El Virreyes (VRC)y sus talleres educativos. “ABRAN CANCHA”, ENSEÑAR A TRAVÉS DEL RUGBY

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09/09/09. A metros de la rotonda de la Ruta 202 y Acceso a Bancalari, en el Parque de la Reconquista, cientos de chicos y jóvenes encuentran en el juego y el acercamiento mutuo un medio para abandonar la marginación y elegir un camino de desarrollo. Ahora el Virreyes Rugby sumó a su proyecto los talleres educativos Abran Cancha una virtual escuela complementaria para jugadores de 6 a 12 años que les da igualdad de oportunidades.

 

  

virreyes-11“Cuando comenzamos allá por el 2002, después de esas jornadas tan lindas del Club Tigre, si nos hubiésemos entregado al ejercicio de soñar ninguno hubiese imaginado esto. En estos 7 años sucedió algo mágico con la forma en que cada uno se fue incorporando. Empezamos los entrenadores, enseguida se sumó la gente de los clubes, luego la de rugby de las empresas, después el estado municipal con este predio increíble, y también la Provincia a través de las becas de estudio. Todos aparecimos en el momento justo”, resume al trazar una suerte de racconto Marcos Julianes, el vice del Virreyes Rugby Club pero advierte que a pesar del esfuerzo conjunto la situación de la escuela no es la misma.

 

 

Gracias a las becas de la Provincia pudimos hacer que todos los chicos vuelvan al colegio. Nos gustó la idea, seguimos agudizando el ojo y ahí fue donde nos dimos cuenta que con la escuela sola no alcanza. Lamentablemente esta ha dejado de ser ese lugar sagrado, que fue para nosotros los grandes. Hoy está atravesada igual que toda  la sociedad por los mismos problemas: pobreza, exclusión, violencia por la falta de límites, delincuencia”, grafica.

 

 

Ante un nutrido auditorio que se llegó el último sábado de agosto hasta el Virreyes para el lanzamiento de un novedoso proyecto educativo (ver Show Off) Julianes observa que la escuela ha quedado desbordada y suelta una frase dura: “Créannos es muy violento ver como los jugadores se quedan afuera de la escuela y del conocimiento, realmente golpea”. Y al rato abunda en detalles: “Hay una cultura objetiva de los libros, en Internet, pero para poder acceder a ella hay que tener un capital cultural inicial que es el que podría transmitir la escuela y la familia. Esa falla está muy presente, los chicos si no ‘aprenden a aprender’ en su etapa inicial, se van quedando afuera del proceso educativo y esta circunstancia los condena a la pobreza y a la exclusión”.

 

Para suplir esa falencia la gente de Virreyes puso en marcha el taller educativo Abran Cancha. ¿En qué consiste? Es una virtual escuela complementaria, una suerte de taller extraprogramático para jugadores de 6 a 12 años donde se los nivela en lengua, matemáticas, idiomas e informática; allí se intentan desplegar novedosas estrategias pedagógicas con el objetivo de desarrollar en los chicos mejores herramientas cognitivas.

 

 

EL CLUB, SINÓNIMO DE INTEGRACIÓN

 

 

logo2Como se sabe el VRC es el hogar y la ayuda para observar otra realidad de casi 600 chicos que se acercaron al club atraídos por la pelota ovalada y también por su realidad. Es un club fundado a fines de 2002 por un grupo de familias del rugby que sintieron la necesidad de promover la inclusión social y extender lazos comunitarios a través de los valores y el espíritu del rugby. 

 

 

Es que en la niñez y en la adolescencia no hay actividad que iguale y  acerque con tanta potencia a disfrutar el placer de compartir como el deporte. Y como bien dice “Michingo” O’Reilly o el presidente de la Unión, Porfirio Carreras los valores y el espíritu del rugby que no son otros que el compañerismo, la solidaridad, el compromiso, el respeto, la entrega, el juego asociado, jugar con el otro y no contra el otro, se ven mas tarde reflejados en un audiovisual que muestra cómo en el club y en el ya clásico tercer tiempo, los chicos comparten esas vivencias en donde la camaradería está siempre latente.

 

 

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Pero -claro está- la contención que brinda la institución a veces se topa con otra difícil realidad: al terminar la escuela algunos pueden seguir con su vida deportiva y otros, por cuestiones económicas- deben entrar en el mundo laboral o quedan excluidos de él por falta de oportunidades. Allí es en esta historia donde aparece el fuerte apoyo de una empresa de la zona, Cadbury apuntalando estos talleres de Abran Cancha para que en un futuro todos cuenten con las mismas posibilidades.

 

“Cadbury, es una empresa del partido de San Fernando, líder en golosinas en el mundo, con  primeras marcas como Beldent, Halls, Bubaloo, Mantecol y Cadbury,  que desde su origen no se desentiende de su responsabilidad social empresaria –explica el ing. Javier Arriola, presidente de la empresa-. La familia Cadbury, eran quakeros que ofrecían raciones de chocolate caliente para sacar del alcoholismo a muchos. Aquí, en Argentina, siempre nos preocupamos por devolverle a la sociedad parte de lo que la empresa gana; por eso volcamos en el barrio mucho esfuerzo y cada miembro del grupo directivo tomó una tarea. En Virreyes hemos invertido en aulas, tenemos un programa de pasantías y la idea apunta a que mañana un chico nacido acá sea gerente de la compañía. El proyecto de Marcos (Julianes) y de Jorge (Ramallo) en un principio creció tanto que dijimos: vamos a darles una mano en la parte deportiva, educativa y en el futuro laboral de los chicos”.

 

EL OJO DEL RUGBIER ATENTO A LA DEMANDA

 

Una vez más el brazo solidario del rugby vuelve a tenderse desde el Club Virreyes, con el aporte de empresas como Cadbury o de otras que también suman como Fargo y la Fundación Telefónica. Esta vez el crecimiento del club no del proyecto –como bien señala su presidente el “Corto” Ramallo, se expresa en una propuesta educativa a partir del deporte.

 

“Se puede decir que nosotros pusimos el ojo del rugbier donde estaba la demanda de nuestros jugadores y no pararemos hasta lograr su felicidad –interviene Julianes. Queremos corregir esa falla educativa, tenemos que hacer que nuestros chicos accedan a conocimientos que les permitan ser personas dignas, que no tengan dificultades en comprensión, en expresión, en cálculo, que estudien ciudadanía  y conozcan sus derechos y obligaciones. Ese es el desafío pedagógico que tenemos hoy, tan profundo y difícil, pero estamos todos juntos en esto. Lo hacemos con el corazón, en conjunto, y así queremos seguir. Gente sencilla, en lugares poco importantes, haciendo cosas pequeñas, unidas, pueden lograr cosas extraordinarias”.

 

El hilo invisible que une a unos y a otros es la más genuina y entrañable voluntad solidaria.