Anoche en el Museo Beccar Varela. Se presentó “Revolución- Mayo 1810”, el nuevo libro de Vicente Massot

 

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24/06/10. Tuvo lugar  anoche, en la Quinta Los Ombúes, sede del Museo Beccar Varela la presentación del nuevo libro del Dr. Vicente Massot, titulado “Revolución. Mayo 1810”. El historiador Benardo Lozier y el Lic. Ignacio Bracht presentaron al autor y a su nueva producción. Massot reveló que la definición “argentino” por aquellos años era comparable a “rioplatense o bonaerense”. “Lo que está claro es que la Patria argentina no nació en 1810. El responsable de que 200 años después festejemos un nacimiento que no nació en Mayo fue Bartolomé Mitre, un historiador formidable”, dijo

 

 

La actividad se inició con la presentación del historiador Bernardo Lozier Almazán quien señaló calificó al nuevo libro como “un verdadero aporte al conocimiento de los hechos de Mayo de 1810, tema tan complejo para tantos prestigiosos historiadores, que han tratado de desentrañar los interrogantes que aún perduran, no obstante el tiempo transcurrido”.

 

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Luego de la presentación del autor, por parte del Lic. Ignacio Bracht, el Dr. Vicente Massot, doctorado en la Universidad Católica Argentina, donde actualmente ejerce la actividad académica y director del diario “La Nueva Provincia”, de Bahía Blanca, inició su exposición agradeciendo a las autoridades del Museo por acceder a ser el marco de presentación su obra.

 

 

 

Seguidamente definió como “un rodeo” al prólogo de su propio comentario sobre la Revolución de Mayo de la que nos separan, todos sabemos, 200 años. Asumiendo que en los orígenes de casi todas las naciones existe un curioso fenómeno fundacional con características de “mito”, ubicó a los comentados hechos de 1810 en esa figura.

 

 CUANDO ARGENTINO SE ENTENDÍA POR “RIOPLATENSE”

 

“La voz ‘argentinos’ – dijo- que se deja leer en algunos poemas y textos conmemorativos no significaba en 1810 ni por asomo lo que vino a transparentar después cuando la Nación fue un hecho consumado. En ese momento significaba, o se igualaba, a ‘rioplatense’ o ‘bonaerense’, incluso para los españoles que vivían en estos territorios. La voz ‘americanos’ se deja ver mucho más que el termino ‘argentinos'”.

 

 

 

“Lo que está claro es que la Patria argentina no nació en 1810. El responsable de que 200 años después festejemos un nacimiento que no nació en Mayo fue Bartolomé Mitre, un historiador formidable”, dijo. “En Mitre convivían el hombre liberal y el hombre romántico. Y el romántico le decía que no había nación posible si esa nación no tenía una historia, su historia, y una literatura, su literatura. Y una de las decisiones más importantes de Mitre es haberse volcado a las biografías de Belgrano y San Martín, que obró la consecuencia de generar el mito de los orígenes”, agregó.

 

 

 

“Piensen Uds. que en la década del ’80 -cuando la mayoría de los habitantes estaba conformada por extranjeros- “se discutía aún si se debía enseñar obligatoriamente a los inmigrantes el castellano. Era lógico que alguien creara una historia y que esa historia tenía que tener un nacimiento. Y la idea de Mitre, esa interpretación de la historia, se viene repitiendo desde la escuela primaria en todos los regímenes políticos”, sostuvo.

 

 

 

El libro “Revolución” no refiere al hecho de una revolución que estalla, señaló el autor, sino a un curso revolucionario, que se extiende hasta Julio de 1816. En 1810 nadie tenía tan clara la idea de independencia como ocurrió seis años después.

 

 

DE ESPAÑA Y ESPAÑAS

 

Para analizar aquellos días de Mayo es necesario”,  según Massot, “corresponde hablar no de España sino de ‘Españas’. La España metropolitana y la que se extiende en otras partes del globo.”

 

 

 

“Por generaciones -desde 1492- los americanos habían vivido como súbditos de España con una forma de vivir producto de la colonización – explicó– . Un día de 1808 en Bayona, producto de la obligación de Napoleón extendida por Carlos VII a Carlos IV, los españoles que durante cuatro siglos que habían jurado lealtad a sucesivos reyes, se despiertan… sin un rey. Ese es el factor más importante de lo que va a ocurrir en Mayo de 1810 en Buenos Aires“.

 

 

 

“La revolución en realidad la inicia Napoleón en Bayona”, dijo Massot.

 

 

 

El libro trata de iluminar en lo siguiente: la revolución estalla no con el Cabildo del 22 de Mayo, con la destitución de Cisneros, sino con la deposición de Fernando VII. Es una situación absolutamente nueva que obliga a pensar de nuevo. “Y entonces los españoles se dedican a formar Juntas y algunos hispanoamericanos copian a los españoles y arman Juntas”.

 

 

 

El grueso de la población y de los factores de poder locales son fieles a España, en aquellos años.

 

 

 

“La idea de que Mayo no es una revolución en contra del rey de España y que no es una revolución que trate de sacudirse ningún yugo, porque no había ningún yugo que sacudirse, no es nueva. Lo que pasa es que ha sido absolutamente minoritaria en la historiografía argentina – indicó y al rato especuló: “Quizás el primero que pone esta idea de que no fue una idea independentista fue Enrique De Gandía. Pero De Gandía dice que no hubo revolución, que sólo fue una guerra civil”.

 

 

 

Sobre la creencia de que la revolución americana y la revolución francesa fueron fuente de inspiración para la revolución en Buenos Aires, Vicente Massot es contundente: “Es mucho menor la influencia de esas revoluciones que las consecuencias que tuvo Bayona. Mucho más importante que determinar a quién habían leído más Moreno, Belgrano, Castelli, es la figura de Napoleón Bonaparte. De no haber existido Bayona, de no haber abdicado Fernando VII, de no haber surgido ese hecho nuevo que obligó a pensar de nuevo, Cisneros hubiera gobernado Buenos Aires bastante tiempo más que hasta 1810”.

 

 

 

“Si uno busca una cierta motricidad al hecho revolucionario no la encuentra naciendo en el Río de la Plata, son los hechos decisivos que ocurren en España los que van a repercutir en sentido revolucionario en estos territorios”, evaluó.

 

 

 

“Cuando a (George) Washington lo felicitan por el hecho de haber concluido con éxito la revolución independentista norteamericana, él agradece pero aclara que su idea no era independizarse de Inglaterra, sino no pagar impuestos.” Por otra parte, en los escritos de la revolución francesa se habla del “buen rey”, demostrando que no estaba en las motivaciones lo que luego devino como lo conocemos.

 

 

 

“En 1810 nadie piensa en independendizarse de España o en la Nación Argentina”, observó. Incluso en 1814 Sarratea, Belgrano y Rivadavia intentan negociar con España una salida monárquica para la revolución republicana en nuestras tierras. “La revolución –concluyó el autor– llegó tan lejos, porque no sabía dónde quería ir”.