Bailar y crear en libertad

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MARÍA CECILIA DÍAZ, desde hace más de 25 años, enseña este difícil arte que templa el espíritu y alimenta el alma Su Ballet Estudio es un gran  semillero de talentos. Su directora, se calzó las zapatillas y le contó a Continta Norte los secretos de ese mundo de sueños del que algunos elegidos emergen para convertirse en bailarines profesionales.  Descubra en esta nota los desvelos de una mujer que sucumbió al embrujo de la danza y formó a no pocos bailarines que hoy disfrutan y se lucen en distintos escenarios. Coautora del libro “TÉCNICA DEL BALLET Y SUS LESIONES MAS FRECUENTES”, una sanisidrense que hace pasear el arte del Ballet por nuestro país y por el extranjero y que en la fiesta de los 300 años fue distinguida como una de las vecinas que enriqueció con dedicación y esfuerzo nuestro patrimonio cultural.

 

 

 

Nunca como ahora se ha hecho necesario aquietar la conciencia, pensar con claridad, aprender a ser flexibles con el cuerpo para que se exprese armoniosamente y así reducir el estrés que depara estos tiempos crispados. La danza  transmite dolor, alegría, belleza y todo ello nos permite comunicarnos con el espectador nos dice María Cecilia Díaz, una docente que desde hace más de dos décadas forma a generaciones de vecinos en el arte del ballet. 

 

La charla se desovilla al terminar una clase donde sus discípulos se animan a dibujar figuras en un espacio ideal, sin tiempo. Las notas brotan del piano e inundan la sala de melodías mientras el sol se cuela por la ventana que regala una vista amable del corazón de San Isidro. Cierto clima surrealista se respira en el lugar y es difícil advertir que allí, en ese íntimo rincón de Chacabuco al 400, se está a tan solo metros de los atiborrados Tribunales.

 

Es que en ese estudio de danzas nada ha quedado librado al azar: lo grandes espejos en la paredes, la cámara de aire de los pisos abovedados pensados para evitar lesiones, los elementos de trabajo para las clases de Iniciación a la Danza para motivar a los mas pequeños y estimularlos en el desarrollo auditivo y la creatividad. Todo ello sumado a las paredes tapizadas por fotos de Paloma Herrera, Olga Ferri, Enrique Lommi y otros grandes de la danza de todos los tiempos aportan un clima ideal para que el artista se forme y exprese en libertad.

 

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Baile de ilusiones. Ya desde bien temprano, esta mujer detallista, obsesiva del trabajo y desestructurada se apresta a recibir en su estudio a los primeros aprendices del día. La rutina revelará diariamente clases de Iniciación a la Danza para niños de 3 a 6 años con un método creado por la misma Cecilia Díaz basado en sus conocimientos de psicología infantil, biomecánica, anatomía  y experiencia académica.

 

También  clases para Principiantes  niños y adultos  cada uno en sus cursos correspondientes y con la metodología adecuada a la edad y a el desarrollo muscular de cada edad; sin exigir por encima ni por debajo de sus posibilidades articulares ni madurativas de manera que el resultado sean bailarines felices del haber transitado este camino para formarse en este maravilloso arte o simplemente seres humanos quienes se  han visto reconfortados en lo espiritual y en lo físico. Las clases mas avanzadas son las de las últimas horas del día ya que allí concurren bailarines profesionales quienes llegan de su trabajo en los teatros de la Capital Federal y también estudiantes  avanzados de escuelas oficiales de distintas carreras de danza de la Capital. La conjunción ideal se da cuando se encuentran en la misma clase aquellos alumnos con quienes no han encarado este arte como carrera profesional pero asisten a estas clases con un alto nivel académico adquirido a través de los años.

 

“La realidad es que cuanto más temprano se empiece, mejores y mayores son los resultados”, dice esta docente formada artísticamente y académicamente por Olga Ferri y Enrique Lommi de quienes ha sido asistente por más de 20 años. “Trabajamos tratando de ganarle al tiempo logrando obtener la mayor elongación posible, el máximo de rotación en las piernas, la mayor fuerza en los pies y muchas otras características imprescindibles en un bailarín profesional. Todo eso debe comenzar a adquirirse antes de que los huesos comiencen el proceso de osificación, los cartílagos de crecimiento estén sellados y la musculatura pierda la elasticidad con que nacemos. Es por eso que para hacer una carrera profesional se debe comenzar a edad temprana”.

Eso no quiere decir que cualquier persona de cualquier sexo no pueda comenzar a tomar lecciones de ballet cuando lo desee y con la frecuencia que lo desee. El ballet tiene un trabajo más que completo y minucioso de cada grupo muscular por lo que todas las personas que toman clases en pisos adecuados y con la correspondiente graduación académica acorde a la edad y nivel de desarrollo psicomotor se ven gratificadas en lo espiritual y en lo corporal en el corto plazo.

“El ballet para mí es mi modo de vida, es donde he encontrado la mayoría de mis amigos y es a través de donde he recibido las mayores gratificaciones. Es a  través del cual he podido sentirme totalmente realizada sobre todo en esta etapa dedicada a la docencia. Todos los años tengo alguna enorme satisfacción al ver los logros de quienes he formado y sigo formando. Se que soy afortunada porque no todas las personas pueden vivir de lo que aman, nos cuenta esta maestra de formación inglesa , formación que enriqueció con su viaje a la Ex Unión soviética donde incorporó la técnica rusa que utiliza en sus clases”.

 

Estas palabras las confirman algunas de sus alumnas. M Laura Domingo, actual integrante del ballet del teatro Colón, Sarah Bukowski en el Ballet de Harlem (N. York), Gonzalo Fernández en el Ballet de Torino entre otros.

Desde 1981 dirige el Ballet Estudio que lleva su nombre donde ha formado también docentes que trabajan como asistentes como así también bailarinas y bailarines  que han ingresado Al Instituto Universitario Nacional de Artes (IUNA) y  al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, al Taller del Teatro San Martín, etc …Otros alumnos se han dedicado al vestuario teatral y otros a maquillaje y caracterización.

 

El Estudio, desde su fundación cuenta con un excelente cuerpo docente no sólo en Danza Clásica sino también en Barre à terre, Pilates, Danza Contemporánea y  Danza Jazz quienes han contribuído a formar bailarines de otras disciplinas muchos de los cuales integran en la actualidad compañías de comedia musical y Modern Jazz tal es el caso de María Ceva quien hoy se encuentra trabajando como bailarina en la comedia musical  “EL FANTASMA DE LA OPERA“  que se acaba de estrenar  en el  TEATRO OPERA.

 

Pero también llegan a este estudio  adultos y niños que desean cultivar el sentido artístico y estético. Hay quienes buscan practicar -finalmente- aquella danza que les apasionaba en la niñez y nunca pudieron. Otros que van a entrenarse en la técnica para aplicarla a otras disciplinas. Están los que van a redescubrir su cuerpo. Hay quienes se animan y se sueltan a bailar y a reconocer sus potencialidades Muchos que  deciden encarar como un medio de vida en un futuro su actual formación y quienes solamente asisten para enriquecer su trabajo corporal. Para derribar mitos se puede afirmar que cualquiera que desee tomar clases de ballet puede hacerlo. No importan peso, ni edad, ni altura y menos aún falsos preconceptos. “Hay prejuicios que son exclusivamente culturales, como el de la alimentación, o que si no se empieza a los 4 años luego es tarde. Todos ellos provienen de la gran desinformación”,  explica Díaz. A su estudio  concurren unos cien alumnos de todas las edades y suelen irse agradecidos al término de cada clase. «El Ballet  es una manifestación del arte y que los chicos puedan acceder a ella desde tan temprano es una puerta abierta a la cultura que no debemos desatender», dice esta maestra sanisidrense con todas las letras.