Ante extraños rumores, piden que el incendiado cine teatro Bristol sea declarado de interés cultural ¿Resurgirá como el ave Fénix?

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15/03/10. Un puñado de vecinos de Martínez se reunieron el pasado viernes 12, por la noche, en el frente de lo que quedó en pie del cine teatro, en avenida Santa Fe al 1800. La movida –entre espontánea y convocada- tenía por fin suscribir un petitorio para que la otrora sala teatral, consumida por las llamas casi en su totalidad el pasado 7 de diciembre, sea declarada de interés cultural. Ante diversos rumores y sacudidos por el cierre del Astro, los vecinos no quieren perder ese lugar tan ligado a sus afectos. No faltó quien realizara un sondeo telefónico tratando de sacar partido de esa situación.  suizo“Creo que existen intereses políticos especialmente de alguien que se hace llamar El Espíritu Santo y que en realidad debería denominarse el espíritu chancho por todas las paredes que ensució en San Isidro. Ese señor –que no merece que lo mencione por la campaña blasfema que realizó- hizo llamadas domiciliarias y entiendo que ha tratado de politizar un tema que nos interesa a todos. San Isidro y en especial Martínez, merecen un centro cultural –deslizó el Dr. Roberto Vollenweider- y antes de entrar en supuestos habría que hablar con la dueña, Cristina Bentivogli”, aconsejó.

 

 

El pasado 7 de diciembre las llamas devoraban al tradicional cine teatro Bristol, de Martínez y buena parte del rico pasado de esa sala cinematográfica se convertía en cenizas. Un manojo de hierros retorcidos sobrevivieron en el interior y hoy los típicos cerramientos de obrador tapan lo poco que queda de la sala por donde pasaron notables figuras del espectáculo.

 

Al otro lado de la calle, la escena no es mejor: los dueños del Astro subastan por estos días lo último que queda antes del cierre definitivo.  “Hace como 20 años que tendría que haber cerrado”, desliza con nostalgia Carlos Bentivogli y destaca que por allí pasaron grandes valores de la talla de Carlos Gardel, Fernando Ochoa, Libertad Lamarque, Ignacio Corsini, Mercedes Simone, Pedro Vargas, Ortiz Tirado, entre tantos otros.

 

Poco pudo su quijotada por pelearle la historia a las fuertes cadenas videoclubes, el home-cinema, DVDs, la venta ambulante de películas y cosas por el estilo. Todo parece indicar que los cines están condenados a desaparecer, pero hay quienes entienden que a estas últimas salas de barrio se las debe preservar o bancar como sea, así se trabaje a pérdida o casi. Es que, como en el filme argentino “Luna de Avellaneda” o en la impresionante “Cinema Paradiso”, de Giuseppe Tornatore, sostienen que la defensa de estos íconos que hacen a nuestra cultura deben ser resguardados a rajatabla más allá de las modas y los cambios de hábito.

 

Movidos por algunos rumores y sensibilizados por el inminente cierre del Astro, el viernes último a eso de las 20 hs. se llegaron hasta las puertas del devastado cine teatro Bristol una treintena de vecinos con la intención de firmar un petitorio. La nota en resumidas cuentas consignaba: “Los abajo firmantes en carácter de vecinos de la localidad de Martínez y con la intención de dar valor a su trayectoria histórica peticionamos ante la Municipalidad se declare al cine teatro Bristol patrimonio cultural y arquitectónico y se contribuya a su recuperación, impidiendo así la pérdida de esta casa de espectáculos de muy buen nivel que le otorgan un prestigio único”.

 

Muchos opinaron que lo de patrimonio cultural era atendible, no así lo arquitectónico en tanto y en cuanto poco queda del lugar y consideraron que el vecino Astro, cuenta con mayores pergaminos a la hora de comparar historias.

 

Quien llevaba la voz cantante entre el heterogéneo grupo integrado, entre otros, por la artista plástica María Luisa Majtán, el ex funcionario del Concejo Deliberante, Coco Santarcieri, Norma Tuchbaum y Luis Ferroni, era un hiperquinético Néstor Bonsembiante. “Este es un lugar estratégico para declararlo de interés cultural”, indicó al tiempo que explicaba que no deseaba que ese lugar sea ocupado por “una torre de departamentos”.

 

“Nosotros en la Zona Norte no nos trasladamos hasta el centro y este cine teatro, posibilitaba que aquí, en el barrio, se difundan espectáculos de primer nivel. El petitorio tiene por fin que la Municipalidad tome cartas en el asunto y se preocupe en hacer algo. Los rumores indican que todo lo que se destruye termina en una torre de departamentos”, sugirió y dejó entrever una cuota de preocupación porque “el poder de los poderosos es más grande que el de los vecinos”.

 

Inmediatamente, otros martinenses retrucaban que allí no se podían levantar edificios en altura porque precisamente “el Código no lo permite” y expresaban que la convocatoria, interesante por el tema que se ponía en debate, había sido fogoneada telefónicamente por un concejal.

 

 

“A mí me llamó Chamarrostru (sic) y me mandó también un mail y ahora no está”, se quejaba María atribulada por la inesperada ausencia del edil con veleidades de Simon Templar que, cual espíritu, se esfumó. En tanto, el Dr. Roberto Vollenweider, otro residente de Martínez, advertía que algo que en un principio despertó un genuino interés vecinal empezó por diversos procederes a tomar un cariz político.  “Este es un tema que nos interesa a todos y alguien lo quiere politizar.  San Isidro y en especial Martínez, merecen un centro cultural –razonó Vollenweider- y antes de entrar en supuestos habría que hablar con la dueña, Cristina Bentivogli”.

 

bonsembiantebuenaConsultado Bonsembiante confiaba que se habían anoticiado por un folletito entregado casa por casa y no faltó la enjundiosa tarea del concejal que realizó un sondeo telefónico. “Hasta ahora reunimos unas cuantas firmas –soltó-. He trabajado mucho en estos días para convocar y me dicen: ‘No te molestes si eso ya está vendido’”. Alguien cayó encuenta entonces, sobre la celeridad que habría tomado el asunto: ¿un cine incendiado en diciembre ya cuenta con comprador?, le preguntaron. “No no hay nada – se apresuró entonces a afirmar Bonsembiante casi contradiciendo su dicho anterior– . Lo único que sé, es que la Fundación Julio Bocca está en contacto con la dueña. Al parecer Lino Patalano, que maneja varias salas, está interesado; pero acá hay una cuestión de dinero”, dijo.

 

Con pocas cosas claras sobre la usina de los infundados rumores acerca de construir una torre en un lugar donde el Código de Ordenamiento Urbano no lo permite o sobre los posibles inversores, la tibia movilización fue apagándose. En el entretanto, la profesora Inés Bonfanti, que dirije al grupo teatral Equipus, ofreció hacer una función en la vía pública para que la gente referencie la importancia de la reconstrucción de la sala.

 

taxi“Vivo a cuatro cuadras de acá – precisó desde un auto de alquiler-, soy amiga de la dueña y por aquí han pasado figuras notables de la escena nacional e internacional, como China Zorrilla con su ‘Camino a la Meca’. Mi grupo ha trabajado en disitinos ámbitos de Martínez (la confitería Jockey Club, distintas parroquias como Nuestra Señora de la Paz, Santa Teresita o el Niño de Praga) llevando arte y queremos hacer una puesta aquí en plena calle, frente al Bristol, colaborando de algún modo para la reconstrucción de esta sala”.

 

 

En fin, con el fervor por defender ese emblema teatral con mas de 60 años en la zona, que estuvo tan ligado al crecimiento y la historia de Martínez y en la inteligencia que San isidro no cuenta con una sala de esas características, Luis Ferroni, otro caracterizado vecino que integra el Club de Leones local y el San Isidro Automóvil Club, propuso que los encuentros prosigan a fin de darle al petitorio un buen respaldo vecinal; conocer también la opinión de la dueña Cristina Bentivogli y decantar la mejor propuesta para que goce de buena receptividad. 

 

 

El encuentro tentativo quedó planteado para la semana próxima en el Club Vélez Sársfield, ubicado en la calle Córdoba al 100, a pasos del Bristol. ¿El viejo cine teatro resurgirá de las cenizas como el Ave Fénix? Aún poco se sabe, hay más rumores e inquietudes que certezas. Primer capítulo de una historia que -como las buenas pelis-, promete saga.