CUARESMA 2011. En su mensaje de Ramos, mons. Casaretto recordó que LA MISERICORDIA DE DIOS ES INFINITA

 

18/4/11.El Obispo de San Isidro encabezó ayer la Misa de Ramos para dar inicio a la Semana Santa. Su mensaje advirtió que en la Pasión de Jesús todas las dimensiones humanas vividas en unión a Él tienen un sentido  redentor. Puso el acento en la entrega del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y en ese profundo acto de amor en el que está contenido el misterio de la salvación. Aquí el texto completo de la homilía en la jornada en que la Iglesia conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén

 

 

Homilía Mons. Jorge Casaretto – Catedral de San Isidro

 

 

 

“Jesús, aparece como un hombre prácticamente carente de todo poder.  San Ignacio nos dice que durante la Pasión aparece fuertemente la humanidad de Jesús y parece caer en olvido la divinidad.

 

“En realidad es un Misterio que nunca vamos a poder penetrarlo totalmente. Es el Misterio más hondo de amor, que este Dios haya querido llevar a tal grado de extremo la humillación es algo que resulta algo casi incomprensible. Es Dios y sin embargo esto era lo necesario para la salvación. Nosotros, a través de la Pasión de Jesús, podemos reconocer que cualquier situación humana está contenida en este misterio de la salvación. Y por eso Dios quiso llegar hasta esto. No podrá haber absolutamente ningún dolor humano que no esté comprendido dentro de este misterio. Entonces Jesús nos muestra que absolutamente todas las dimensiones humanas vividas en unión a Él tienen un sentido  redentor.

 

“Jesús lucha en el Huerto de los Olivos, en esa relación con el Padre, pidiéndole que si es posible pase este cáliz, pero termina aceptando la voluntad del Padre. Una voluntad muy difícil de entender. Todos los que son padres saben cuánto cuesta entregar un hijo y cómo un padre, una madre, prefieren entregarse ellos mismos antes que entregar un hijo. Pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, Dios, se comprometieron en este acto redentor de Cristo porque esto era lo que nosotros necesitábamos. Por eso, podríamos decir, que hay un olvido de Dios de sí mismo y una presencia nuestra muy fuerte delante de Dios.

 

Dios, es como que dice, “yo voy a llegar hasta esta humillación porque ustedes lo necesitan, ustedes necesitan ver hasta qué punto mi amor es infinito por ustedes”. Y un amor infinito llega a la infinita humillación de Jesús.

 

Los invito entonces a escuchar con atención la lectura de la Pasión tratando de meternos en este Misterio y que esto sea el inicio de esta Semana Santa en la cual, todos los días, debemos volver sobre esta actitud de Jesús, pero sobre todo, debemos sentir que la misericordia de Dios toca nuestro corazón. Para eso murió Jesús, para que apreciemos hasta qué punto la misericordia de Dios respecto a nosotros es infinita.