SALIR DEL INTERNISMO para pensar y construir colectivamente un PROYECTO PAÍS

 

 

 

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23/08/10. Esa idea fuerza que dejó picando el líder social Juan Carr, titular de la Red Solidaria – uno de los oradores más aplaudidos del variopinto panel de disertantes- en las jornadas federales bautizadas “La Argentina que queremos”, que tuvieron lugar el viernes último en el coqueto Marriot Plaza y que estuvieron encabezadas por el vicepresidente de la República, el ing. Julio Cobos y el intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse. El propio Cobos, al cerrar el encuentro que tuvo como eje “la cohesión social”, reconoció en un pasaje que es “necesario dar continuidad a las políticas públicas, no todo lo que ha realizado el gobierno está mal”,  soltó sugiriendo romper con esa matriz de tirar abajo todo lo hecho por el otro para volver a comenzar de nuevo. Casos como el de la baja en la mortalidad infantil, la Gripe A, la asignación universal por hijo, lograr el hambre cero y la conmovedora generosidad de la gente ante las calamidades revelan que “la Argentina tiene la posibilidad de  encontrarse” y eso seguramente es esperanzador para forjar “en conjunto” un proyecto país.

 

 

Ese internismo que nos tiene por rehenes de una agenda no siempre afín con los deseos y necesidades del hombre común fue pintado con maestría por Carr quien dijo: “Tenemos la agenda de los políticos, la de los medios de comunicación y una de la comunidad a la que cuesta hacerla visible”.

 

 

“Es admirable cómo trabajan los corruptos sin parar y encima son minoría”, aludiendo tal vez al espacio que suelen ganar en los medios y añadió:  Un día como hoy, 14 millones fuimos a trabajar, 10 millones de pibes asistieron al colegio, la mayoría cumple con sus obligaciones y no asalta, ni mata”.

 

El ESFUERZO CONJUNTO DE DOS ACTORES SOCIALES BAJÒ LA MORTALIDAD

 

“Ahora bien, todavía hay pobres, muertes por accidentes de tránsito. ¿Cómo hacer para evitarlas?” – cuestionó y al rato compartió una realidad que encierra de algún modo una respuesta esperanzadora: “En el año 2003/2004,  voy a darles un número fuerte, moría en nuestro país cada dos horas un chico desnutrido. Y descubrimos que al terminar el período electoral de gobierno, esa cifra se bajó de 12 muertes a 8, es decir que hubo 3 mil muertes menos. ¿En qué momento? ¿Cómo pasó? Ocurre que el campo produjo mucho trabajo, hubo producción récord y quien tenia trabajo en negro pasó a tenerlo en blanco. Además, el gobierno aplicó políticas sociales muy interesantes y esos dos actores sociales evitaron 3 mil muertes por año en esos 4 años. La diferencia es que estaban juntos, se hablaban: municipios, gobernaciones, estado nacional. Cáritas – como nunca- estuvo cerca de la necesidad social. Lo hicimos juntos”, confió.

 

 

Existen verdades que son de Perogrullo pero que los argentinos deberíamos tener presentes: todas las naciones civilizadas del mundo construyen su crecimiento en proyectos alumbrados por consenso social y político  a 10, 15 o 20 años y en ellos –obviamente- los acuerdos alcanzados entre gobierno y oposición tienen algo que ver. Es impensable crecer sin acuerdos, aunque algunos conspiren y saquen a relucir lo peor de cada uno en provecho de una agenda mediática que poco tiene que ver con el bienestar del ciudadano.

 

 

El caso de 2003 planteado por Carr no fue el único ejemplo que aportó el líder social al que le valiera un cerrado aplauso del auditorio atiborrado por unos 600 dirigentes de distintos sectores que lo escuchaban como en misa y entre los que se encontraban algunos líderes ruralistas, dirigentes políticos como el senador Nito Artaza, Oscar Aguad, Florentina Gómez Miranda, todo un símbolo de la lucha radical, los intendentes Posse (San Isidro) y Mario Meoni (Junín), claves en el armado bonaerense cobista; varios mendocinos, como el titular de la UCR local, César Biffi, el presidente de Confe, Juan Carlos Jaliff; y el intendente de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo; la senadora Cecilia Moreau y su madre María del Carmen Banzas, junto a conocidos boinas blancas como Juan Botti Illía y los diputados Horacio Quiroga y Rubén Lancetta, además de líderes sociales y público en general.

 

 

El presidente de la Red Social arrancó señalando: “Mi obsesión es terminar con el hambre en la Argentina. Estamos muy cerca del hambre cero, muy cerca. Como nunca en nuestra historia el hambre cero, no hablo de la pobreza que es otra cosa, pero estamos muy cerca de que todos los argentinos tengan asegurada su comida. En nuestro país de cada 23 personas, una tiene garantizada su comida, en América Latina el doble, cada 11, una. Están peor. De manera que ese país al que vinieron nuestros abuelos a buscar comida la encontraron”.

 

 

“Hago política todo el tiempo, no partidaria, sin embargo quiero reconocer en los que militan, en los que participan, porque ahí está la transformación. Nosotros circunstancialmente podemos hacer algo pasajero, nos premian, pero desde la no política quiero agradecerle a los que participan, la pelean y sueñan. La gran transformación, sin duda, es desde ese mundo de las políticas, la política tradicional y partidaria”, expresó Carr.

 

 

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Luego de reconocer la capacidad de nuestro pueblo para asistir solidariamente en momentos de desgracia colectiva o necesidad individual, se preguntó: “¿Cómo convertir esa capacidad de dar en algo más transformador, más concreto, más comprometedor?”.

 

“Un drama personal es que Argentina es una interna. Es muy enriquecedor porque el debate es necesario, pero no podemos llevarnos por delante como nos llevamos entre nosotros. Esta es la tragedia del momento. Está la comida lista para llevar a un comedor y en el medio, cincuenta internas. La interna tiene un valor fantástico para los que vivimos en la no democracia pero no podemos aplastarnos así, yo no lo acepto”, declaró el representante de Red Solidaria.

 

El año pasado todos los pronósticos – y me reuní con médicos y especialistas nacionales y provinciales- auguraban que Iban a morir 3100 argentinos según las previsiones debido a la Gripe A; fallecieron menos de 700, es decir que se salvaron 2200 porque juntos establecimos un protocolo de trabajo – deslizó – . El Estado en todos sus órdenes nación, provincia, municipios, el sector privado y la sociedad civil lograron ponerse de acuerdo en una batería de medidas. Nos aislarnos, estornudamos en el codo,  nos higienizanos frecuentemente, vacunamos y logramos frenar la epidemia”.

 

Una vez más el denominador común puesto de relieve fue la unidad y el acuerdo. “Una Argentina en serio, tiene y debe encontrarse”, aconsejó Carr no sin antes enumerar en prolijo racconto una catarata de buenas noticias que por lo general no ganan la primera plana de los medios masivos y que ponen en blanco sobre negro los incontables gestos de generosidad de una comunidad fuertemente solidaria.

 

“Cada vez que hace falta una mano tendida porque hay una tragedia, una catástrofe, un terremoto la gente nos inunda con su ayuda una y mil veces –describió- , tanto que nos preguntamos ¿por qué estos números y esta capacidad de dar tan conmovedora?. En Argentina mueren en invierno más de 40 personas a causa de la hipotermia y si bien se bajó a 16 fue porque hubo mucha gente que trabajó para ayudar a quienes están en situación de calle: municipios, particulares, Cáritas. Este año llegó más ayuda que nunca en nuestra historia. Cuento otra situación: un país hermano sufre una tragedia, padece un terremoto, en 4 horas llenamos 6 camiones que alimentaron a los afectados durante dos meses. En 4 hs. de recital “Argentina abraza a Chile” logramos reunir ladrillos para levantar una escuela completa. Esos gestos conmueven”.

 

 

LA FUERZA DE LA SOLIDARIDAD Y EL MINISTERIO DEL ENCUENTRO

 

Abundando en detalles sobre el internismo el responsable de la Red Solidaria, ejemplificó:Mi gran problema personal es que vivimos inmersos en una interna en la Argentina, entre judíos, entre católicos, entre políticos, entre los medios.

Y la verdad es que hay una agenda que nos cuesta instalar en las prioridades de los medios. Tengo una sola vida, me la pasaría discutiendo, pero en realidad existen  mil millones de pobres en el mundo y hace tiempo me planteé acabar con el hambre así que no puedo detenerme en la polémica”

 

 “La asignación universal por hijo nació en la CTA, la tomó el radicalismo le dio dimensión, se acercó la Iglesia, luego los judíos y el gobierno nacional. Quiere decir que las cosas son posibles cuando nos encontramos”, enfatizó Carr.

 

Juan Carr siguió relatando casos de nuestro pasado reciente en donde la acción conjunta hizo posible resultados sorprendentes y reclamó a los presentes la necesidad de que “Argentina tiene que encontrarse. Respeto muchísimo lo que significa el debate, lo que significa el poder y admiro a los que ejercen el poder en cualquier ámbito, pero es cierto que en el hambre, en la educación, en los que están solos y pasan frío, ahí tendríamos que parar y acordar. Ese es el acuerdo que el mundo social está esperando, está cerca pero está verde”, señaló el dirigente y puntualizó “tendríamos que fundar el Ministerio del Encuentro, otro ministerio para acordar y celebrar la Argentina que queremos”.

 

Ya en diálogo CONtinta NORTE, Juan reconoció que ese tiempo propicio para el acuerdo está cerca, más de lo que se cree. “Yo que trabajo en el campo social, en medio de La Cava, por ejemplo, me doy cuenta que si no nos encontramos  es imposible que se modifique un número. Hay un montón de ciudadanos esperando este momento para participar. Argentina tiene una capacidad transformadora increíble. Ese momento está llegando, tengo una enorme fe”.

“La escuela donde estoy en La Cava es un modelo raro: colabora el municipio, la iglesia, bien los protestantes, los judíos, empresarios, todo el mundo ayuda. Ahora me dirás ¿hay una vivienda digna y un barrio digno? Todavía no. Es un modelo para aplaudir pero no da para relajarse. Reitero, no hay manera de mover un número en serio si no acordamos. Vamos camino a un proceso como el que tal vez está viviendo el pueblo uruguayo hoy de acuerdo, consenso y construcción colectiva de un modelo país. Aún está verde, pero cerca. En uno, dos o cinco años se va a dar. Estamos en camino a un acuerdo importante”, vaticinó un Carr motivador.

 

El hombre como pocos en estos días ganados por el enfrentamiento y los diagnósticos agoreros optó por describir un cuadro en el que se percibe el vaso medio lleno, en donde los logros del conjunto están ahí, a la vista de todos y las soluciones son posibles.

 

Más tarde habló Cobos y un enjambre de periodistas lo rodeó para sacarle la frase de momento que sirva de titular y haga al enfrentamiento, desde luego aderezada con terminología bien de estos tiempos “salió al cruce”, “disparó”, “apuntó contra”. Los diarios del sábado reflejaban esa tinta.  No faltaron las referencias a la polémica en el Senado por el 82 móvil, la inseguridad y la caducidad de la licencia de una empresa de tv por cable. La agenda de algunos medios parece estar ciertamente alejada del interés del conjunto, más aún cuando aporta a una queja que solo alimenta el fastidio y nada cambia. Es preferible quedarse con los dichos de Carr, esos que remiten a la Argentina del encuentro, la de la construcción colectiva y la capacidad transformadora; esa que está cerca, ahí nomás, realidad esperanzadora que permite soñar hasta advertir que merece ser vivida.