Fernando Peña en el recuerdo. Muy ligado a la Zona Norte y con mucho de Revoira Lynch se fue un talentoso provocador

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Vecino del Bajo de San Isidro, ex alumno del San Andrés, notable intérprete de unipersonales, voz cantante del programa radial “El Parquímetro” que salía al aire por la Metro y pasó por la KSK de Martínez e impecable creador de una fauna de personajes tan ecléctica como hilarante -la cubana Milagros López, el italiano Mario Modesto Sabino, el popular Palito y su contrario, el concheto y algo pacato Martín Revoira Lynch– se apagó este miércoles con tan solo 46 años la vida de este notable y polémico actor y guionista, con una fuerte inspiración contracultural.

 

 

 

Amado y odiado en dosis tolerables, Fernando Peña supo despertar todo tipo de sentimientos entre el público. Provocador incorregible, para algunos hecho que lo convertía en un ídolo y un artista transgresor, del mismo modo que era rechazado por una parte del mundo mediático, al que él tampoco eludía atacar con agudo sentido del humor e  ironía. Querido por colegas del espectáculo y odiado por las personas a las que ridiculizaba con su afilada lengua, el multifacético actor uruguayo –nacionalizado argentino- falleció este miércoles en Buenos Aires a los 46 años de edad víctima de un cáncer de hígado.

 

 

Minutos después de que se difundiera la noticia de su muerte, sus amigos y compañeros lo recordaron de diversas formas. Carlos Perciavalle, había cruzado el charco para visitar a Peña luego de que lo internaran en un hospital de Belgrano.

 

Cuando llegó, se encontró con que su amigo había muerto minutos antes, por lo que al salir del centro asistencial fue uno de los primeros en expresar su pésame a los medios. “Era un artista talentoso, único. Por suerte no sufrió y murió tranquilo. Su voluntad es que se lo cremara y que hiciéramos una fiesta para recordarlo”, señaló.

 

 

No pocos periodistas, locutores y personajes de la colonia artística se hicieron presentes en la Legislatura Porteña donde se realizó una capilla ardiente a modo de sepelio. Entre ellos estuvieron Jorge Lanata, Luis Majul, Betty Elizalde, Víctor Hugo Morales, Lalo Mir, Alejandro Apo y Nancy Pazos, entre otros.

 

 

Mario Pergolini, conductor del programa de radio ¿Cuál es? y ex Caiga quien Caiga, difundió una carta que le escribió a Peña a modo de despedida. “No me gusta escribir sobre lo inevitable y mucho menos de la mirada que a uno le deja la gente que se va”, señala la misiva en sus primeros párrafos.

 

 

 

“Fue un gusto haberte conocido. Fue loco ver tanto exceso junto, justo cuando yo ya no era eso. Gracias por el cariño y el respeto. Te van a velar en la Legislatura de la ciudad, je. Las voces que inventaste en la radio seguro que estarán puteando y riéndose de esto”, agrega en el final.

 

 

 

A su vez la dueña de los mediodías, Mirtha Legrand, en su almuerzo televisivo de este jueves realizó declaraciones sobre Peña. “¡Qué personaje que era Peña! Era un hombre carismático y un ser querible. Era un hombre que a mí me inspiraba un cierto temor para hacer un programa en vivo (…) Todavía me acuerdo cuando sacó el arma de juguete en la mesa”, expresó la diva.

 

 

Muy emocionada, agregó: “No éramos amigos pero ahora yo me siento su amiga. Chau Fernando, que en paz descanses”.

 

 

 

Su compañero en La Metro, Gabriel Schultz, conductor de TVR, manifestó a Clarín que “Hay que recordarlo con alegría, porque esa era su forma de vivir”. Lanata dijo algo parecido al recordarlo y evocar su último encuentro en la casa del Bajo de San Isidro para luego difundir una entrevista de su viejo ciclo La Luna que pintaba los miedos, sueños y la pesada historia familiar del actor.

 

 

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El artista, que había ido superando un cuadro de Sida, había sido fiel a su estilo frontal y provocador, cuando él mismo había hablado públicamente sobre su estado de salud, que se había agravado en las últimas semanas por las sesiones de quimioterapia. Incluso había manifestado que filmaría su progresiva enfermedad.

 

 

 

 

La noticia de su muerte fue difundida en la tarde de ayer desde el programa de Matías Martin, en la FM 95.1, donde se levantó la programación y se dispuso sólo pasar música. La productora del programa, Roxana Cardozo Veneziano, relató en Radio 10 que había estado este mediodía con el actor. “Esta mañana nos llamó María, que es la persona que lo cuida, para avisarnos que había entrado en un coma farmacológico”, dijo, y que cuando fueron a verlo algunos integrantes del equipo al salir del programa, el médico que lo atendía les informó que “tenía pocas posibilidades; lo único que lo podía salvar era un milagro”.

 

 

 

El actor se había recuperado hace algunos años de un linfoma en su riñón izquierdo, gracias al tratamiento de quimioterapia que duró un año. Tres veces coqueteó con la muerte, y en esta última oportunidad, cuando más confiado estaba en superar el cuadro y el cáncer de hígado que lo tenía a maltraer, el destino supo jugarle una mala pasada.

 

 

 

GENIO Y FIGURA. Esta semana había sido internado en el Instituto Alexander Fleming del barrio de Belgrano. “El 24 de este mes me hacen una tomografía para ver si se redujo el tumor. Si se achicó, bien, si no, buscaremos otros métodos”, había indicado en una entrevista con el canal televisivo América a principios de junio, cuando anunció que debía someterse a una nueva ronda de quimioterapia.

 

 

El actor contó entonces que dormía mal, como consecuencia de los medicamentos que estaba tomando, pero aseguró que confiaba “en la medicina ortodoxa” y en los médicos que lo atendían. “Andá a los centros médicos, hace consultas y tené cuidado con los chantas”, se animó a aconsejar a quienes padecen un cáncer como él.

 

 

Otra de las definiciones que dejó en esa nota estuvo referida a cómo tomaría un resultado negativo en los estudios que se estaba haciendo y dijo: “Espero ponerme de acuerdo con la enfermedad y que me dé tiempo”.

 

 

“No soy un buen paciente –admitió-, pero los médicos dicen que es importante saber escuchar al cuerpo y a mí a veces me pide tomar un vino, en otra oportunidad, salir a caminar y yo le hago caso”, deslizó desdramatizando la situación.

 

 

El comisario de abordo (“azafato”, como solía confiarle a sus amigos) que tenía miedo a volar y supo deslumbrar al perceptivo Lalo Mir, quien lo llevó a la Rock & Pop con todo el bagaje de sus personajes se marchó un día y lo hizo como él quería sin pedir permiso a nadie.

 

 

 

Irreverente, loco, polémico, intuitivo, Peña fue un verdadero creador, ideó guiones de gran personalidad, que muchas veces él mismo dirigió y llevó a escena, con fuerte inspiración contracultural.

 

El gusto por lo más oscuro en materia de sexo, de vínculos familiares y de relaciones humanas en general, fue una constante que caracterizó a sus propuestas teatrales. Son famosas sus creaciones, como la cubana Milagros López, el italiano Mario Modesto Sabino, el popular Palito y su contrario, Martín Revoira Lynch.

 

 

revoiraCuentan que en uno de los juegos telefónicos que solía realizar desde El Parquímetro, Peña supo jugarle una broma a conocido periodista de la zona. Dialogó con el bueno de Revoira Lynch durante media hora, aludiendo a familiares, lo paseó por el árbol genealógico y lo trató como un pariente cercano, cuando -en realidad- se trataba de una loca humorada jugada por el actor.

 

 

En San Isidro sus montajes se presentaron repetidas veces, en el Auditórium, desde donde ofreció un tipo de obra nada común para esta plaza teatral. En una de sus puestas, al invocar a la madre del personaje, se le escapó un hacha y causó verdadero revuelo entre el público. Sus actuaciones convocaban en general a un público variado con un fuerte sesgo joven, que lo trataba como un verdadero “maestro” considerándolo (como ocurre hoy con Capusotto) un actor de culto.

 

 

Desde las páginas de Costa Norte, Belén y Silvina Cúneo lograron entrevistarlo en 2001. Lo abordaron en el Auditórium cuando interpretó “My name is albert with an A”, una obra en inglés, en donde interpretaba a un asesino serial. Ese “gran provocador”, como titularon en esa oportunidad, les mostró un costado de su vida poco conocida, la del vecino de la zona.

 

 

 

 

EL SHOW DEBE CONTINUAR. Según informó su actual pareja, Javier, se realizará un documental sobre su vida, tal como había solicitado Peña, quien ya había grabado algunas escenas sobre sus tratamientos para curar el cáncer de hígado que padecía, además de Sida