Tigre y su Puerto de Frutos: singular atracción. LA BIBLIA JUNTO AL CALEFÓN

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27/11/09. A solo 30 minutos de la Gran Ciudad, se encuentra el Puerto de Frutos. Un pintoresco lugar que atrae a cientos de visitantes cada semana. Allí los visitantes se recrean con las artesanías típicas del Delta, donde se pueden apreciar excelentes trabajos realizados por artesanos del mimbre. 

 

 

 

 

puerto-2Comparar al Puerto de Frutos de Tigre con un mercado persa es un lugar común que no se apoya seguramente en las divertidas descripciones de Las Mil y una Noches y sí más bien en las reiteradas escenas de las películas donde entre alfombras telas y cacharros el espía occidental es perseguido por varios árabes hasta que oportunamente un canasto se vuelca para permitirle el escape.

 

 

Más acertado sería recordar que en ese sector del Pago de la Conchas se puede encontrar “de todo como en botica”. De fácil acceso, al Puerto de Frutos se puede llegar a través de las numerosas líneas de colectivos, o si lo prefiere, por intermedio de las dos líneas ferroviarias (Tren de la Costa o TVA ramal Tigre) y por supuesto, con su vehículo por la Panamericana, tomando el ramal a Tigre.

 

UN ORDENANDO DESORDEN

 

 

 

puerto-3Ingresar al Puerto de Frutos es instalarse en un mundo diferente, casi mágico. Simultáneamente pueden operar en el Puerto de Frutos, en sus tres dársenas, un total de setenta y seis embarcaciones entre las cuales se pueden mencionar chatas paleras, almaceneras, las cuales transportan entre quince y cuarenta y cinco toneladas de peso bruto y pesqueros de cinco a diez toneladas de arqueo total.

 

Dentro del Puerto del “Mercado de Frutos de Tigre” se hallan emplazados los edificios de tres instituciones: uno de la provincia y dos municipales.

 

 

Este paseo se recomienda efectuarlo los fines de semana o días feriados, ya que en estos días es cuando están abiertos la mayoría de los puestos. El acceso se puede efectuar por dos lugares: por la calle Los Mimbres o por la calle Sarmiento. El ingreso es gratuito y tanto en los alrededores como en el propio Puerto se puede estacionar el vehículo abonando a un arancel mínimo a las empresas concesionarias.

 

 

Sin lugar a dudas el mayor atractivo lo constituyen los puestos de artesanos, que están en un mercado al aire libre, cuyas calles se visten con rústicos tejidos en forma de manteles, los rubros son variados; uno puede encontrar negocios de antigüedades, de cueros y talabartería, viveros, fruterías, de ropa, de música, de mascotas, de productos regionales, de velas y perfumes, de muebles, de decoración, de flores secas, de pintura sobre yeso y madera, de encurtidos, de sogas, de mates y, por supuesto, toda la variedad de frutas locales que llegan por el agua en las tradicionales lanchas que cruzan el Delta.

 

 

“A mi me salvan los turistas” –suelta un comerciante al tiempo que confía: “Los japoneses son medio amarretes en cambio a los españoles es más fácil convencerlos de que por fin abran la billetera”.

 

 

puertesPasando de largo frente a toneles con aceitunas, pickles, cebolla en vinagre, bolsitas con comino, nuez moscada, botellas de lemoncello (de todo como en botica sin duda) hay sombreros, zapatillas, copas, vasos y el observador se detiene frente a un puesto de lámparas y apliques muy singular. En ese momento pasa una joven pareja discutiendo: él lleva en sus manos un espectacular modelo en escala de una fragata con sus blancas velas desplegadas, mientras hace oídos sordos a las quejas de su mujer. Al fin de cuentas, los gustos hay que dárselos en vida.

 

EL MIMBRE

 

 

Un párrafo aparte merecen los artículos en mimbre, ellos constituyen el punto fuerte del lugar. Hay desde muebles hasta juguetes, de todos los tamaños, precios y para todo los gustos.

 

 

Los puestos están dispersos en distintos puntos del lugar; en especial recomendamos visitar La Cooperativa de Mimbreros. Allí se pueden encontrar verdaderas obras de arte realizadas con este material y sobre todo a precios muy convenientes.

 

 

Se destacan las artesanías en madera, siendo estas muebles en forma de bodegas, cajones, bibliotecas, camas, mesas, sillas, y casi cualquier cosa que se nos pueda ocurrir para construir con madera.

 

 

 

Dichos muebles, en su mayoría son hechos de maderas blandas, pino en general, el cual no ofrece durabilidad, pero debido al precio que poseen son muy tentadores y accesibles.

 

 

 

puerto-4Los amantes del jardín en el Puerto estarán de parabienes. Es que pueden conseguir muy buenos maceteros, además de los utensillos necesarios para el cuidado de ese querido rincón de la casa. Se encuentran varios puestos en los que se puede dar con plantines, semillas y todo lo necesario para el jardín, desde especies florales, hasta arbustos y decorados disecados. Hay muy buenas estatuas para decorar el parque, dentro de las cuales se pueden encontrar réplicas de importantes obras, o estatuas en forma de cascadas para los mas detallistas.

 

DE RESTORANTES Y BARCAZAS

 

Para finalizar, una serie de restaurantes ofrecen la posibilidad de terminar el paseo disfrutando el sabor de la mejor cocina nacional e internacional. Cuenta con numerosos locales gastronómicos, tanto de comida rápida como elaborada. Además hay un café donde por la tarde tocan en vivo músicos con el Río Luján por fondo.

 

 

Aquí, a orillas del río y con la escenografía circundante de un pintoresco puerto, Tigre adquiere una personalidad bien propia y nos entrega un variado repertorio de elementos nacidos de la comunión del hombre y sus islas.

 

 

Cuando el calor decrece resulta por cierto agradable caminar a lo largo de las dársenas donde en segunda o tercera andana se balancean suavemente al margen del cercano mercado persa, distintas barcas todas ellas de ancha proa, extendida cubierta y el clásico castillo elevado con sus tres ventanitas ocupado por la timonera.

 

 

Llegan de lunes a viernes cargadas hasta el tope de troncos de álamos, sauces o pinos desde el Paraná Miní o desde más allá, de la costa de Entre Ríos. La descarga se hace febrilmente y la actividad de esos hombres rudos que han soportado varios días de azarosa navegación no es menor que la del –en esos momentos- aquietado mercado persa. Con cien historias y anécdotas pintorescas de la vida en la isla. Pero esa es harina de otro costal.