Comienza el Torneo Rubén Villa en el SIC. FUTBOL PARA VIVIR EN FAMILIA

 

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30/10/09. Este sábado 31, a las 9 hs. arranca en la cancha 2 del SIC Central (Blanco Encalada 404, Boulogne), el torneo de fútbol infantil, un clásico familiar que pone cientos de ilusiones en movimiento.

 

 

Hace casi  medio siglo que Rubén Fortunato Villa organizó el primer torneo de fútbol infantil en el SIC como introducción a la práctica del rugby. La iniciativa se propagó y hoy intervienen en el mencionado campeonato también los otros clubes de rugby de la Zona Norte involucrando a miles de chicos de entre 4 y 14 años. Algo similar paso luego en el CASI con el certamen Eliseo Rival, de similares características.

 

 

Quizás una de las virtudes más destacadas, en esta actividad que se prolonga desde casi el cierre del torneo de rugby hasta el fin de año, consiste en la solidaridad que establece entre todos sus participantes: chicos, padres, entrenadores.

 

 

En efecto, es ésta una de esas oportunidades que permiten manifestar “masivamente” el tipo de vida comunitaria que florece en los clubes de esta Costa Norte.

 

 

A menudo se destacan las peculiaridades geográficas o culturales de la zona, y por cierto no quedan olvidados los importantes y numerosos clubes, a veces especializados en la práctica de determinados deportes, siempre abiertos a las mil iniciativas sugeridas por la convivencia de los socios y el intercambio de experiencias e inquietudes. En este caso, se advierte con claridad cómo tanto esta tenida futbolera como el rugby gozan del anhelado “tercer tiempo” –en este caso reforzado por la gaseosa y hamburguesa comunitaria-, característico del clima de camaradería y amistad que prima en estas instituciones.

 

 

También se vive allí la necesaria comunicación entre generaciones, esa especie de iniciación en el mundo social que las circunstancias están volviendo difícil para los chicos en este mundo de hoy. Encuentros como los del campeonato infantil facilitan la relación de quienes tienen en común tantas cosas – a partir del lugar o el barrio en el que habitan-.

Sin duda por los problemas de seguridad mucho se ha perdido de la convivencia barrial que caracterizaba a las épocas anteriores.

 

 

Es positivo pues, aprovechar las oportunidades que pueden convocar a miles de familias relacionadas por un vecindario común y el interés por fomentar el desarrollo físico y moral de los chicos. Y, desde luego, comprender que la ocasión resulta ideal para desarrollar los hábitos de convivencia activa más que de competencia.

 

 

Factores positivos, tantos y tan nítidos, vuelven a apreciarse en la reedición anual de estos certámenes y los celebramos como parte del modo de vida de la Zona Norte aquilatada entre sus perfiles definitorios.