Vicente López: incidentes entre vecinos y policías por vial. Siempre es bueno recordar: los caminos unen y no separan

 

35694_109108379138986_100001194742761_61064_2921865_n

29/06/10. Ante una escalada muy similar a la de Gualeguachú con el puente binacional, aunque de magnitudes mucho menores, un grupete de vecinos participó ayer de una movida “ambientalista” en la costa de Vicente López en supuesta defensa del arbolado público que tenía el claro propósito de detener la construcción del Vial Costero, obra iniciada por la comuna y que cuenta con el apoyo del gobierno nacional y provincial. La intentona terminó con el lamentable saldo de una decena de personas heridas y otras dos detenidas a raíz del desalojo de los manifestantes de ese espacio público por parte de las fuerzas de seguridad.

 

 

Como se sabe, personal de Obras Públicas de la Municipalidad de Vicente López inició la primera etapa de las obras del denominado Vial Costero, camino bulevar que correrá junto a la ribera y -que al igual que en las principales ciudades del mundo- permitirá a los ciudadanos de todo el país gozar de la presencia de la costa y un ancho estuario de características únicas.

 

Tantísimas veces se dijo que los habitantes de la ciudad viven de espaldas al río, desconociendo su presencia o ajenos a los beneficios de residir en un lugar costero. Pues bien, el río y la costa son un bien social de todos los habitantes del país; de allí que la jurisdicción ribereña sea de alcance nacional y provincial pero donde el municipio por su situación de proximidad a los intereses del vecino, también puede incidir en su desarrollo consensuado con un criterio sustentable. 

 

La trama vial de las principales ciudades costeras ha contemplado, por lo general, el desarrolló de caminos o bulevares que le permitan a los ciudadanos no solo del lugar, sino de todo el país, gozar de un lógico acceso a este privilegio que desde luego hace también al desarrollo turístico. Es impensable contar con una costa sin camino o una mínima traza que permita acceder al puerto o que no realce sus principales atributos. Sería como cerrarle la vía de acceso al ciudadano a un espacio público que es un bien social y le pertenece. ¡Qué sería de Montevideo sin el camino costero y su rambla! O de Punta del Este, o de Río de Janeiro, o de la rutilante Miami o, mucho mas cerca, Mar del Plata y tantísimos enclaves que saben de la cercanía del estuario rioplatense o bien del mar.

 

Alentados por ciertas visiones comarcales muy chiquitas, que no hacen al desarrollo de la costa y la región – tal vez ligadas también a intereses políticos y con el apoyo de un sector de la prensa que le da plafón para llevar agua a su molino- se ha transformado esta obra pública que no es más que un simple camino en una cuestión de vida o muerte. Los caminos hacen a la unión de los pueblos no a la desunión, pero bueno en tiempos preelectorales todo es posible.

 

 

Lo cierto es que en el día de ayer, una decena de personas resultaron heridas y otras dos detenidas a raíz de los forcejeos por el desalojo de un espacio público de un grupo de manifestantes que impedía la prosecución del Vial Costero.

 

La obra que está cobrando forma junto al Paseo de la Costa en Vicente López consiste en la realización de un bulevar con dos calzadas de 7 m. de ancho  con dársenas para estacionamiento vehicular paralelo al eje de la calle de 2,25 m. de ancho a cada lado.

 

Entre ambos andariveles del bulevar habrá un espacio verde, que consiste en un cantero central de 3 m. de ancho. Las dársenas rematarán en un pavimento intervertebrado como el ya existente en algunos sectores del paseo.

 

Enterados del movimiento de tierra un puñado de vecinos – arrogándose la representación de la inmensa mayoría de vicentelopenses y ciertamente de argentinos- realizó un acampe para impedir el avance de las topadoras. La intentona terminó mal con una escalada de violencia injustificable por la construcción de un camino mas aún teniendo en cuenta que no existe barrio alguno en las cercanías.

 

El 19 de Mayo pasado, 50 personas protagonizaron un espectáculo similar cuando frenaron el paso de los camiones que realizan las obras del vial, al ubicarse frente a los vehículos practicando la disciplina oriental tai-chi. Sí, de no creer!

 

 

El hecho ocurrió en avenida San Martín y el Río de la Plata. El vial costero es una obra que consiste en un camino de 16 cuadras y que, según algunos residentes, va a afectar el medio ambiente debido a la poda de árboles y a la posterior circulación de automóviles por ese lugar. Muchos recuerdan a quienes en señal de protesta se ataban a los árboles a ambos lados de la Panamericana cuando se decidió su ampliación sin entender que el crecimiento del parque automotor imponía una obra de esa naturaleza que hoy en determinados momentos a las claras se ve colapsada.  

 

 

En fin, organizaciones vecinales presentaron días atrás un amparo contra el municipio, la Provincia y la Nación por “irregularidades manifiestas” en la autorización para encarar la obra vial y en la evaluación ambiental de la iniciativa.

 

 

Pero también hay otro grupo que respalda la construcción del vial y que afirma que no es cierto que la obra acabará con los espacios verdes, arrasará con la costa de todos, tendrá torres con amarras o será una autopista elevada similar a la pergeñada por el gobierno militar en los 70. “Ninguno de esos argumentos es verídico”, señalan al tiempo que muestran una panorámica del lugar y sueltan: “sacá tus propias conclusiones. Más claro, imposible. Qué no te engañen!!!”.

 

Más allá del contrapunto, bueno es tener en cuenta que los caminos unen y no separan. Es de esperar, que esta obra que debería ser el inicio de una agradable traza que una a los cuatro municipios de la Región, rescatando sus puertos, clubes, centros recreativos y balnearios desde el punto de vista turístico-urbanísitico y para solaz de los lugareños y la totalidad de los argentinos no derive en una pequeña pelea de sectores. Las pujas, mas aún cuando se arrogan la voluntad del conjunto o apelan al denominativo “ambientalista” sin siquiera demostrar credenciales que ameriten tal denominación, no llevan a buen puerto. Sólo hay que pensar en los trastornos que generó el prolongado bloqueo de Gualeguaychú convirtiendo a muchos en rehenes de unos pocos. Que en Vicente López no ocurra lo mismo.