Viví Punta. Hallazgo de restos fósiles en tierras de los Artigas modificarían concepción del poblamiento americano

 

11/7/11. La noticia sorprendió a los orientales. Es que miles de restos óseos que pertenecieron a una decena de gliptodontes, perezosos y un toxodonte, bien conservados, encontrados en 1997, en el arroyo Vizcaíno en Sauce podrían modificar la interpretación de la historia. Se determinó que su antigüedad data de 29.000 años. De confirmarse el origen humano de cortes en algunas piezas, los primeros americanos habrían llegado 17.000 años antes de lo que se creía. La Comuna Canaria, vecina de la maldonadense y a kilómetros de la capital montevideana, proyecta un Museo para exhibir piezas colectadas.

 

 

 

Miles de huesos correspondientes a una decena de ejemplares de la megafauna, reunidos en el fondo de una laguna natural formada por el arroyo Vizcaíno, en las proximidades de la ciudad de Sauce (a 35 kilómetros de Montevideo), es un botín que un científico no encuentra todos los días.

 

Menos en Uruguay, donde la Paleontología es una disciplina recientemente incorporada a los planes de estudio de la Universidad de la República (UdelaR), y donde no hay más de 10 profesionales con titulación de maestría.

 

Fue en el verano de 1997 en que productores locales, que habitan las mismas tierras que lo hicieron los Artigas, acuciados por una severa sequía y procurando agua para regadío, se encontraron, entre el lodo, con huesos de grandes dimensiones.

 

Inmediatamente, se contactaron con un profesor del liceo local y éste, a su vez, convocó, a un grupo de jóvenes pertenecientes a un club de ciencias, que recolectó materiales.

 

Luego de algunos años de dificultades, en marzo de este año, un equipo de la Facultad de Ciencias de la UdelaR, encabezado por Richard Fariña e integrado por Ada Czerwonogora, Sebastián Tambusso, Mariana Di Giacomo, Luciano Varela y por el arqueólogo Roberto Bracco, pudo realizar una primera excavación profesional en el área. El trabajo no pasó de la actividad exploratoria debido a la densidad considerable del material óseo.

 

En la tarea colaboró el Batallón 14 del Ejército Nacional quien, con la maquinaria adecuada, realizó una pequeña represa que permitió desviar parcialmente el cauce del arroyo para facilitar las tareas.

 

“En esta primera excavación descubrimos, en el lecho del arroyo, miles de huesos pertenecientes a entre ocho y 10 gliptodontes, perezosos y un toxodonte en un solo lugar, lo que la hace particular. El estado de conservación de las piezas es maravilloso”, aseguró el entrevistado.

 

“Las condiciones de depositación fueron muy buenas, inclusive se encuentra mucho colágeno en los huesos, en una proporción mayor al de otros fósiles de similar antigüedad”, observó.

 

Consultado sobre cómo era el hábitat de la región hace 29.000 años, Fariña indicó que “el clima debió haber sido un poco más seco y frío que en la  actualidad. La situación determinó que la pradera no fuera tan rica como lo es hoy. El mar podría haber estado a 60 metros más bajo que en la actualidad, lo que hacía que la costa estuviera más retirada”.

 

PRUDENCIA Y OPTIMISMO

 

Quizás lo más interesante del hallazgo se remonta al año 2001 cuando el paleontólogo español Alfonso Arribas advirtió unas promisorias marcas en una de las clavículas que habían sido colectadas por los estudiantes en 1997. Fariña, sostuvo que las mismas tienen atributos de cortes que podrían haber sido provocados por herramientas humanas y de las cuales también se encontraron lo que se presume son fragmentos de piedra.  

 

El entrevistado explicó que la piedra es más dura que el hueso y provoca marcas con forma de “V”, como las encontradas. En cambio, los dientes de los carnívoros, si bien son más duros que los huesos, no lo son tanto como las herramientas de piedra y dejan marcas en forma de “U”.

 

El tercer aspecto que hace de este un sitio de importancia superlativa es que la datación de un fragmento de costilla y uno de la propia clavícula con las referidas marcas, determinó que la antigüedad registrada por las pruebas de Carbono 14 es de hace 29.000 años.

 

Si se demuestra que las marcas en los huesos efectivamente fueron provocadas por herramientas humanas sería necesario renovar -según Fariña-  el paradigma existente que establece que el poblamiento americano se produjo hace 12.000 años, de Norte a Sur, por el estrecho de Bering.

 

Un artículo reciente en una publicación estadounidense difundió la existencia de enterramientos humanos de 15.500 años en el estado de Texas, apuntó el especialista.

 

“Aún necesitamos que los materiales colectados, que estamos estudiando, nos proporcionen un cúmulo de evidencias. Somos optimistas en cuanto a los resultados que podamos obtener pero seré prudente porque aún no demostramos fehacientemente la hipótesis de la presencia humana en América hace 29.000 años. Aunque, de confirmarse, se derribaría el modelo antiguo que acepta los 12.000 años”, insistió.

 

La  Comuna de Canelones, a kilómetros de Maldonado y la Ciudad Capita,  proyecta crear un museo paleontológico en la ciudad de Sauce, con el objetivo de exponer a la ciudadanía el material paleontológico recolectado.