Gil y Gieco en el Bajo. LA SOLIDARIDAD TUVO SU FIESTA

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19/12/09. El jueves 17, por la noche, los corazones solidarios de más de 3.000 personas latieron en el Centro Municipal de Exposiciones del Bajo, al ritmo de León Gieco y Gilberto Gil durante un recital organizado por CulturaSI a total beneficio de la Comunidad El Arca. Un selecto repertorio, conocido por todos, atrapó al público de la mano de León mientras que Gil con su bossa nova hizo que nadie se quedara sin bailar. Para el final hubo entrega de premios “Arca” a los autores cuyas canciones encierran valores de esperanza, justicia y amor.

 

 

 

 

 

Pasadas las 21,30, León Gieco trepó al escenario, vestido de riguroso negro. Una multitud poblaba el predio de Del Barco Centenera y el río, ahí nomás del centro de Exposiciones que brindó inmejorables condiciones de anfiteatro al aire libre.  

 

 

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Entre el público se encontraba exultante por el éxito de la convocatoria la Directora General de Cultura de la comuna, Eleonora Jaureguiberry,  la acompañaba el secretario de Desarrollo Social, Mario Alonso,  quien asistió en representación del intendente Gustavo Posse ausente con aviso. No faltaron los chiquitos que viven en comunidad en El Arca, colaboradores y directivos de la institución e invitados especiales como los actores Gustavo Garzón y Jean Pierre Noher.

 

 

 

A poco de despuntar el recital León saludó al público y anunció las canciones de su cuidado repertorio que iba a interpretar. Y así, con su guitarra, comenzaron los acordes de “En el país de la libertad”, seguido de “Soy un pobre agujero”. Luego, fue el turno de “María del Campo” (dedicada a su madre) y “Canción de amor para Francisca”.  No faltaron clásicos como “La Cigarra”, “Carito”, “El ángel de la bicicleta” y “Cachito, campeón de Corrientes”.

 

 

 

ALAS PARA UN MUNDO MEJOR

 

 

Sobre el final de su show invitó al escenario a artistas de su proyecto solidario y película “Mundo Alas”. En primer lugar, con el guitarrista Alejandro Ario cantaron a dúo el tema leit motiv del film y “El Fantasma de Canterville”, aquel que interpretara también Charly García. “La Memoria” fue el tema de cierre y un joven en silla de ruedas demostró que ellas no bailan solas

                                                   

 

 

gilNi bien subió el  brasileño Gilberto Gil, el Centro Municipal de Exposiciones se vistió de bossa nova y la gente comenzó a bailar. El ex ministro de Cultura de Brasil fue secundado por su hijo Bem en segunda guitarra y el violonchelista de Jaques Morelenbaum.

 

 

EL COMIENZO DE ALGO MEJOR

 

Por último, el director de El Arca, Fernando Barilatti, y el productor del espectáculo y miembro del Consejo de Administración de la Comunidad, Guillermo Malbrán, anunciaron la primera edición de la entrega de los “Premios Arca” a los autores cuyas canciones encierran valores de esperanza, justicia y amor.

 

 

 

“Recibimos a personas que, de alguna manera, quedaron afuera, al margen; les damos un lugar, un hogar, una familia”, expresó Barilatti antes de la entrega de premios. Y agregó: “Nada es más importante para una persona que sentirse aceptada, valorada, amada. El Arca no es una gran solución a un gran problema, es el comienzo de algo mejor”, concluyó.

 

 

 

gente-bailandoA continuación, Gilberto Gil fue galardonado por su canción “Guerra Santa”, que ejecutó luego de recibir el premio. Minutos después fue el turno de Gieco que recibió el premio por su tema “Solo le pido a Dios”, que cantó a dúo con Gil. Por su parte, Facundo Saravia subió al escenario a cantar su composición premiada “A mi país”. Por su parte, la banda local de reggae Nonpalidece fue galardonada por su canción “Dame Luz”.

 

 

 

ACERCA DE EL ARCA

 

 

 

El Arca nació en 1964 de la mano de Jean Vanier, quien comenzó a vivir en una pequeña casa junto a dos personas con discapacidad mental.

 

 

 

Desde entonces procura constituir pequeñas familias con jóvenes asistentes que, junto a las personas heridas por el rechazo, abandonadas en hospitales o asilos, puedan tejer una vida sencilla y de amistad.

 

 

 

Algunas personas atraídas por este ideal se unieron a esta iniciativa de Jean Vanier y así comenzaron a surgir estas comunidades a los largo de los 5 continentes. Hoy en día hay 135 comunidades. En Argentina el hogar se abrió en el año 2003 y enseguida comenzó el taller, que acogió a muchos que ya habían estado apoyando a esta fundación.