La gorra e insignias del Capitán Garrido ya se exhiben en el Concejo

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El descubrimiento del pedestal y el intendente Posse acompañando a Marta Barberis

 

 

 

 

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Desde el pasado viernes 15 –día en que hubiera celebrado su cumpleaños- la principal prenda del uniforme y las insignias del recordado servidor público descansan en un pedestal ubicado en medio del salón principal de acceso al Deliberativo. La gorra fue donada por Marta Barberis, viuda del fallecido policía, quien concurrió acompañada por familiares y el subsecretario de Criminología Paul Starc. El intendente Gustavo Posse agradeció el gesto, la doctora Laura Capisano, vecina del lugar, trazó una impecable semblanza de Garrido y la dueña de casa, la Lic. Rita Kuzis –titular del Concejo Deliberante- al recibir el donativo expresó: “Para que en este Concejo permanezcan para todos los tiempos y se sepa quién fue este hombre bueno, humano, de mirada transparente siempre preocupado por la seguridad de sus vecinos” 

 

 

 

Aseguran que los pueblos capaces de recordar a aquellos que dejaron huella son respetuosos de su historia y pueden proyectar un buen futuro. Tal el caso de San Isidro y su celo por venerar esas grandes y pequeñas cosas y a los hombres que dejan esa impronta en la que se nutre la idiosincrasia de un lugar con más de 300 años de existencia.

 

 

En un emotivo acto celebrado el pasado viernes 15 en el Deliberativo local, la Municipalidad recibió en donación la gorra del capitán Aldo Roberto Garrido, asesinado el 17 de febrero último cuando intentó evitar un robo en un local del centro comercial sanisidrense.

 

 

El pequeño recinto se vio atiborrado de vecinos y comerciantes deseosos de presenciar el preciso instante en que la señora Marta Barberis y su familia, le entregaban al intendente Gustavo Posse y a la Lic. Rita Kuzis, ese legado tan preciado.

 

 

“La gorra era la prenda del uniforme que Aldo más amaba -soltó la mujer visiblemente emocionada- y a poco de ocurrido su sepelio me dije: ‘San Isidro, ese es el lugar donde él hubiera querido que esté para siempre’”. El Dr. Posse agradeció el gesto y la confianza depositada en el municipio al tiempo que confió que le guardó un lugar especial en el salón más antiguo del viejo Palacio Municipal para colocarla en un pedestal.

 

 

El acto se había iniciado con una elegía al extinto servidor, pronunciada por la Dra. Laura Capisano, la “médica de almas”, como gustaba decirle Garrido cada vez que se cruzaba con ella. El oficial le hacía recordar a la conocida raditerapéuta que los policías de la cuadra aún existen y suelen devolver la tranquilidad al vecino.

 

 

 

capisano“Hoy se vive a un ritmo muy acelerado y muchos –me incluyo- a veces caminamos a las apuradas -describe esta sanisidrense de toda la vida-. Garrido con su mirada transparente tenía siempre el don y la capacidad de detenerse y advertir lo que le pasaba al otro. Se preocupaba por cada uno de nosotros, nos daba consejos para estar atentos. El te bajaba a tierra. Era una especie de ángel y un verdadero privilegio cruzarse con él “.

 

La licenciada Kuzis, en tanto, observó que en un momento como el actual donde el mundo es sacudido por noticias de todo tenor, siempre es bueno echar una mirada a lo real, a lo humano. “A Garrido lo hemos perdido por los lamentables hechos de inseguridad –destacó-, pero él está acá, una parte suya permanece dentro nuestro. Perdura también a través de esta donación para que todos, y especialmente, las futuras generaciones, sepan quién fue este entrañable capitán”.

 

 

Emocionada por las palabras, Barberis agradeció el apoyo brindado por el intendente Posse, la presidenta del Concejo, la capitana Adriana Peve, el diputado Norberto Erro, el subsecretario de Criminología Paul Starc, a los compañeros y amigos como Mario Rodríguez y Claudia Loureiro y especialmente a los comerciantes que siempre cuelgan notas, oraciones en sus locales y piden por Justicia para Garrido.

 

 

Descubierto el pedestal donde quedará la gorra, también fue exhibida la placa que expresa: “Gorra e insignias que pertenecieron al capitán Aldo Roberto Garrido caído en cumplimiento del deber y que fueran donadas por su señora esposa, Marta Barberis para ser exhibidas en el Honorable Concejo Deliberante de San Isidro. 15 de mayo de 2009”.

 

Como bien dicen Kuzis y la Dra. Capisano es en los buenos actos y en los hombres que los profesan –Garrido era un servidor público de principios, moralmente probo, que prestigiaba su tarea- donde se fundan los valores de un pueblo. Enhorabuena, el pedestal que lo recuerda.