejo y al ping pong. Inclusive los llevó un rato a la prueba de sonido donde les colocó protectores auditivos para amortiguar los altos decibeles de la música.

En su estadía, el cantante se reunió con el mandatario uruguayo, José “Pepe” Mujica, con quien dialogó sobre la infancia y el flagelo del tráfico de niños, principal preocupación de la Fundación que el artista creó para tratar de erradicar el problema.

“Soy un activista”, dijo Martin. “Para mí los derechos humanos han sido lo más importante en mi última década y si puedo hablar con líderes que creen en la igualdad en muchos aspectos, pues cómo no lo voy a hacer. (…) En esta ocasión, su presidente me ha escuchado”, expresó Martin ante la prensa charrúa

La audiencia privada entre Mujica y Martin en la Torre Ejecutiva, sede del gobierno uruguayo, atrajo a decenas de seguidoras y seguidores del cantante, que se agolparon en la entrada del edificio para ovacionarlo.

Martin dijo en la conferencia posterior que quiere abrir un centro de rehabilitación para niños que han sido víctimas de la explotación en Puerto Rico. Su sueño es “llevarlo a todas partes del mundo” y de Latinoamérica en particular para “cicatrizar una sociedad”.

“No cambiaré el mundo pero sí hacer lo que se puede para que los niños crezcan con un buen sentido y buen significado de lo que es la palabra amor“, sostuvo.

Lo cierto es que el viernes por la noche el rey del pop latino, Ricky Martin, deslumbró e hizo vibrar y cantar a miles de fanáticos, entre los que se encontraban personajes y celebrities del espectáculo y la política de Uruguay y Argentina.

Ante más de 1300 personas Ricky deslumbró con un espectáculo vital, lleno de energía. Sus fans siguieron el baile desenfrenado del artista y su grupo de bailarines con éxitos como “La bomba”, “Maria” y “Livin? la vida loca”.

Dos  pantallas gigantes que escoltaban el escenario sirvieron de introducción para el primer tema de la noche, “Será, será” Siguieron otras diecisiete canciones divididas en “bloques estilísticos”, entre las que sobresalieron distintos hits.

Entre los 1.300 invitados al show, se pudo divisar a Julio Bocca,  Marcelo Tinelli y su amigo Hernán de Laurentis, Susana Giménez –que llegó de incógnito, por una entrada alternativa–, Osvaldo Laport, Federico Rivero y Andrea Burstein,  Ricky Sarkany, Fantino y Sily, entre otras celebrities vernáculas.

Sin embargo, el momento más vibrante y emotivo de la noche llegó cuando promediando el show Martin invito a sus fans a “volver un poquito al pasado” y cantar junto a él los primeros éxitos románticos de su carrera como “Fuego contra fuego” y “El amor de mi vida”, entre otras.

La respuesta fue inmediata y miles de mujeres corearon cada una de las canciones, algunas en medio de lágrimas de emoción. El color desplegado en las pantallas del escenario contrastó durante gran parte del show con el vestuario del artista, que en su mayoría se compuso de chaquetas y pantalones de color negro.

Lejos de perderse en el romanticismo, el show retomó el ritmo hasta el final donde la superestrella vistió una camiseta de la selección uruguaya de fútbol, lo que hizo delirar nuevamente al público, para entonar “La Copa de la Vida”, canción oficial del Mundial de fútbol de Francia 1998.

Con la promesa de volver pronto, Martin, de 39 años y con más de 60 millones de discos vendidos a lo largo de su exitosa carrera, dejó el escenario en medio de los gritos y saludos de la multitud que coreaban su nombre agradecidos por el espectacular show