Columna del Obispo. Mons. Casaretto: TRABAJO: DIGNIDAD Y PLENITUD
9/08/10. En su carta pastoral de Agosto el Obispo de la Diócesis, Mons. Jorge Casaretto abunda sobre las festividades que honran a San Cayetano, patrono del pan y el trabajo. El prelado explica que “en todas las culturas, el trabajo y el pan han sido signo de dignidad, plenitud y prosperidad. El hombre que no tiene trabajo está como incompleto, una parte de su ser no se puede desarrollar, una parte de su vida queda vacía y no se plenifica”, describe en un mensaje que merece la reflexión.
A continuación el texto completo de su medulosa columna pastoral:
“Queridos amigos, estamos en el mes de Agosto, y para los que tenemos fe es casi imposible no acordarnos de que el 7 se celebra la Fiesta de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo.
“Todos los años me conmuevo frente a la manifestación popular de fe que, en el Santuario de Liniers, se reúne para agradecer y pedir por el pan y el trabajo. Días de espera, frío, lluvia y gran alegría que culminan con la visita a la imagen de San Cayetano, en el interior de la Iglesia. Personas que renuevan en sus corazones la esperanza y el deseo de vivir una vida mejor, con un trabajo digno que les permita llevar el pan a sus casas para alimentar a sus familias.
“En todas las culturas, el trabajo y el pan han sido signo de dignidad, plenitud y prosperidad. El hombre que no tiene trabajo está como incompleto, una parte de su ser no se puede desarrollar, una parte de su vida queda vacía y no se plenifica.
“Desde el punto de vista de la espiritualidad, el trabajo humano contribuye con la obra creadora de Dios, permitiendo al hombre auto realizarse y sociabilizarse, esto quiere decir, descubrir el valor del otro y el compromiso del amor y de la justicia respecto a la comunidad, a cuyo servicio está también orientado el trabajo.
“El trabajo, desde esta perspectiva, es mucho más que un medio para satisfacer las necesidades materiales. Es un elemento necesario en la vida del hombre para que éste desarrolle todo su potencial creativo, constructivo y de servicio en favor de la comunidad y el bien común. El trabajo está llamado a ser un factor de humanización, promoción y liberación del individuo y la comunidad. Para que esto suceda es necesario que se produzcan cambios profundos en la estructura productiva, política y sindical.
“Cualquier buena intención de descubrir en el propio trabajo una fuente de autorrealización y de servicio a los hermanos está destinada a quedarse en simplemente buenos deseos, si no son acompañados de compromisos políticos y económicos que permitan dignificar el mundo del trabajo y crear posibilidades de acceso, al mismo, para todos.
“Ciertamente, la falta de trabajo se transforma en una herida abierta en los corazones de nuestros hermanos que esperan ser curados. Cada uno de nosotros somos, en parte, responsables de generar los cambios necesarios para que la sociedad sea cada día más justa y equitativa, en donde todos tengamos las mismas oportunidades de autorrealización y plenitud. En donde la dignidad no sea un concepto escrito en un papel, sino una realidad en la vida de todos, especialmente los pobres y marginados del sistema.
“Queridos hermanos, renovemos una vez más nuestros deseos de construir una Patria de hermanos justa, solidaria y fraterna, en la cual cada vez sean menos los hombres excluidos. Pongamos en manos de San Cayetano nuestras intenciones, para que Él las presente a nuestro Señor, y que María nuestra Madre de Luján nos siga acompañando.
+ Jorge Casaretto
Obispo de San Isidro