Casas de la Costa Norte: Quinta Manuel Obarrio y Concejo Deliberante, UN PEDAZO DE SAN ISIDRO.
24/11/09. Cerca de la plaza Mitre, sobre la barranca de San Isidro, se encuentran dos casonas casi contemporáneas que atesoran infinidad de recuerdos del partido. Ambas están emplazadas en parte de los “terrenos del Santo”, denominados así, por ser la suerte que el capitán Domingo de Acassuso adquiere en 1706 con el fin de construir la capellanía en homenaje al Santo Labrador. Se trata del antiguo Palacio Municipal, hoy sede del Concejo Deliberante y la finca de Manuel Obarrio. Descubra la historia de estos dos solares.
Tal como reza en la fachada a fines de 1875 se erigió el viejo Palacio Municipal, actual sede del Concejo Deliberante. Su depurada concepción edilicia nació del lápiz del arquitecto francés Pedro Benoit (h), quien le imprimió detalles de estilo predominantes de la época.
Muy cerca de ese edificio situado en 25 de Mayo e Ituzaingó se levantan los muros de la Quinta de Manuel Obarrio.
Desde ella proyectaba su personalidad de patricio –reconocida por todo el vecindario en mérito a sus virtudes- el doctor Manuel Obarrio.
En su época se dijo de él. “En San Isidro era ya proverbial su bondad, y por eso mas de una vez fue proclamado Patriarca. Hombre de consejo sano, patriótico e inteligente fue asesor legal “ad honorem” constante de la comuna; y ella le debe haber reivindicado la totalidad de los bienes que posee y el haber evitado hasta que la casa municipal fuera subastada en ejecución por una deuda”.
El león y la fuente de la Quinta Obarrio, todo un testimonio.
Características que la distinguen han servido para que se conozca a esta propiedad construida alrededor de 1870 como la “casa de los leones”.
Ubicada hoy frente al Industrial de San Isidro, dos reproducciones en mármol de imponentes felinos adornan el frente que da a la calle 25 de Mayo junto a una clásica fuente de refinado estilo, quizás la única pieza en su tipo existente en la ciudad.
Se impone también a la vista de quien la contemple su mirador, al cual se accede por una escalera caracol, un detalle arquitectónico muy difícil de encontrar en estos tiempos.
En esa casona –ubicada en 25 de Mayo esquina Maipú– nació en 1876 la hija del doctor Obarrio y de doña Remedios Langdon, bautizada con el nombre de su progenitora.
La joven Remedios se casó en 1904 con el doctor Adrián Beccar Varela, quien fuera intendente del partido en el período: 1913-1914. Fallecido el doctor Manuel Obarrio en 1918, el dominio de la casona pasó a manos de su hija Remedios, quien en 1967 dejó de existir en la misma habitación donde había nacido.
El aljibe tras el que se recorta la silueta de la Catedral
Tiempo después fue su titular el hijo mayor del matrimonio Beccar Varela-Obarrio: Adrián Cosme y mas tarde su mujer, María Eugenia Moy Peña. Esta casa de fines de 1800 es una de las pocas que aún conservan los descendientes.
